miércoles, 28 de julio de 2010

Un sabio consejo


El domingo pasado comenzó oficialmente la carrera rumbo a la presidencia de la república. Tal como se esperaba, AMLO, el chiflado presidente legítimo de México dio el banderazo de salida.


¿Ocurrirá el milagro de que AMLO llegue a Los Pinos en el 2012? Puede ser, si acaso, escucha estas
sabias palabras de Denise Dresser.


“La gran pregunta es: ¿qué tipo de candidato va ser, y qué tipo de estrategia política y electoral va enarbolar? A mí siempre me ha parecido que López Obrador hace el diagnóstico correcto de la situación del país: la desigualdad, la rapacidad de las elites, el impacto nocivo de los monopolos, el modelo económico excluyente; pero las propuestas que pone sobre la mesa no resultan ser del todo convincentes ni viables, sobre todo en el ámbito económico, y en el 2006 no llevaron a la construcción de una coalición electoral, amplia, ganadora, heterogénea, multiclasista. El reto para AMLO es transitar de la posición que tiene, que ha tenido en los últimos años de líder social, ha ser un político capaz de obtener un triunfo electoral, y creo que eso entrañaría el reconocimiento de que necesita atemperarse, moderarse, moverse más hacia el centro del espectro político, hacer precisamente aquello que llevó al poder a personajes como
Tony Blair, Ricardo Lagos, Felipe González, Michelle Bachelet, que entendieron la necesidad de alguna manera domesticar a la izquierda radical y llevarla a un mejor puerto en el cual fuera capaz de transformar el agravio en propuesta práctica, reinventar el resentimiento y volverlo planteamiento, combatir sí la desigualdad pero también proponer medidas para asegurar la movilidad social, ese me parece que es el gran reto para la candidatura de López Obrador”.

3 comentarios:

Pablo Sansone dijo...

No entiendo porqué hay tan pocos comentarios en tu blog. La verdad que es buenísimo. Me divertí mucho con lo que vi. Voy a seguir leyendo.
Saludos

Anónimo dijo...

La comparación de Dresser vale como anhelo de una izquierda maniaco depresiva que se desborda en alucinaciones durante sus altas y se canibaliza en sus bajas.
La diferencia de López Obrador con los mencionados y lo que lo distingue también de Chávez es la educación, ya no digamos formal sino cuando menos algunas lecturas más allá de ejemplos beisboleros a la Peter Sellers de jardinero.
Las referencias de Peje son más cercanas a Lula o Evo, con ellos si es posible compararlo, el discurso incoherente, la crítica a lo establecido en dónde duele y las propuestas resultantes de la buena voluntad y la asesoría silvestre.
Yo también quisiera que Peje no fuera un loco e ir como Denisse a votar con mi playera amarilla. Creo también que hubiera sido mejor que la broma que es Felipillo.
Aunque ,Marcelo vestido de azul puede ser lo que necesitamos para conservar el folclor nacional.

Rodrigo Solís dijo...

Pablo: ni yo lo entiendo. Deberíamos ser millonarios todos los que colaboramos en este blog. Un abrazo y gracias por el comentario.