Si luego de ver a los aficionados que frecuentan el estadio del Tec de Monterrey le hizo a usted amigo cementero, puma, choricero, rojinegro, chiva o americanista (bueno, ustedes no, sabemos que son bien puyules) convertirse en rayado de corazón, por favor, piénselo dos veces.
no .... pues con esa cara yo mejor me quedo con la nuca
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