lunes, 14 de septiembre de 2009

Llamadas telefónicas



Señores contestadores de los teléfonos del Gobierno:

Adjunto a continuación mis cálculos sobre el dinero que he gastado llamándoles desde Puebla hasta Campeche, para que cada semana me digan que aún no está el dinero de la beca y que mejor les hable el viernes.

2 llamadas a la semana (lunes y viernes), de 3 minutos cada una (son 2 minutos de la melodía “El golpe” que me ponen mientras van a buscar a quien me dé una explicación, más 1 minuto que dura el pretexto del encargado). Eso da 6 minutos semanales que debe multiplicarse por 20 semanas (he estado llamando desde abril), lo que da un total de 120 minutos. Bien, 120 minutos a 4 pesos el primer minuto (40 por 4 = 160 pesos) y 2.50 los minutos restantes (120 minutos totales menos 40 primeros minutos = 80 minutos restantes; 2.50 por 80, igual a 200 pesos), da un gran total de 360 pesos. Esa cantidad hay que multiplicarla por 2 instituciones (llamaba primero a la Fundación Pablo García y después al Instituto de Cultura, que igual me debe dinero), lo que me arroja la cantidad de 720 pesos tirados a la basura, pues si desde la primera llamada me hubieran dicho: “No habrá dinero hasta que descubramos un yacimiento de uranio debajo de nuestras instalaciones”, yo lo habría entendido y no les hubiera molestado en tantas ocasiones.

Como bien recordarán, hoy a las 12 hice un último intento, debido a que mañana –de seguro ustedes tienen señalada la fecha con marcatexto- hay cambio de gobierno. Señor telefonista de la Fundación Pablo García, no sé si se acuerda que el asunto fue más o menos así:

“¿Fundación Pablo García?”
“Sí, aquí es, pero si quiere dinero no tenemos”.
Sólo hasta que le dije que había solicitado una beca desde abril y que probablemente la fundación que amablemente usted representa había puesto mi nombre en el informe de Gobierno en el rubro de “solicitantes de relleno”, me pasó usted con alguien que me explicara cómo iba la cosa.
“Mira el asunto es éste: no queremos firmar convenios hasta que haya dinero. Ahorita no hay dinero, pero ya verás cuando haya, ya verás. Háblame el lunes”.
“Oiga”, le dije, “el dinero sirve porque llega con oportunidad. No me vaya a pasar como a Van Gogh, cuyos millones de dólares llegaron un poco a destiempo”.
“¿Cómo dijo?, no lo escuché, es que me distraje con la tele”.
“Nada, que yo les hablo”.

De inmediato, les hablé a ustedes, señoritas encargadas del Instituto de Cultura, cuyo trato fue, seguro lo podrán recordar, el siguiente:
Instituto de Cultura, ¿qué desea?”
“Quería hablar con alguno de los encargados del PECDA”.
“Déjeme ver”.
Pasaron dos minutos.
“No pueden venir en este momento pero me dijeron que hables al 8161424 para preguntar por tu dinero”.
Cinco segundos y una llamada extra después:
“Hablo para pedir información sobre el PECDA
“Aquí no es, llama al 8161535”.
“De ahí me mandaron a este número”.
“Pues acá no sabemos”.
Marqué de nuevo al 8161535.
“Buenos días”.
“Están en junta”.
“¿Y cómo sabe para qué hablo?”
“No importa, de todos modos yo no le puedo ayudar”.

Y oh, sí. Mañana cambia el gobierno. Pero lo mejor del gobierno –como la gente que contesta sus teléfonos-, esa de seguro no va a cambiar.

3 comentarios:

Rodrigo Solís dijo...

Hijos de mil putas, y luego se molestan estos buenos señores (y señoras) cuando uno les dedica unas cuantas letras en su honor.

Laura Baeza dijo...

Otro mes y no me dan mi chingado cheque.creen que una come bolas de aire.

Dino dijo...

mmmmmm,cuentas interesantes mi estimado Ed, creo que me pondré a sacar las mías, lo único que en lugar de cuenta de teléfono es la cuenta de los camiones que he tenido que agarrar para ir a la Dir. de Promoción y Difusión cultural del H. Ayuntamiento y para ir a SECUD.
Uta creo que estoy igual que tú, tirando mi lana pa que en un lugar me digan que vuelva 15 días después (desde mayo estoy volviendo cada 15 días) y en el otro para que me juren que sólo están esperando que les den luz verde (eso tiene tres meses).
Contras que le digan a uno de no hay ni un miserable peso, no te vamos a dar ni mauser, anda a jorobar la vida a otro lado.
La próxima vez que platiquemos en el msg yo te preguntaré por tus becas y tú por mis trámites, cuando menos nos dejan tema de conversación.