Qué hijos de puta los del FONCA. Lo primero que hicieron a mi llegada al DF, antes de abordar los camiones que llevarían a más de 100 intelectuales a San Luis Potosí, fue entregarme una carpeta con esta imagen impresa.
Pensé que era un truco o error de cámara, así que le dije a mis nuevos amigos poetas, miren, que cabrones los organizadores, me sacaron calvo y con papada. Nadie se río. Me dijeron que estoy igualito en la vida real.
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