lunes, 24 de febrero de 2014
sábado, 22 de febrero de 2014
lunes, 17 de febrero de 2014
Secuelas del catorce de febrero
Fiera me envía tres imágenes por el
whatsApp. Tres puñaladas traperas. La primera, es una foto que subió al
Facebook la novia de mi primo hermano presumiéndole a sus amigos cuánto la miman
y consienten; la segunda, es una imagen que subió Kim Kardashian restregándole
al mundo entero que el rapero de su esposo tiene el dinero suficiente para
comprarle mil rosas; la tercera, es una postal o recordatorio de que debo
abandonar la insana idea de volver al camino de las letras.
A continuación, las siguientes tres imágenes
son para recordarle (otra vez) a Fiera, que las rosas son el regalo más estúpido
que existe, un regalo de verdad es perder la poca dignidad que le queda a uno.
Cómo imaginó Fiera que nos veríamos
en la portada de una revista.
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Cómo le hubiera gustado que fuera la
portada de una revista.
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Cómo aparecimos en la vida real en la
portada de una revista.
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Aquí la truculenta historia detrás de la portada.
lunes, 10 de febrero de 2014
Titulares insuperables
Probablemente el único periódico que
supere en calidad de contenido al The New York Times es el De
Peso. Y por mucho.
De Peso es el único periódico en el mundo
cuyos titulares son tan poderosos que nadie repara en leer la publicad que hay en
sus páginas, por más atractivos que sean para el consumidor.
Aquí un ilustrativo ejemplo:
martes, 4 de febrero de 2014
lunes, 3 de febrero de 2014
Breve historia de cómo se construye un producto
En una bonita oficina se encuentran
ocho personas reunidas. Cuatro de un lado de la mesa y cuatro del otro lado.
Llevan dos horas discutiendo. Los que más hablan y tienen el rostro más
sulfurado son los señores que van vestidos como señores. Los que escuchan,
fingen tomar nota en sus libretas y desean con todas sus fuerzas abandonar la
oficina (y retomar sus carreras artísticas que no les da para pagar el alquiler
y la colegiatura de sus hijos) son los señores que visten como adolescentes.
Señores vestidos como señores: creo que no entendieron absolutamente nada de lo que les pedimos que
hicieran.
Señores vestidos como adolescentes: confíen en nosotros, lo que acabamos de presentarles
ayudará a su producto a convertirse en una marca.
Señores vestidos como señores: respetamos lo que ustedes hacen, por algo tomamos la decisión de
contratarlos. Sabemos que son una agencia innovadora y que toma riesgos.
Nuestra empresa comulga con esos valores. Sin embargo, tenemos límites, no
podemos salir al mercado con el nombre que nos están presentando, menos con ese
diseño y esos colores. Y esos empaques. Creo que estamos en sintonías
diferentes. Lo que nosotros queremos es ser los número uno. Marcar una
tendencia en el mercado. Que la gente nos vea y diga: “necesito comprar este
producto”.
Señores vestidos como adolescentes: y ocurrirá, si aceptan nuestra propuesta.
Señores vestidos como señores: No lo creo. Llevamos años en este negocio. Necesitamos colores más
cálidos. Más reconocibles. Necesitamos arrebatarle mercado al líder.
Necesitamos… Tomen nota. Les vamos a decir exactamente lo que queremos que
hagan.
Semanas después.
Imagen muestra para ilustrar la historia de ficción relatada líneas arriba. |