Cuando estaba
en la preparatoria, mamá se las ingeniaba para avergonzarme públicamente de
diversas maneras; su preferida era gritarme por los pasillos del colegio:
-¡Hola bebéééééééé!
Ahora que soy
un señor de 33 años, ocurre esto:
P.D. Son las 5
p.m. y sigo en la oficina. ¿Quién dijo que trabajar como creativo en una
agencia de publicidad era divertido?
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