miércoles, 16 de julio de 2008

Cortes del sastre

El carro de mamá.-

Hoy me siento con suerte. Hoy sé que será mi gran día, más bien nuestro gran día. Todo está en su lugar correcto. Nada puede salir mal. Hoy es uno de esos días que te levantas y dices: nada malo me puede pasar. Es uno de esos días que tu confianza y seguridad están por las nubes, como un globo al que se le escapo a un niño. Marco lo sabe, Manuel lo sabe, Cristian lo sabe, Andrés lo sabe, yo lo sé. Hoy es el día de la verdad. Y aunque estamos confiados, no es extraño que el miedo suba y la confianza se vaya perdiendo conforme la hora se acerca. Manuel y Marco lo saben bien. El sudor se nota en sus sienes como señal de los nervios. Debo confesar que yo también me estoy inquietando, mis manos están sudando y mi cuerpo empieza a tener frío. El único que se ve templado es Cristian, porque Andrés rechina los dientes de desesperación. Todo está listo sólo falta que el reloj marque la hora… ¡Ya!

—¡¡Ora cabrones, ya les llevo la madre!!

Ese fui yo, Teodoro, y este asalto se planeó hace tres días cuando nos estábamos poniendo una peda, gracias a la prima de Andrés. Ya saben una fiesta de quince años. El lugar de asalto es la tienda nueva de electrodomésticos que se abrió cerca de la casa de Andrés. La idea surgió, gracias a las ganas mías de tener un carro, solo me faltaban $10,500 pesos para pagar ese carro que tanta falta me hace, es poco pero no lo puedo conseguir de otra forma, ya que los $231,600 los conseguí a base de prestamos, ahorros y mi primer delito, que mas bien fue un secuestro a un diputado hace tres semanas.

Mientras chupábamos a gusto en la casa de mi amigo, mis ojos se enfocaron a dicha tienda. Eran las 9:50pm y no habían cerrado, así que le pregunte a Andrés, y éste me contó que era una tienda nueva y que el dueño era un Regiomontano adinerado, y además me contó que había escuchado que cada viernes, a las 10 pm, él regresaba de Monterrey para hacer corte de caja. Eso me pareció muy tentador. No es tanta cosa, con $80,000 pesos que saquemos nos conformamos. Nos vendría tocando a $16,000 pesos por cabeza, a lo que me sobrarían más de $5,000 para pagar algunas deudas o mejor aún para irme a otra colonia, mientras se calma la cosa.

— ¡Oye tú, güero! ¿Dónde está el dinero? O te parto la madre antes de balearte el culo.

—EE-Está en la caja gris de atrás señor.

Es lógico que sólo seamos tres adentro (Cristian, Marco y yo), uno en la puerta (Manuel) y el otro en el carro esperando a nuestra salida (Andrés). Medio cerramos la puerta de la tienda, para no hacer un alboroto.

— ¿Y el dueño?

—Se acaba de ir.

— ¿Regresará?

—No.

—Vas bien güerito, vas bien.

Tengo que hacer plática para que mis amigos no se desesperen y además esa fue mi orden, que nadie hablara, más que yo.

— ¿Esto es todo el dinero güerito?

—Si señor.

— ¡¿En serio?!

—Teo, tenemos que irnos, “Cejón” (o sea Andrés) se esta poniendo nervioso.

—No nos podemos ir así Manu. ¡¡Dime pinche güero, dónde está la demás feria, sé que hay mucha más feria!!

—Déjalo así Teo, además estas pinches mascaras de plástico me están metiendo calor en la cara.

—¡¡Cállate pinche Chaparro (Cristian), les dije que no hablaran!! ¡¡ Contéstame güero, tú eres el único que atiende aquí!! ¡¿Dónde esta el resto del dinero?!

—Se lo llevó el dueño hace dos horas.

—No te hagas, el dueño viene hasta las 10 y a penas van a dar las 9.

—Es que vino temprano para llevarse el dinero semanal para comprar el regalo de su mamá.

—Vámonos con lo que tengas Teo, la poli puede venir.

—No podemos… ¡¡porque son sólo $5,000 pesos!!

Ella baila a la luz de la luna./ su cuerpo dilatado y ceñido a un vestido claro,/deja que el hombre pueda notar sus virginales siluetas./Ella baila y la luna se congestiona de nubes,/como si se apenara de su belleza./Sus cabellos negros se pierden en el contexto del cielo,/como si el mismo cielo saliera de su cabello./ Ella danza,/él observa y se pierde./Hermosa estampa que invita al amor./El aire se calma, el fresco se compacta, se espesa, se convierte en Ícor./ Las piernas del hombre tiemblan,/como siempre./ La observa: Su cuerpo, la luz que irradia su vestido, el espacio que exilia al aire, la oscuridad que desprende el hombre, sus ojos desorbitados./ El baile que parece nunca terminar; su cuerpo de vírgen, sus manos hábiles, sus pies diminutos, su cabello que oculta su rostro, su presencia que se acerca, que se acerca, que se acerca meneando su cabeza, y dejando ver su horrible rostro de Yegua que grita la noche.

CARONTE.-

Que bella es, lo juro. Es la mujer más hermosa que he visto. Me he bañado muy bien, pues hoy le voy hacer el amor.

Cuando la vi, me enamoré profundamente. Y no sucede como con las otras; ella es diferente a las demás. Se ve más pura, más sana (se nota que fue a los aeróbics), más linda.

La invité a comer, aunque ella no lo hace, por su dieta. Pues “en boca cerrada no entran moscas”.

Cuando llegó aquí, supe que tenía que ser mía. Me acerque a ella y se lo dije al oído, ¡casi pude ver su sonrisa! Este bendito trabajo, que me permitió conocer a mujeres muy bellas. Ella me esperará sin ropa, y eso me excita. Si la vieran se enamorarían, pero es mía, me pertenece y yo a ella. Todavía huele su perfume, todavía se ríe de mis chistes, sólo que tengo que ser cuidadoso para que no nos agarren platicando en el trabajo. Tengo que esconderme para poder hablar con ella. Incluso para mirarla. Ya son tres días desde que ella llegó y hoy voy hacer el amor con ella. No puedo mentir, lo he hecho con varias que han llegado aquí.

Su pelo rubio como si fuera oro, su piel blanca que raya en la palidez, sus manos tan pequeñas me vuelven loco, pero más loco me vuelve su cicatriz que tiene en el estómago. A ella no le da pena mostrarlo. Se ve tan bella, tan hermosa, que hoy le haré el amor de forma tan salvaje que, si no fuera porque está muerta, juro que ella gritaría tan fuerte que la oirían en toda la morgue.

Vivir sin rencores./Ahogarlos con agua salda./ Es por eso que es mejor vivir cerca del mar,/para que tus pecados sean opacados con la inmensidad del océano./Por eso Dios nos regaló la lluvia, para expiar nuestros pecados./Pero la lluvia es para los pequeños, el mar es para los enormes./ El viejo no puede con sus arrugas/ así como el soldado no puede con sus heridas./ Es necesario vivir en el mar para ahogar la tristeza,/ pero hay que ser cuidadoso para no ahogar la felicidad./ No mientas, no existe algo mejor./ El tiempo no es el culpable ni verdugo,/ ese trabajo es de la conciencia./Ahogada la conciencia sólo nos quedan sus burbujas de compasión, para ser inmortales.

CUENTAS PARA LA VIDA.-

En las orillas de la playa, en medio de la carretera, lejos del pueblo, hay una casita hecha de madera que vende artesanías. Está alejada de la carretera, pero se puede ver cuando uno se dirige a Champotón, pasando Seybaplaya. Está como a diez metros de la playa y diez metros de la carretera, y si pasas en la noche, verás como los focos tristes decepcionan la casa. Es de un solo cuarto, así como lo quiso Don Pascual.

Pascual es el dueño y habitante de dicha casa. Vive con sus hijas Flor y Ramona.

Él tenía como pareja a Romana, una morena que era de Veracruz. Así la escogió, morena, para que sus hijas tuvieran un buen cuerpo. La madre de sus hijas murió hace mucho tiempo, así como sus otros hijos. Más bien, Don Pascual los mató; a su esposa, porque había engordado y dio a luz a dos varones, y a sus hijos porque eran niños.

Él tenía sexo con sus hijas desde que ellas tenían 5 años. Se podría decir que él tenía hijas para ser feliz. Una de ellas, Ramona, está embarazada y pobre de ella si no tiene una hija.

Cuando ellas preguntaron por su mamá, éste les dijo que se había ido con otro hombre, sin que ellas supieran que él la ahogó mientras dormía, la arrastró a la orilla, la descuartizó y la aventó al mar. Y ya que andamos contando las muertes, a sus hijos varones, porque fueron dos como dije antes, los mató de forma singular. Al primero, cuando nació y Pascual se dio cuenta de que era varón, se lo llevó de la casa diciendo que no estaba bien, que se estaba asfixiando allí adentro y que necesitaba aire fresco; entonces se lo llevo dentro de los matorrales, le quebró el cuello, le amarró una piedra y lo arrojó al mar. El mar era cómplice de las barbaries de Pascual, se encargaba de borrar de la faz de la tierra a las victimas del asesino. Cuando llegó a su casa, Romana estaba durmiendo, pues el esfuerzo del parto fue bárbaro, y las niñas, que en ese entonces eran de 8 y 6 años, estaban tendidas en la playa, durmiendo por las malas noches que les hacía pasar su papá. Al despertar Romana y preguntar por el bebé, Pascual le dijo que al niño se lo llevó una mujer que compró una concha de tortuga, ella era de dinero y se encariño tanto con el niño que hizo un trato con él para llevárselo a su casa, en Zacatecas. “Esto es lo mejor para todos” le dijo Pascual a la mamá que lloraba y berreaba como borrego. El segundo varón lo mató ya con 6 años de edad, pues no pudo hacerlo antes porque el niño fue cuidado por su madre todo el tiempo. Cuando cumplió los 6 años, Pascual le dijo que le enseñaría a nadar. Lo llevo al mar, le mostró como patalear y bracear. Después de un rato, cuando Romana no veía, le dijo a Roberto que se agarrara fuerte del cuello, que lo llevaría a lo hondo para que viera a los peces, y ya en lo hondo, lo soltó, el niño tuvo miedo y cuando iba a gritar, su papá le dijo “no te preocupes, estoy cerca”, entonces no grito y mientras se hundía, dejó de respirar. Pascual, después de una hora, fue corriendo con Roberto en brazos a la casa. Éste les dijo a todos que se había ahogado cuando buceaba. Lo enterraron cerca de la casa, así como lo decidió la madre.

Así pasa el tiempo, y nadie compra en la casa de Don Pascual, porque la mala vibra nunca atraerá a los clientes. Y allí, en medio de la nada, suceden todas las cosas que Pascual quiere que sucedan: Tiene hijas para fornicar. Las niñas, que aunque ya son grandes, tienen la ignorancia de niñas inculcadas por su padre. Es un círculo que nunca cerrará, al menos hasta que Pascual muera.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

wil yo no se si el cuento tenga algo de "real" o tas usando terminos figurativos para el conocido caso ( y nadie hace y dice nada) del pescador del siete de agosto que es el fiel reflejo de pascual. el caso existe y es conocido entre TODOS los pescadores del rumbo sin que nadie haga nada. es triste pero aqui nomas en el siete de agosto pascual hace de las suyas. ojala alguien haga algo al respecto.

wilberth herrera dijo...

Perdón? del pescador del siete de agosto? más datos please. Ese cuento lo hice hace como 5 años. No tenía conciencia del suceso que me dictas. Fría concidencia.
Y sobre el pescador del 7, tenés toda la razón.
Un saludo

Anónimo dijo...

que linchen a don pascual!.

Anónimo dijo...

Yo soy Don Pascual, y todos se van a verga pinche putitos.

wilberth herrera dijo...

yes! Groupies! Arriba don pascual.

Anónimo dijo...

es cuento viejo entre los pescadores del 7 de agosto el caso del pescador que al fallecer su mujer hizo "sus mujeres" a las dos hijas que tuvo del matrimonio. se sabe que las chicas cuentan hoy en dia como entre 13 y 16 años de edad. no hay que hurgar mucho con cualquier pescador de este barrio en especifico alla por el mercadito de pescados que esta contraesquina del casino de campeche, para sacar mas informacion al respecto y devolverles algo de dignidad a esas chicas que fijate, ahora por el cuento que presentas, sale este dramatico caso de la vida real. y que lastima que este tipo de temas den lugar a burlas. en fin hay de todo. guacala por don pascual. ojala que con sus burlas resolvieran algo. por eso anda suelto tanta criminal mind.

wilberth herrera dijo...

muchas gracias por los datos. Neta que no lo había escuchado. Tendré que ir a hacer investigación de campor para saber más.

Lus dijo...

Más sangre, detales morbosos ocuridad y serias digno seguidor de:
A)Horacio Quiroga
b)Stephen King
c)Joe Hill

wilberth herrera dijo...

muchas gracias Lusesita. He leído a los dos primeros, pero el segundo me es desconocido. ¿Cual me recomiendas de Joe Hill?