“LOS SIMPSON DESCUBRIERON PARA EL
ESPECTADOR LO QUE YA SABÍA EL LECTOR DE TOLSTOI: QUE SÓLO LAS FAMILIAS INFELICES
SON INTERESANTES.”
-Eduardo Huchín
Era el verano del 90 ó 91. Lo recuerdo bien. Todos los martes a las 8:00 p.m., sin excepción, varios niños estrenándonos en la preadolescencia nos reuníamos en mi departamento, el 3B de los condominios Playa Linda para ver (la mayoría) clandestinamente una caricatura llamada Los Simpson, y digo clandestinamente porque a principio de los noventas no hubo programa de noticias ni vieja chismosa que se quedara sin aportar sus dos centavos a la discusión en torno a la nueva serie, ya fuera para alabarla por su atrevimiento e inteligencia o condenarla porque era indecente que una caricatura tocara temas como el adulterio y el alcoholismo (traducción: reflejar la realidad). Quizás por eso el pequeño departamento donde pasaba los veranos siempre estaba lleno; claro está, con el consentimiento de mi mamá que le fascinaba alcahuetearnos a mi hermano y a mí, y a todos nuestros amigos en cualquier acto censurado por la moralidad cristiana e imbecilidad de las masas. He ahí el secreto de la popularidad de mi mamá con todos mis amigos, y la envidia de sus estiradas amigas.
De aquel verano a la fecha la serie de esos personajes amarillos se volvió indispensable en mi vida, por no decir en las vidas de todos los que me rodeaban. Capítulo tras capítulo, año tras año la serie me gustaba cada vez más. Conforme almacenaba años de existencia, personajes que antes me parecían intrascendentes empezaron a convertirse en mis favoritos, y al tiempo que abandonaba la juventud comencé a descubrir, al ver nuevamente capítulos que había visto años atrás, detalles, comportamientos y comentarios de ciertos personajes que cuando era un adolescente pasaron inadvertidos ante mis ojos y oídos. En pocas palabras, puedo decir que crecí, envejecí y forjé mi carácter y sentido del humor tomando como base a Los Simpson. O mejor dicho, crecimos, envejecimos y forjamos nuestro carácter y sentido del humor basándonos en Los Simpson (y perdonarán este arrebato de imposición autoritaria y dictatorial, pero de ahora en adelante escribiré en plural pues no creo estar hablando únicamente a mi nombre).
Los Simpson, a fuerza de años de religiosa e ininterrumpida transmisión en la televisión abierta, se convirtieron en un tesoro nacional de nuestro país, muy a pesar de que aquel tesoro fuera extranjero. Y no puedo menos que llamar al programa un “tesoro” porque nos enriqueció intelectualmente, como nación y como individuos; y “nacional” porque lo adoptamos como propio, como si cada uno de los personajes (sin excepción) hubiese sido creado a la imagen y semejanza de nuestros vecinos, amigos, conocidos y enemigos en la casa, en la escuela, en el trabajo, en la iglesia y en la política. Durante casi dos décadas, Los Simpson han desembrutecido y sembrado una brillante semilla de discernimiento en varias generaciones, que sin notarlo hemos sido educados por el tonto más grande y adorable del mundo, paradójicamente llamado Homero, con sus infinitas historias y peripecias que nos muestran que en este mundo moderno no hay que ser un genio para llegar a lo más alto, más lejos incluso que la Luna, como aquél día en que Homero viajó al espacio gracias a que la NASA, en un intento desesperado por elevar el nivel de teleaudiencia de sus lanzamientos, le contratara para que el hombre promedio (es decir, el mínimo común denominador) pudiera identificarse con un astronauta; o cuando ganó las elecciones para ser el responsable del recogimiento de basura en la ciudad gracias a que en su campaña prometió toda suerte de fantasías incumplibles y a que no tuvo reparo en desprestigiar con una sarta de mentiras a su contrincante; y así, cientos de historias que sería imposible rememorar en tan breve columna. Porque Springfield es nuestra ciudad natal. La fotocopia más perfecta que se ha hecho nunca antes de nuestra ciudad. De Campeche y de Cartagena de Indias y de Caracas y de Buenos Aires y de Sao Paulo y de Sevilla y de Montpellier y de Düsseldorf y de todas las ciudades provincianas y no provincianas del mundo que se hayan detenido a observar a esos personajes amarillos. Porque Springfield y los Simpson y todos sus habitantes somos nosotros, tan similares pese a ser tan diferentes.
Precisamente por eso, la semana pasada las huestes del dictador Hugo Chávez, personaje sospechosa y accidentalmente parecido al Alcalde Diamante (adorable bandido que se ha perpetrado en el poder por casi dos décadas ininterrumpida y “democráticamente” en Springfield) han sacado del aire a Los Simpson de la televisión venezolana, bajo el pretexto de que la familia animada envía mensajes que atentan contra la formación integral de niños, niñas y adolescentes, poniendo en su lugar a la supereducativa serie Guardianes de la Bahía.
Si algo podemos agradecer de este horror es que “alguien” en Venezuela está redoblando esfuerzos para salvarnos a todos nosotros, que somos Springfield, de ser el poblado más imbécil del mundo. Espero que el gobierno de Chávez entregue un premio al que se le haya ocurrido cambiar un programa cargado de referencias a la historia y al arte (literatura, cine, etc.) y con contenido político y social de sobra y reemplazarlo por el show más sexista y estúpido de la historia. Por que si hay algo que va a impedir que los niños y jóvenes lleguen a pensar en un momento dado “oye, a lo mejor el gobierno no es tan bueno como dicen en la tele” es Pamela Anderson rebotando por la playa, vestida con su trajecito de baño rojo bien mojado.
7 comentarios:
Hace unos días también hice u post sobre el asunto, y coincido contigo de que los Simpson marcaron un antes y un después.
También coincido contigo que el aporte cultural, aunque muchos no le crean, es inigualable y más que cualquier novela latina o serie televisiva como “Baywathc”.
Es cierto que el humor es parte de todos y que todos los personajes retratan a los seres que poblamos la tierra.
No cabe duda que tu analogía de Diamante y Chávez no pudo ser más atinada, quizás se siente agraviado con las coincidencias que prefirió poner una nausea de programa con tal de que los del pueblo venezolano dejen de pensar por si mismos.
Pero que equivocado está Chávez, pues los pueblos no dejan de pensar por si mismos a pesar de que censuren una serie.
Saludos por allá
El respeto al derecho ajeno, es la paz.
Saludos, Bomberito.
No por nada le dieron el premio a "Los simpson" como mejor serie del siglo XX (no recuerdo que institución o asociación concedió el premio. Hasta la fecha sigo viendo los capítulos y me sigo riendo a carcajadas y me divierto ver como reflejan la vida real de una manera inteligente.
Los mejores capítulos son las primeras temporadas. Las últimas temporadas no son de mi agrado y le faltan algo, pero aun así se llevan las palmas.
Mussgo
Sinceramente los Simpson son adorables...soy una televidente asidua de ellos ...aunque no fanática... y difiero en tu comentario de llamarlo un "Tesoro" nacional..no es para tanto hombree!!....cientamente auque haya ganado dichos premios..y sean reconocidos tras generaciones...no ha q ser sabios para notar su agresividad en sus capitulos..cuyos efectos tambien fueron marcando la conducta de los televidentes...(Auque tambien era un reflejo de la sociedad en la vida real)...por qué seguir enseñando eso?
Lo que si estoy decuerdo contigo es que el safadito de Chavez pretenda sensurar la serie..y poner el $"$& serie muestra chuchos..uyy q fino!!.. para mantener a su pueblo en el nivel cultural aun más bajo de lo que ya estan. Cada país tiene lo que se merece.
Lila
Sinceramente los Simpson son adorables...soy una televidente asidua de ellos ...aunque no fanática... y difiero en tu comentario de llamarlo un "Tesoro" nacional..no es para tanto hombree!!....ciertamente auque haya ganado dichos premios..y sean reconocidos tras generaciones...no ha q ser sabios para notar su agresividad en sus capitulos..cuyos efectos tambien fueron marcando la conducta de los televidentes...(Auque tambien era un reflejo de la sociedad en la vida real)...por qué seguir enseñando eso?
Lo que si estoy decuerdo contigo es que el safadito de Chavez pretenda sensurar la serie..y poner el $"$& serie muestra chuchos..uyy q fino!!.. para mantener a su pueblo en el nivel cultural aun más bajo de lo que ya estan. Cada país tiene lo que se merece.
Lila
Super como escribes amigo...
Publicado en:
MILENIO NOVEDADES 13 ABR 08
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