Como habrán notado los dos o tres fieles lectores que aún quedan en Pildorita, las entradas (al menos las de un servidor) cada día son más cortas y menos sustanciales (si es que alguna vez he escrito algo sustancial). El motivo, como ya saben los dos o tres lectores fieles, es que estoy intentando terminar una novela que llevo más de cinco años escribiendo; misma que espero finalizar antes que comience el 2010 o tan siquiera antes del fin del mundo en el 2012.
Pero entremos en materia. Hace unos meses Eduardo Huchín me prestó una novela llamada Saga, me dijo que era una de las novelas más sensacionales que había leído. “Léela, te vas a divertir”, dijo.
Obedecí. Al llegar al punto final de la novela quedé extasiado, o para ser más exacto, cada una de las 315 páginas del libro me dejó con la bocota abierta, robándole horas al día para seguir leyendo y leyendo uno de los libros más divertidos con los que me he topado. Lo primero que pensé fue recomendar el libro en este blog, pero de inmediato supe que era un lector y escritor indigno de ello. Así que lo que hice fue lanzarle la carnada a uno de los escritores más talentosos y divertidos que hay en la actualidad para que fuera él (con su infinita sabiduría) quien recomendara de manera exquisita (y masiva) esta joya que casi nadie ha leído.
Pero entremos en materia. Hace unos meses Eduardo Huchín me prestó una novela llamada Saga, me dijo que era una de las novelas más sensacionales que había leído. “Léela, te vas a divertir”, dijo.
Obedecí. Al llegar al punto final de la novela quedé extasiado, o para ser más exacto, cada una de las 315 páginas del libro me dejó con la bocota abierta, robándole horas al día para seguir leyendo y leyendo uno de los libros más divertidos con los que me he topado. Lo primero que pensé fue recomendar el libro en este blog, pero de inmediato supe que era un lector y escritor indigno de ello. Así que lo que hice fue lanzarle la carnada a uno de los escritores más talentosos y divertidos que hay en la actualidad para que fuera él (con su infinita sabiduría) quien recomendara de manera exquisita (y masiva) esta joya que casi nadie ha leído.
Por Hernán Casciari
1 comentario:
Hombre, que así funciona esto de los libros buenos, por medio del rumor, el préstamo, la recomendación entusiasta. No está demás decir que Benacquista co-escribió el guión de "Lee mis labios" y que su libro de cuentos "La máquina de triturar niñas" es también una joya.
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