miércoles, 2 de abril de 2008

Vamos, vamos, vamos... a la Muestra Internacional de Cine



PILDORITA DE LA FELICIDAD AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD: Le recordamos a todo miembro de la venerable sociedad campechana que es su deber moral asistir todos los días, ya sea a las 6 de la tarde o a las 9 de la noche, a partir de este Viernes 4 y hasta el Lunes 21 de Abril, al Cine Teatro Universitario Joaquín Lanz (el que está a un ladito de la UAC) a ver las películas que integran la 49 Muestra Internacional de Cine. Y si de plano les da mucha flojera (¡qué vergüenza!) mínimo vayan a las funciones del Viernes 11 y el Viernes 18, que son las apuestas seguras: la ganadora del Oscar y la ganadora de la Palma de Oro de Cannes. Las películas que podremos disfrutar (y padecer) son:


Bella de todos los días: Dos personajes de la película clásica de Luis Buñuel Bella de día (si no la han visto réntenla hoy mismo: Catherine Deneuve muestra las chichis en su interpretación de una señora de clase alta que trabaja en un prostíbulo como pasatiempo) se reencuentran muchos años después.

Cobrador: In God we trust: "Un minero con dolor de muelas imagina. Imagina que va al dentista, imagina que vive una historia de amor, imagina que desahoga su rabia y que puede dar sentido a su propia muerte."

El gran silencio: Un documental de tres horas de duración acerca de la vida en un monasterio. Recomendable para las poquísimas personas a las que les gusta este tipo de películas (los demás considérense advertidos).


La influencia: "El futuro de la señora Rivero y de sus dos hijos, Romeo y Jimena, se torna incierto cuando embargan sus bienes y cierran la tienda de cosméticos con la que se ganaba la vida."

Solos contra el mundo: Nos muestra la sexy vida de un grupo de jóvenes de Tel Aviv. Comencé a verla y por lo menos puedo decirles que está entretenida, pero no vi suficiente para garantizarles que está buena (tuve que dejar de verla por causas ajenas a mi voluntad).

El custodio: "Retrata la monótona vida de Rubén, custodio encargado de vigilar día y noche a un ministro".


Paranoid Park: Un chamaco baboso comete un error de esos en los que nada más alcanzas a decir "¡Verga!". Es la nueva de Gus Van Sant y sigue la línea de sus películas anteriores Gerry, Elefante (una obra maestra, ganadora de la Palma de Oro de Cannes en 2003) y Last Days.

Los falsificadores: Ya sabes, es la ganadora del Oscar así que mínimo te va a entretener. Durante la segunda guerra mundial los nazis encierran en un campo de concentración a un judío que era un gran falsificador y lo obligan a hacer billetes para financiar al ejército alemán. Está muy buena, aunque si me preguntan no le gana a Persépolis, Taxidermia, 4 meses, 3 semanas y 2 días, o a muchas otras que fueron ignoradas por la Academia.

No quiero dormir solo: La nueva de Tsai Ming Liang, que en mi humilde opinión es uno de los cineastas más divertidos de hoy día pero al mismo tiempo uno de los que más disfrutan poner a prueba la paciencia del público. Narra la historia de un joven al que se madrean unos pillos y es rescatado por otros pillos, uno de los cuales lo cuida hasta que se mejora. Para serles franco, a la mitad de la película ya no tenía la menor idea de lo que estaba pasando, pero no por eso me gustó menos: tan solo ver esos paisajes feísimos, desolados y llenos de gente fea de Malasia y la escena en que dos personajes intentan "arponear al pulpo" usando máscaras de gas (que no sirven de mucho, porque se están muriendo de tos) valen el módico costo del boleto.


El telón de azúcar: "Radiografía cinematográfica acerca de la generación de cubanos que nacieron y se criaron en los años dorados de la Revolución."

Media luna: "Mamo, un célebre músico kurdo, decide hacer un concierto en Iraq tras la caída de Saddam Hussein. Durante el viaje atravesará varias complicaciones, incluyendo los malos presagios de la luna llena." Dirige Bahaman Ghobadi, que antes hizo Las tortugas pueden volar, una de las películas más horriblemente tristes y desesperantes que he visto; una muy buena película (diga lo que diga alguien a quien solo llamaré "Lolo").

La casa de Alicia: "Retrato innovador e inteligente de una familia brasileña de clase media, conformada por Alice, su madre, su marido y sus tres hijos. Alice es buena chica, pero la ocasión de traicionar le revela otras traiciones que no sospechaba." Considerando las últimas películas brasileñas que he visto (Ciudad de hombres, Tropa de élite, Super Xuxa contra Baixo Astral y Emoções Sexuais de Um Cavalo), estoy más que dispuesto a darle una oportunidad a esta cinta.

Cállate y canta: Las Dixie Chicks eran el grupo de música country más popular de Estados Unidos hasta que un buen día, durante un concierto en no recuerdo dónde, a una de ellas se le ocurrió decir que se avergonzaba de que el presidente Bush fuera de Texas. Los gringos se volvieron locos y salieron a las calles a tirar todos sus discos, pósters y demás parafernalia de las traidoras a la patria para luego pasarles encima con una aplanadora (y esto no lo estoy inventando, pasó de verdad y puedes verlo en la película). Este es un documental acerca del escándalo, que aunque tiene momentos muy entretenidos (gringos aplastando cosas con aplanadoras y diciendo sus habituales pendejadas), en general me pareció algo soso, tal vez porque en un momento deja de enfocarse en la locura que rodea a las cantantes y se concentra en ellas, en su reinvención y su búsqueda de un nuevo público tras ser abandonadas por la basura blanca.

Tú que estás vivo: Esta película presenta un mosaico de personajes extraños "continuamente frustrados sus intentos por establecer un lazo afectivo entre ellos y con los demás". No tengo nada malo que decir contra esta película. Buen, tal vez muchos de ustedes encuentren aburrido que no siga una trama lineal sino que nada más muestre una sucesión de escenas breves donde personajes que se relacionan poco o nada entre sí no hacen gran cosa, pero el humor que se maneja es tan inusual (no sé cómo describirlo: es un no-humor seco, inexpresivo... creo que es a lo que los gringos le dicen "deadpan") que en lo que a mi respecta valió la pena invertir noventa minutos en verla.

4 meses, 3 semanas y 2 días: Por mucho la mejor película de la muestra (o por lo menos de las que ya pude ver) y justa ganadora de la Palma de Oro de Cannes. En un año lleno de películas acerca del embarazo no deseado (Ligeramente embarazada, Juno, Waitress), esta cinta rumana fue la única que tocó el tema con la seriedad que este amerita. Por favor, ve a verla y lleva a tu hermana, a tu novia o a tus amigas, que después tendrán mucho de qué hablar. Si quieres saber cuál de tus amigas es la más pendeja, esta película te puede sacar de la duda: es la que luego de verla dice algo como "Qué fácil, ¿no? O sea, si fuiste muy madura como para acostarte con el tipo, también tienes que serlo para aceptar las consecuencias" y luego cierra los ojos y asiente sintiéndose muy satisfecha consigo misma, para luego mirarte fijamente a los ojos en espera de una respuesta a lo que acaba de decir, pues espera que estés sumamente impresionado ante tanta sabiduría. Muérdete la lengua para aguantar las ganas de decir "eres una pobre pendeja", que es la única respuesta que amerita semejante comentario.

XXY: Un médico lleva a su esposa e hijo a visitar a una amiga a la que hace tiempo que no ve, que vive en una casa frente al mar con su esposo y su hija. El médico no le cuenta a su familia que el motivo por el que su amiga los invitó es que quiere que examine y vea si puede tratar a su hija, que es hermafrodita. Al hijo del doctor comienza a gustarle la muchacha. La muchacha no sabe si quiere ser hombre o mujer. Suena sórdido, pero ésta una película muy triste que lo último que busca es escandalizar al público.

Locos por el baile: Un documental acerca de un montón de niños que estudian baile de salón. Cuando la estrenaron (hace un chingo) todos los críticos la compararon con Spellbound, el documental más inexplicablemente entretenido que he visto en mi vida (jamás podré entender cómo pudo ser tan divertido y crear tanto suspenso un documental sobre unos niños que participan en un concurso de deletrear palabras). Si es la mitad de divertida que Spellbound, les aseguro que no se arrepentirán de ir a verla.

The go master: "Historia de un gran jugador de Go, complejo juego de estrategia." Suena terrible, lo sé, pero tengo toda la intención de ir a verla por dos motivos: 1.- Según Martin Scorsese (que es uno de los sabios más grandes del planeta Tierra en todo cuanto al cine se refiere), la película El ladrón de caballos del director Tian Zhuangzhuang (director de The go master) es la mejor película de la década de los noventas, y 2.- La película anterior de Zhuangzhuang, Primavera en un pueblo pequeño, es una maravilla, y eso no me lo tuvo que decir nadie.

[REC]




Confieso ser un cobarde. Me asustan las inyecciones y las películas de terror… y muchas cosas más que no voy a ventilar públicamente. Admito que mi cobardía se potencializa al cubo cuando estoy ante de las películas de muertos vivientes, zombis o cualquier bestia del infierno que se asemeje a un ser humano despellejado. Dicho esto, ustedes sabrán qué tan objetivo es este escrito, viniendo de alguien que fue calificado por su hermano mayor como una vergüenza para la familia cuando en pleno cine a reventar de gente solté sendos alaridos a la Ned Flanders al ver a unos zombis correr como medallistas olímpicos (dopados) tras unos aterrorizados humanos en la obra maestra de Danny Boyle 28 días después.

La película que les vamos a recomendar esta semana es parecida a 28 días después; no es una calca al carbón, sino es parecida en los aspectos necesarios, pues como bien dijo Woody Allen en la película Muero por ti al darle un consejo final a su colega y amigo escritor: “si vas a copiarle a otros autores, asegúrate de copiarle a los mejores”. Y así lo hicieron Jaume Balagueró y Paco Plaza, los directores y guionistas (junto con Luis Berdejo) de una de las películas más terroríficas que he visto en años.

La película trata sobre una chica que es la conductora de un programa de televisión llamado “Mientras usted duerme” (¿y si usted duerme, entonces quién ve el show? -ese chiste se lo robamos a uno de los personajes de la película), que junto a su camarógrafo va a filmar a la estación de bomberos cómo es la vida de los bomberos en un día normal de trabajo. Claro que para su desgracia ese no será un día normal de trabajo. Y aquí un punto a resaltar: toda la película la vemos a través de la lente del camarógrafo. En ese sentido es parecida a otra película de suspenso de este año, Cloverfield, aunque ojo, esta película salió antes que Cloverfield, y mientras que ésta es más bien una película de acción y de desastre, [REC] es una obra de terror puro.

La estación de bomberos es menos entretenida de lo que la reportera anticipaba
. No pasa nada. Lo más emocionante que vive la chica es jugar un partido de básquetbol con los bomberos y fallar en su intento de entrevistar a una mujer de la recepción que escapa de la cámara porque le de pena aparecer en televisión. Al parecer será otra noche tranquila para el cuerpo de bomberos de Barcelona… hasta que la alarma suena.

Emocionada, nuestra protagonista sube al carro de bomberos creyendo que van a ir a apagar un gran incendio, pero ellos le explican que casi siempre los llamados son para rescatar animales domésticos, cerrar fugas de agua y hacer cosas por el estilo. Adiós Pulitzer, se lee en la mirada desilusionada de nuestra protagonista, que sabe que va camino a filmar otro programa aburridísimo. Y así hubiera sido de no ser por que la llamada vino del inquilino de un edificio que se quejaba de unos ruidos extraños provenientes del departamento de su vecino. Lo que descubre la reportera en el edificio es, en pocas palabras, lo más aterrador que he visto en lo que va de la década, y no les cuento nada más porque sería un crimen arruinarles esta película.

Lo mejor de [REC] es que dura 85 minutos. Los editores fueron lo suficientemente inteligentes para hacer una película corta, cuyos últimos 15 minutos confieso haberlos visto a través de las palmas de mis manos, porque no pude evitar cubrir mis ojos para no morir de un infarto.

Eso sí, lo único que me ha dado una rabia tremenda es no haberla podido ver en el cine gracias a que los imbéciles de siempre (distribuidores y dueños de salas de cine) prefieren apostar por películas malísimas en vez de traer joyas como este filme para que todos los asistentes nos solidarizáramos en un mismo alarido, o mejor dicho, en varios alaridos.



P.D. Para variar y no perder la costumbre, tal cual pasa con la mayoría de las buenas películas, los gringos harán su propia versión llamada Quarantine, que seguramente titularán en México con algo así como "Cuarentena sangrienta en el hotel", si bien nos va. Así que antes de ver la versión de los gringos, ve la original, que apenas se estrenó el año pasado en España; de lo contrario puedes toparte con un fiasco como el que protagonizó Tom Cruise en Vanilla Sky al adaptar la joya de Alejandro Amenábar Abre los ojos, nada más porque al grueso de los gringos (que tanto se parecen a nosotros) no les gusta leer los subtítulos, y menos que sus protagonistas no sean niños bonitos y blancos.

Trog: el troglodita


A paso lento pero seguro se aproxima la temporada de estrenos de verano (que para Hollywood comienza entre finales de abril y mediados de mayo), que presentará a los grandes estudios cinematográficos la oportunidad perfecta de despojarnos de los pocos centavos que no gastemos en alcohol a cambio de dejarnos ver películas que por lo general son malísimas, pero al menos nos dan de qué quejarnos hasta el mes de noviembre, cuando comienzan a estrenar las buenas películas, las que competirán a principios de año por los principales galardones que se otorgan al Séptimo Arte (Premios = Prestigio = $).

Los primeros cuatro meses del año son un verdadero horror para quien pretenda visitar una sala de cine, y quien no esté de acuerdo que le eche un ojo a la cartelera: ¿Una loca película de Esparta? ¿La misma luna? ¿Jumper (digo, si tienes más de catorce años)? ¿Juno (en español: "Juno: tropezar, caerse y levantarse")? ¡Esa última está buena, pero la estrenaron hace casi un año en el resto del mundo! ¡No pueden estar hablando en serio si creen que vamos a esperar tanto tiempo a que se decidan a pasar la chingada película! Y entonces llegamos al gran estreno de estas fechas, 10,000 A.C., la nueva obra maestra de Roland Emmerich, que en años pasados nos agasajara con películas como El día de la independencia, Godzilla, El patriota y El día después de mañana (o sea, pasado mañana), que no he querido ver por dos motivos: primero, que estando la economía como está es simple y sencillamente un acto irresponsable ir a gastar el dinero en una película que ya podemos imaginarnos que tan buena va a estar; y segundo, que todo lo que alguna vez quise saber acerca de los hombres de las cavernas ya lo aprendí de una película realizada hace casi cuatro décadas, que es el título que el día de hoy compartimos con ustedes:


Trog, realizada en 1970 por Freddie Francis, conocido churrero de origen inglés, y protagonizada por una de las estrellas más grandes en la historia del cine, la ganadora del Premio de la Academia Joan Crawford (¿cómo es posible caer tan bajo?), en el papel del troglodita que le da título a la cinta. No, no es cierto, ella interpreta a una doctora que se involucra sentimentalmente con el troglodita en cuestión, o algo por el estilo. No. A ver, me estoy confundiendo; la cosa era más o menos así:

La historia comienza cuando tres jóvenes estudiantes descubren una cueva misteriosa, que deciden explorar. Se emocionan al descubrir que no aparece en el mapa, y que probablemente ellos sean los primeros seres humanos que han puesto un pie en ella.

Un chonto misterioso los ataca y mata a uno de los chicos. Los otros dos escapan y son llevados a un centro de investigación (no estoy seguro, pero creo que estudiaban o trabajaban ahí). Uno de ellos queda traumatizado tras el ataque y es incapaz de relatar lo que sucedido, y al otro nadie le cree que hayan sido atacados por un chonto. Nadie excepto la Dra. Joan Crawford.

La doctora le pide al muchacho que la lleve a la cueva, a la que lleva su fiel cámara con la que logra fotografiar al monstruo.

Al poco tiempo el lugar se convierte en un circo mediático, con todas las cadenas de televisión queriendo cubrir la noticia del chonto y curiosos que se acercan a ver de qué se trata el alboroto. El alboroto perturba tanto al monstruo que tiene que salir a tratar de detenerlo.

El salvaje ataca con lujo de violencia al público y a los camarógrafos audaces que intentan compartir su rostro con el mundo, aunque esto les cueste recibir la más terrible de las pedradas.

Como era de esperarse, la única capaz de meter orden es Joan Crawford, que le dispara al monstruo un dardo con suficientes tranquilizantes (probablemente de su dotación personal) para dormir a un elefante. Las estrellas de Hollywood todo lo arreglan con drogas poderosas.

"¡Soy un ser humano! ¡Déjenme en paz!", desearía poder decir el monstruo al despertar y encontrarse en una fría celda en un laboratorio. "Es un 'trog', un troglodita", explica la piadosa doctora, que en vez de devolverlo a la tranquilidad de su cueva (donde ha vivido miles de años sin hacerle mal a nadie) decide estudiar al espanto. Los días siguientes, Trog es sometido a todo género de pruebas humillantes:

La doctora lo hace jugar con muñecas y observa cómo aflora su instinto maternal. "Se me hace que este es como mi ex-marido", parece pensar la doctora.

Cuando le ponen música suave Trog baila lentamente; sin embargo, si le ponen esa diabólica y estridente música de rock (Los Monkees o algo por el estilo) se pone como loco e intenta atacar.

"Sí, como mi ex-marido", sentencia la Crawford al descubrir el singular gusto por la moda del troglodita. "¿Qué le vamos a hacer?". Trog está en camino a convertirse en un miembro más de nuestra sociedad, hasta que un día...

...mientras juegan con una pelota en los jardines del centro de investigación un perro se entromete en el juego, con resultados fatales. A Trog no le gusta que nadie le gane la pelota.

Un comité de científicos y ciudadanos decentes se reunen para decidir si Trog es un peligro para la sociedad y debe ser eliminado. La doctora les muestra los resultados de su investigación y el progreso del monstruo en sus modales y en su gusto por los accesorios. "En un par de años podrá mudarse con algún buen muchacho y abrir juntos un gimnasio", vaticina la científica.

No lo van a matar, pero la doctora tiene que estudiarlo más a fondo. En una escena que seguramente inspiró a Stanley Kubrick al hacer La naranja mecánica, Trog es amarrado y obligado a recordar escenas terribles del pasado.

El director aprovecha esta situación para insertar una escena padrísima donde dos dinosaurios de plastilina pelean a muerte (como todos sabemos, los seres humanos y los dinosaurios coexistieron en el pasado; ¿o qué, serían los cristianos capaces de mentirnos en algo tan importante?). Los recuerdos de Trog concluyen cuando un volcán hace erupción y sepulta a todos los monstruos en lava.

No lo habíamos mencionado porque no había hecho nada importante sino hasta ahora, pero en la película también sale Michael Gough (al que recordarás como Alfred en las primeras cuatro películas de Batman) como un villano que intenta obstaculizar la investigación de la doctora. Harto de que ésta se salga con la suya, se infiltra al laboratorio de noche y libera a Trog con la esperanza de que cause el pánico.

Para su mala suerte, el primero en sentir el pánico es él mismo, que es asesinado a putazos y mordiscos por el sanguinario cavernícola.

Trog llega al pueblo decidido a sembrar el terror en sus habitantes, pero antes hace una escala técnica en una frutería; las manzanas están muy buenas en esta época del año.

Al ver una mano gigante y peluda que roba sus frutas, el vendedor piensa que se trata de un niño e intenta ahuyentarlo a escobazos. Sobra decir que las cosas no salen como él creía.

La siguiente escala es la carnicería, donde Trog empala al carnicero en uno de los ganchos que cuelgan de la pared. Una escena horripilante e inesperada, que más tarde sería imitada en Masacre en Texas, una de las mejores películas de terror de la historia. Ahora sí, con el estómago lleno Trog se dispone a causar pánico.

En una escena digna de Los Simpson, Trog vuelca (con toda delicadeza) un vehículo que al parecer era uno de esos famosos "coches bomba", porque apenas queda de costado estalla espectacularmente.

Asustar niños es un doble placer para cualquier monstruo, porque además del susto que les sacas en el momento les dejas un trauma de por vida. Sabiendo esto, Trog se dirige al parque más cercano para convertirse en el protagonista de muchas futuras pesadillas.

Esta niñita tenía MUCHAS ganas de tirarse por la resbaladilla, tantas, que ni saber que un monstruo peludo la estaba esperando abajo pudo disuadirla de hacerlo. "¡Guaaay!", grita la mamá de la niña antes de desmayarse.

Trog se roba a la niñita y la lleva a su cueva. Esta parte de la película es una versión en chiquito de King Kong: un mini-mono rapta a una mini-rubia en un mini-pueblito. Conocemos esa historia, y podemos oler el trágico final.

La doctora acude al rescate de la niña. "Déjala, sinvergüenza, que todavía no está en edad de merecer", le dice, y sus palabras logran convencer al salvaje de entregarle a la pequeña.

Demasiado tarde, Trog. Apenas la doctora sale de la cueva entra un comando del ejército armado hasta los dientes para terminar con el reinado de terror del cavernario.

Finalmente un tiro alcanza a Trog y lo hace caer sobre unos picos. Nuestro amigo ha muerto.

Fin.

martes, 1 de abril de 2008

Emos, rebeldía y otras barbaridades


¿Qué coño le está pasando al mundo? Pareciera que de pronto empezamos a vivir en un capítulo de la Dimensión Desconocida. De buenas a primeras hasta el más floripondio está plagado de orificios, aretes y de tatuajes hasta en la raja del culo. Óigame no, eso de los pelos parados y los tatuajes y las cadenas y toda la parafernalia era exclusiva de los inadaptados sociales, esos hombres y mujeres que se inyectaban y se metían de todo, que de solo verlos uno temblaba de miedo.


Les digo, había que ser un valiente o un loco o un verdadero inadaptado social para drogarse, perforarse, tatuarse e irse a vivir a los callejones de los barrios más peligrosos cual ratas de alcantarilla.

Ahora no, claro esta. Aquí un bonito ejemplo de cómo ha evolucionado la rebeldía.

Ellos son muy rebeldes, incluso más que RBD.

El letrero dice que esta foto no se debe publicar, pero como nosotros también somos muy rebeldes la publicamos.

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Ay mana-na-na-nas qué bonito cantan ustedes y ustedas. Yupi, nada como irse de rebeldes por la ciudad en una camioneta último modelo (igualita a las combis que usaban los hippies) comiendo bubulubus y gansitos Marinela mientras contaminas las calles de la ciudad aventando basura por la ventanas.

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¿Acaso estos lindos chicos dijeron la palabra infierno en su canción? Oh, sí. Claro que sí. Los hijos de Lucifer han llegado. Más tatuados, más despeinados, más perforados y más rebeldes que nunca. Ya nada de mariconadas como "quiero ser tu luz", y "tu estrella fugaz" y otras joterías como comer golosinas en una camioneta. De ahora en adelante puro rock y maldad. Letras rudísimas con palabras oscuras como "noche", "infiernos", "el final", "volar", "llorar", "gritar", etcétera.


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Guau. Nunca imaginé que todas las religiones podían converger en armonía en un mismo lugar: góticos*, católicos, satánicos y… budistas. Qué belleza.

Imaginamos que los payasos amantes de la música “gótica” habrán notado el sospechoso parecido de esta canción con la canción In the shadows del grupo Rasmus (otros payasos, para que vean que los payasos existen hasta en Groenlandia o de donde sean estos payasos nórdicos).

Palabra, de verdad que vale la pena que abran dos ventanas y noten la calca de música entre estas dos bandas de payasos (ver video In the shadows).

También imaginamos que los fans de Mónica Naranjo habrán notado que uno de los payasos de Kudai le robó el look bicolor a la diva española.

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Aquí podemos ver la participación de estos rebeldes en Miss Venezuela, porque claro, como ellos son muy rebeldes y no encajan en la sociedad, pues tienen que cantar delante de un público que al igual que ellos detestan el horrible mundo de la moda y los concursos donde se denigra a la mujer y se le califica como si fuera una vaca de feria ganadera.

A poco no cantan requetebonito. Lo hacen tan coordinados y afinados que hasta parece que cantaran con playback.


En fin, este es el mundo moderno en el que vivimos. Un mundo súper bonito donde Dios que es astuto como un zorro y más viejo que el Diablo (por eso sabe más que él) le robó su modus opernadi, es decir, sus discípulos predican el bien y hermosas moralejas en videos musicales donde salen tatuados, pintarrajeados y con el aspecto de bestias del infierno cual discípulos de Satán.

Eso sí, misteriosamente los emos famosos son muy sensuales.

Ash, te regalo una florecita.




* Sabemos que no es una religión; pueden ahorrarse ese reclamo.