En el 2007 hubo una comedia que nos hizo convertirnos en adolescentes y desternillarnos de risa frente a la pantalla: Superbad (mejor conocida en México como Supercool). Con justicia fue nombrada la comedia del año y para sorpresa de propios y extraños, el titiritero tras los hilos fue un sujeto que hacía su debut como director.
Entonces ocurrió una cosa, pacientes esperamos dos años a que Greg Mottola estrenara su nueva película (Adventureland) para conocer la respuesta de la siguiente interrogante: ¿volvería el señor Mottola a sorprendernos con otro cañonazo de taquilla, o, acaso su debut fue suerte de principiante?
Pasó lo siguiente: Adventureland fue un fracaso de taquilla, sin embargo, no por falta de talento del director. Todos los gringos que esperaban morirse de la risa en los cines se toparon con la desagradable sorpresa de que la película que apareció delante de sus risueños ojos fue una grandiosa historia de amor y no la desternillante comedia que prometieron los tontos encargados de la promoción al anunciarla de esta forma: “No se pierda la nueva comedia del director de Superbad”.
En fin, una injusticia la poca recaudación en taquilla. Creo que Adventureland hubiera corrido con mejor suerte si la hubieran promocionado de otra forma, por ejemplo: “Si usted es un palurdo, odiará la nueva película del director de Superbad”.
Entonces ocurrió una cosa, pacientes esperamos dos años a que Greg Mottola estrenara su nueva película (Adventureland) para conocer la respuesta de la siguiente interrogante: ¿volvería el señor Mottola a sorprendernos con otro cañonazo de taquilla, o, acaso su debut fue suerte de principiante?
Pasó lo siguiente: Adventureland fue un fracaso de taquilla, sin embargo, no por falta de talento del director. Todos los gringos que esperaban morirse de la risa en los cines se toparon con la desagradable sorpresa de que la película que apareció delante de sus risueños ojos fue una grandiosa historia de amor y no la desternillante comedia que prometieron los tontos encargados de la promoción al anunciarla de esta forma: “No se pierda la nueva comedia del director de Superbad”.
En fin, una injusticia la poca recaudación en taquilla. Creo que Adventureland hubiera corrido con mejor suerte si la hubieran promocionado de otra forma, por ejemplo: “Si usted es un palurdo, odiará la nueva película del director de Superbad”.
No, no es una comedia. Omitiendo todas las pequeñas dosis de humor que tiene la película, o sea, todas las escenas que viste en el trailer, nos queda una gran historia de amor.
Es el verano de 1987. James Brennan (Jesse Eisenberg) acaba de graduarse de la prepa y está listo para irse de viaje a Europa en compañía de su mejor amigo para luego ingresar a la prestigiosa universidad de Columbia a estudiar periodismo. Por desgracia la vida es canalla y le tiene preparado otros planes al bueno de James: su padre le comunica que acaban de despedirlo del trabajo y no tiene dinero para enviarlo a Europa, y lo que es peor, su madre le sugiere que tiene que buscar trabajo en el verano si es que quiere ir a la universidad.
James entra a trabajar a Adventureland. Un horrendo parque de diversiones de verano. Allí conoce gente extraña y hace buenos amigos, en especial con la deliciosa Em (Kristen Stewart).
Em es una chica que parece estar deprimida todo el tiempo. Y en efecto lo está. Sus problemas no son económicos sino familiares.
Em y James empiezan a salir juntos. Son tal para cual, pero esta no sería una historia de amor sin una tercera persona:
Entonces la cosa se tuerce. Pero no se tuerce en el típico caso de películas de adolescentes donde la novia o amiga con derechos del protagonista se muere por el galán fuertote y se devana lo sesos por no saber a quién entregarle su corazoncito.
Si este fin de semana quieres ver una buena película, ya sabes cual bajar de Internet. Greg Mottola (que también escribió la película) nos regala una escena final entre el protagonista y su rival fuertote de una sutileza maestra. Impagable.
1 comentario:
pura pendejada recomiendas rodrigo solis
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