sábado, 29 de noviembre de 2008

The dead and the quick (fragmento)




Para que no digan que soy de lo peor, mal traduzco un fragmento del excelente artículo de Simon Pegg acerca por qué los zombis no deberían correr. Se aceptan correcciones y sugerencias*:



“… tenía que reconocer las impresionantes credenciales de Dead Set. El concepto era astuto en su simplicidad: un ataque de zombis a gran escala coincide con una noche de expulsión de Big Brother, quedando la casa de Big Brother como el último refugio para los sobrevivientes… el programa anunciaba la llegada de un nuevo y genuino tipo de horror hecho en casa, justo al margen de la televisión de cadena. Mis expectativas eran elevadas, y me senté a ver un show que demostró ser inteligente, creativo y agradable, excepto por un detalle clave: ¡LOS ZOMBIS NO CORREN!

Sé que es absurdo debatir las reglas de una realidad que no existe, pero esto en verdad me irrita. No puedes matar a un vampiro con una estaca de tablaroca; los hombres lobo no pueden volar; los zombis no corren. Es una equivocación, una bastardización que degrada a un monstruo clásico del cine. La mejor fantasmagoría emplea la realidad para hacer concebible lo inconcebible. El zombi veloz me parece inverosímil, aun dentro de la realidad fantástica que habita. Un agente biológico, lo creo. ¿Una especie de súper-virus? Seguro, por qué no. Pero, ¿la muerte? La muerte es una discapacidad, no un superpoder. Es difícil correr cuando se tiene un resfriado, ni hablar del padecimiento más debilitante de todos.

Aún más importante, el zombi veloz carece de sutileza poética. Como monstruos del id, los zombis le ganan a vampiros y hombres lobo en la competencia por el título del Monstruo Metafórico Más Potente. Mientras que sus primos de colmillos puntiagudos remiten al sexo y al salvajismo bestial, el zombi los derrota pues personifica nuestro miedo más profundo: la muerte. Los zombis son nuestro destino escrito a lo grande. Lentos y constantes en su aproximarse, débiles, torpes, muchas veces absurdos, los zombis se acercan sin ceder, imparables.

Sin embargo (y aquí yace el arte sublime del zombi lento), su ineptitud hace que de hecho sea posible esquivarlos, aunque sea por un momento. Si eres cauteloso, si mantienes tus (wits) para ti, puedes mantenerlos a distancia, incluso superarlos –tanto como luchamos para superar nuestra propia muerte. Bebe menos, disminuye el consumo de carne roja, haz ejercicio, practica el sexo seguro; esas son nuestras escopetas, nuestros bates de cricket, nuestras casas de campo, nuestros centros comerciales. Sin embargo, ninguna de estas cosas logra aislarnos por completo del temor de que algo tan estúpido, tan elemental pueda agarrarnos por sorpresa – el conductor ebrio, el cáncer que duerme en la doble hélice, el espectro sin piernas que se arrastra en la oscuridad hacia nuestros tobillos.

Otra cosa: la velocidad simplifica al zombi, dejando en evidencia la amenaza y reduciendo cualquier respuesta a un reflejo emocional. Es la diferencia entre que alguien te grite ¡”Buu”! y escuchar el crujir de la madera del piso de la habitación de arriba: una emoción rápida a expensas de un sentido del terror más profundo. La ausencia de rabia y agresión en los zombis lentos los hace extrañamente simpáticos, un detalle que permitió a Romero proyectar profundidad en su vacuidad, crear anti-héroes trágicos; son figuras que podemos compadecer, sentir empatía por ellos, incluso apoyarlos. Al momento en que nos parecen molestos o petulantes, al segundo en que emiten aullidos furiosos de velocirraptor (a diferencia de lastimosos gemidos de anhelo), dejan de poseer cualquier ambigüedad. Se vuelven simplemente malos."


Pueden bajar Dead Set (con subtítulos y toda la cosa) de esta página.


*¿Exactamente cuál sería el equivalente en español de la expresión keep your wits to yourself? Entiendo que es algo como "no pasarse de lanza", pero no estoy seguro.

10 comentarios:

Killer Movimiento dijo...

Buen escrito para nosotros los adoradores de los zombi; anque hay que tomar en cuenta que el mismo Romero rompio con algunos de los elementos que limitan al zombi.

gracias por el dato.

Rodrigo Solís dijo...

Más les vale aplaudirle a P. Y bien fuerte.

Lus dijo...

Gracias a tu copy-paste descubri la razon de mi miedo profunodo a los zombies... No crei que fuese tan fácil explicarlo.
Ahora, mi queja... es una injusticia, si ya de por si los zombies invaden las ciudades y se reproducen como plaga, como nos defendemos si ademas ahora corren???

Rodrigo Solís dijo...

Lus: lo que leíste es más que un copy-paste. Ese artículo no lo encuentras en ningún lugar de Internet en español. ¿Por qué? Respuesta: P lo tradujo para todos ustedes.

Lus dijo...

Ok, copy-translation-paste...
La cosa es que espero aprender a controlar el pánico terrible que tengo hacia los zombies ahora que conozco la raiz del problema.

Rodrigo Solís dijo...

Lus: tranquila, que siempre habrá alguien más cobarde y temeroso de los zombis que tú, en este caso, yo. Así que no temas, en caso de una invasión zombi seguro el primero en morir seré yo.

Lus dijo...

Mejor cuando nos enteremos de la invasión nos escondemos juntos....(Qué no).

Rodrigo Solís dijo...

Lus: siendo así la cosa, por primera vez en la vida espero que hoy mismo los gringos suelten un veneno tóxico que despierte a los muertos.

Montadito dijo...

Te agradezco mucho la traducción. Muy buen actor Simon Pegg, y genial la serie Dead set.
Impactante, reconozco que el final me impresionó.
Podéis leer mis impresiones en mi blog.

P.D.: Si queréis ver una frikada de "zombies" el otro día vi "El último hombre vivo" (The omega man) de Charlton Heston. Es de 1971 y se ve anticuada pero resulta entretenida y mnuy kitsch.

Rodrigo Solís dijo...

Montadito: gracias. Sí, The Omega Man es una joya, no como el remake que se hizo en el 2007, I am legend, donde actúa Wil Smith, una verdadera porquería. Todos los zombis u hombres radioactivos son de computadora.