Seguimos con la publicidad. Ahora toca el turno a nuestra hermana república chavista y bolivariana.
Oh, aquellos viejos tiempo. Todo era más sano y familiar. Miren cómo eran los anuncios en la época de nuestros abuelitos.
Entonces, algo se torció. Llegaron nuestros días, y con ellos, los trompetazos de los jinetes del Apocalipsis al ritmo de una buena salsa.
Me quedo con el primero es muy chistosa la cara de jarioso que pone el oso que obviamente le quiere reventotiar el orto a la osa... el segundo tiene un dejo zoofílico.
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