Lo sabíamos. Sí. Lo sabíamos y qué gusto nos dio confirmarlo el fin de semana. Sabíamos que Sultanes del Sur tenía que ser una Porquería, con P mayúscula.
No les vamos a mentir; por un momento los comentarios de muchas (demasiadas) personas nos hicieron dudar. Tanto, que al salir las créditos de inicio ya nos veíamos redactando en letras gigantes y fluorescentes una sincera disculpa por haber atacado hasta casi la saciedad esta megaproducción mexicana sin haberla visto antes; acto gravísimo, desde luego, pues no se puede criticar algo sin tener la certeza absoluta que solo se logra viendo con ojos propios. Aunque claro, hay excepciones que rompen esta regla, por ejemplo, cuando Tony Dalton y/o Kristoff están involucrados en algún proyecto. Ahí sí, uno puede darse el lujo de vendarse los ojos y con toda confianza levantar la escopeta al aire y saber que dará uno en el blanco.
En fin, para qué darle vueltas al asunto cuando podemos entrar en materia: Sultanes del Sur es una Porquería. Sí, y lo repetimos por tercera (y no será la última) vez: una Porquería. Y les vamos a hacer un sencillo desglose de por qué es una Porquería.
Primero lo primero: para saber si una película, cuadro, obra de teatro, libro, etcétera, será buena, mala o intrascendente hay que conocer la biografía del autor. Tony Dalton (ya desde el nombre te puedes dar una idea a lo que te enfrentas) es un viejo ridículo que se cree otro viejo ridículo, Johnny Knoxville, con la diferencia de que Johnny Knoxville es de esos viejos ridículos a los que por naturaleza les cuadra bien ser un viejo ridículo. O sea, no se ve mal siendo un viejo ridículo, porque como les dijimos está en sus genes el serlo. No por nada revolucionó la televisión basura con su altamente homoerótico programa Jackass, que aunque nos duela admitirlo es buenísimo y refleja la imbecilidad del gringo promedio. Sus películas también fueron geniales. Y tenían que serlo, teniendo a un genio como Spike Jonze involucrado en su producción. Pero bueno, estábamos hablando de Tony Dalton, cuya incursión en la televisión (no estamos seguros de si ese fue su debut) fue compartiendo créditos con Kristoff (otro despreciable viejo ridículo) en el programa No te equivoques, una copia descarada y muy barata de Jackass, cuyo saldo además de un muerto (hicieron beber tequila hasta la muerte a algun imbécil, aunque esto tal vez haya ocurrido fuera del programa, en una disco que inexplicablemente creyó que era una buena idea contratar a un par de hombres de mediana edad para ser animadores de la noche) fue una nula audiencia televisiva. Más tarde, Tony Dalton apareció en algunas telenovelas. Menudo currículo. Y luego dio el salto soñado a la pantalla grande, de nuevo junto a su amigo Kristoff. Ambos crearon y protagonizaron la película Matando cabos. Una Porquería, que sin embargo hizo las delicias de la chusma ignorante y amante de programas como La Escuelita, Fábrica del humor, Muévete, Hora Pico, Ventaneado, La Oreja y demás porquerías de nuestra gloriosa televisión abierta.
Considerando todo lo anterior, teníamos la certeza absoluta de que Sultanes del Sur sería una Porquería, ya que Tony Dalton escribió el guión, la protagonizó y sabrá Dios cuántas más cosas. Y es una Porquería porque tal como dijeron los imbéciles que salieron alucinados del cine después de verla, “no parece una película mexicana”. Y no parece una película mexicana porque incluso es peor que la mayoría de las películas mexicanas, y por mucho, por kilómetros. Porque no hay nada peor que montar una película mexicana con actores mexicanos (y un español y unos argentinos) y pretender que actúen como si estuvieran en una megaproducción de Hollywood. Y claro, como no se está ante una megaproducción de Hollywood el resultado es embarazoso: tomas chafísimas de persecuciones y balazos imitando a las películas de la saga de Jason Bourne; actuaciones lamentables (sobre todo la Tony Dalton que basta fruncir el ceño cuan larga y pésima es la película para comunicar alguna emoción); y un guión pestilente, pretencioso y con aspiraciones a superar el final sorpresa de Sospechosos comunes o El sexto sentido.
En pocas palabras (que en realidad fueron muchas), esta película es una Porquería. Para finalizar les vamos a resumir cómo hizo la película Tony Dalton: una noche, mientas el genial Tony dormía tranquilamente en su casa, la diosa de la inspiración se posó sobre su cabeza. Tony se levantó inspiradísimo, corrió hacia la computadora y redactó un guión en tres horas. Al leerlo, no pudo sino decirse: “No mames wey, soy chingón”. Y como Tony es chingón de nacimiento, supo que entre manos tenía el proyecto más chingón que jamás alguien había escrito en México y en el mundo. Al enseñarlo a los productores del estudio todos dijeron al unísono: “Tony, eres un chingón.” A los que no estaban convencidos, Kristoff les mamó la verga y así despejó sus dudas sobre el proyecto. Fue así como decidieron filmar la película más chingona del 2008 en México. Después distribuyeron la película hasta en el último cine del país y la gente al verla solo pudo exclamar: “Que chingona película.”
Y ¿saben una cosa?, creemos que todos tienen razón: Sultanes del Sur es una película tan pero tan chingona que nunca nos imaginamos (por Dios que pusimos los ojos igualitos que los de Tony Dalton, grandototes y saltones para que se vea que sorprendidos estamos) que al final de la película el ladrón chaparro, jodido y feo sería el que se quedaría con todo el dinero luego de traicionar a todos sus amigos tras urdir un plan “maestro”.
No les vamos a mentir; por un momento los comentarios de muchas (demasiadas) personas nos hicieron dudar. Tanto, que al salir las créditos de inicio ya nos veíamos redactando en letras gigantes y fluorescentes una sincera disculpa por haber atacado hasta casi la saciedad esta megaproducción mexicana sin haberla visto antes; acto gravísimo, desde luego, pues no se puede criticar algo sin tener la certeza absoluta que solo se logra viendo con ojos propios. Aunque claro, hay excepciones que rompen esta regla, por ejemplo, cuando Tony Dalton y/o Kristoff están involucrados en algún proyecto. Ahí sí, uno puede darse el lujo de vendarse los ojos y con toda confianza levantar la escopeta al aire y saber que dará uno en el blanco.
En fin, para qué darle vueltas al asunto cuando podemos entrar en materia: Sultanes del Sur es una Porquería. Sí, y lo repetimos por tercera (y no será la última) vez: una Porquería. Y les vamos a hacer un sencillo desglose de por qué es una Porquería.
Primero lo primero: para saber si una película, cuadro, obra de teatro, libro, etcétera, será buena, mala o intrascendente hay que conocer la biografía del autor. Tony Dalton (ya desde el nombre te puedes dar una idea a lo que te enfrentas) es un viejo ridículo que se cree otro viejo ridículo, Johnny Knoxville, con la diferencia de que Johnny Knoxville es de esos viejos ridículos a los que por naturaleza les cuadra bien ser un viejo ridículo. O sea, no se ve mal siendo un viejo ridículo, porque como les dijimos está en sus genes el serlo. No por nada revolucionó la televisión basura con su altamente homoerótico programa Jackass, que aunque nos duela admitirlo es buenísimo y refleja la imbecilidad del gringo promedio. Sus películas también fueron geniales. Y tenían que serlo, teniendo a un genio como Spike Jonze involucrado en su producción. Pero bueno, estábamos hablando de Tony Dalton, cuya incursión en la televisión (no estamos seguros de si ese fue su debut) fue compartiendo créditos con Kristoff (otro despreciable viejo ridículo) en el programa No te equivoques, una copia descarada y muy barata de Jackass, cuyo saldo además de un muerto (hicieron beber tequila hasta la muerte a algun imbécil, aunque esto tal vez haya ocurrido fuera del programa, en una disco que inexplicablemente creyó que era una buena idea contratar a un par de hombres de mediana edad para ser animadores de la noche) fue una nula audiencia televisiva. Más tarde, Tony Dalton apareció en algunas telenovelas. Menudo currículo. Y luego dio el salto soñado a la pantalla grande, de nuevo junto a su amigo Kristoff. Ambos crearon y protagonizaron la película Matando cabos. Una Porquería, que sin embargo hizo las delicias de la chusma ignorante y amante de programas como La Escuelita, Fábrica del humor, Muévete, Hora Pico, Ventaneado, La Oreja y demás porquerías de nuestra gloriosa televisión abierta.
Considerando todo lo anterior, teníamos la certeza absoluta de que Sultanes del Sur sería una Porquería, ya que Tony Dalton escribió el guión, la protagonizó y sabrá Dios cuántas más cosas. Y es una Porquería porque tal como dijeron los imbéciles que salieron alucinados del cine después de verla, “no parece una película mexicana”. Y no parece una película mexicana porque incluso es peor que la mayoría de las películas mexicanas, y por mucho, por kilómetros. Porque no hay nada peor que montar una película mexicana con actores mexicanos (y un español y unos argentinos) y pretender que actúen como si estuvieran en una megaproducción de Hollywood. Y claro, como no se está ante una megaproducción de Hollywood el resultado es embarazoso: tomas chafísimas de persecuciones y balazos imitando a las películas de la saga de Jason Bourne; actuaciones lamentables (sobre todo la Tony Dalton que basta fruncir el ceño cuan larga y pésima es la película para comunicar alguna emoción); y un guión pestilente, pretencioso y con aspiraciones a superar el final sorpresa de Sospechosos comunes o El sexto sentido.
En pocas palabras (que en realidad fueron muchas), esta película es una Porquería. Para finalizar les vamos a resumir cómo hizo la película Tony Dalton: una noche, mientas el genial Tony dormía tranquilamente en su casa, la diosa de la inspiración se posó sobre su cabeza. Tony se levantó inspiradísimo, corrió hacia la computadora y redactó un guión en tres horas. Al leerlo, no pudo sino decirse: “No mames wey, soy chingón”. Y como Tony es chingón de nacimiento, supo que entre manos tenía el proyecto más chingón que jamás alguien había escrito en México y en el mundo. Al enseñarlo a los productores del estudio todos dijeron al unísono: “Tony, eres un chingón.” A los que no estaban convencidos, Kristoff les mamó la verga y así despejó sus dudas sobre el proyecto. Fue así como decidieron filmar la película más chingona del 2008 en México. Después distribuyeron la película hasta en el último cine del país y la gente al verla solo pudo exclamar: “Que chingona película.”
Y ¿saben una cosa?, creemos que todos tienen razón: Sultanes del Sur es una película tan pero tan chingona que nunca nos imaginamos (por Dios que pusimos los ojos igualitos que los de Tony Dalton, grandototes y saltones para que se vea que sorprendidos estamos) que al final de la película el ladrón chaparro, jodido y feo sería el que se quedaría con todo el dinero luego de traicionar a todos sus amigos tras urdir un plan “maestro”.
Yo fui el indio que se chingó a todos, el chaparrito y feo; el segundo de izquierda a derecha, pa' que me entiendas, animal.
4 comentarios:
muy buen post. Y más la reivindicación de estas mierdas. Hubieras puesto el video en donde Kristoff le dice en su cara a un director de cine mexicano, no recuerdo quién, que películas como la de este director que desconosco son el cáncer del cine mexicano. ¿De cuando aquí, las moscas come mierda le hablan de tú a la mierda? Sólo me pregunto Quién será fan de estos fresas egocéntricos, que creen que por ver películas por internet, son unos conocerdores.
Putis me cae que "Matando Cabos" fue una mierda y por eso no he ido a ver las otras que ha hecho esta gentuza, pero pensé que yo era el único mamón.
Ya ta bien que el cine mexicano ya chole con sus mismos temas, pero no por hacerlas "diferentes" las van a hacer buenas y es lo que no entiende la gente.
Es una chingada mierda, no parece mexicana porque está más cerca de parecer peruana, mientras sigan tratando de copiar al pié de la letra a los gringos vamos a seguir viendo mierdas. Exijo que regrese la doña, Pedro Infante y todos esos. (que mierda, meor no)
El respeto al derecho ajeno es la paz.
Saludos, Bomberito.
putos mejicanos lo que les gusta es darle en la medre a los que al menos son capases de hacer halgo que no lo hacen sarta de huele pedos criticones
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