Carlos Antonio Espadas, un amable lector campechano, me mandó probablemente el video más sensacional que he visto en el año. Sin duda, el mejor premio de consolación luego de haber fracasado en mi intento de dedicarme a ser columnista deportivo.
Ah, que tranquilidad saber que existe un hombre que grita más fuerte frente al televisor que mi hermano y mi primo Budy.
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