Para los que dudaban de la paternidad de Tom:

Pensé que era un truco o error de cámara, así que le dije a mis nuevos amigos poetas, miren, que cabrones los organizadores, me sacaron calvo y con papada. Nadie se río. Me dijeron que estoy igualito en la vida real.
(esta es mi mejor cara de intelectual)
Estoy a unas pocas horas de subirme a un avión que me llevará a un encuentro de intelectuales en San Luis Potosí. Estoy aterrado. Primero, ayer en la noche mi chica decidió que era una buena idea ver documentales de accidentes aéreos; segundo, me veré rodeado de decenas de sujetos que visten suéteres de cuello de tortuga, sacos con parches en los codos, lentes de pasta ancha, camisas de manta hechas por indios chiapanecos que me escrutarán con sus miradas de sabiondos redomados y me señalarán como el tonto que en efecto soy haciendo evidente que no pertenezco a su selecto grupo.
Ni manera. Es mi obligación ir al encuentro de intelectuales, de lo contrario me quitan la beca que por un error en el cosmos me otorgaron para escribir una novela.
Lo más probable es que durante los próximos días no tenga tiempo de subir ni un solo post. Espero P tenga la hidalguía de entretenerlos. Yo en cambio, estaré sufriendo horrores, cubriéndome las espaldas y tratando de sobrevivir para llegar sano y salvo el lunes en la madrugada a casa y relatarles una que otra historia (la próxima semana también les contaré la asfixiante experiencia que viví en el concierto de Calle 13).
Antes de despedirme, les dejo la interminable y feroz crítica que recibió mi novela. Cortesía de Karate Pig. Un amigo de verdad que me hizo abrir los ojos y darme cuenta que no soy un escritor, que me falta mucho para serlo, y por eso, tengo que verme en la penosa necesidad de ir a eventos de intelectuales para convertirme en el best-seller que me saque de una maldita vez de la pobreza en la que vivo.
Rodrigo:
Este es sin dudas uno de los textos más difíciles que pueda escribir.
Y mira que cualquier texto me convoca serias dificultades.
Pero bueno, con la mano en el corazón te digo que ya no puedo seguir
leyendo tu novela.
Y es que me decidí a tomarla en serio. Era lo mínimo que podía hacer
después de algunos agradables textos que has compartido en tu blog.
Sobre todo antes de que empezara tu irremediable proceso de
Baylyficación.
Digo, no es que sean la gran cosa, pero insisto: tienes tus momentos, no
muchos, no muy buenos, pero los tienes.
Me tomé en serio la labor de leer tu Obra Maestra. Esto no es tan fácil de
llevar a cabo si tomamos en cuenta que, ante la carencia de ciudadanos
que paguen una bequinha carioca, o de una familia que se las quiera dar de
muy acá por tener un intelectual en su seno, tengo que salir cada día a
partirme el lomo para sobrevivir, y además en una nación de bárbaros.
El tiempo restante se me va entre mi sufrida mujercita y un equipo de
fubo, así que para leer tu novela fue necesario sacrificar la lectura de
obras de gente como Wallerstein, Hobsbawn, Ibargüengoita, Ginsberg,
Kerouac, T.S. Elliot y J.E. Huchin. Dichos libros siguen retozando
perezosamente en el escritorio.
Además pasé de postear irregularmente a ya no postear nada en el blog. La
Liga Yavasquechutas sigue suspendida.
Ya estamos a mitad de marzo, así que ya estuvo bueno.
La supuesta crítica que a continuación se viene, no es nada profi, no tiene
estructura y no te la debes tomar en serio, es sólo una recopilación de
corazonadas que me salen al recordar la experiencia que supuso el leer
algunas de tus páginas.
Procedamos ahora a enumerar algunas reflexiones que me motivaron las
200 y tantas páginas que leí.
Empezemos por el trago amargo para que, de esta manera, en medio de la
furia alcances a dislumbrar una tenue, frágil y áurea esperanza que se
desarrollará en la enumeración de detalles perrones que percibí en tu texto.
I. Los ligeros, fulminantes y muy amargos Tragos.
1
Relevancia.
Ponte una mano en el corazón antes de contestar esta preguna, por favor.
En verdad, pero en verdad crees que a este mundo le falta otra historia de
un joven clasemediero desorientado y con muchas ganas de “amar y
crecer”?
Bueno,si tu respuesta es “Sí”, te falta responder porqué.
2
Estructura.
Te acuerdas cómo Tarantino es capaz de tender en Pulp Fiction estas
espirales narrativas que no tienen sentido y te llevan de una a la otra?
Y sin embargo la trama es tan envolvente que ni siquiera te das cuenta o te
importa que A no lleve a B o que sea imposible que C siga a D.
Y bueno, tú nos sales con tu trilladizima linealidad Infancia-Eterna y
Perpleja Adolescencia.
Y eso es todo lo que une a todas esas pequenhas historias que se
zangolotean entre sí.
Y de forma monótona además. Después de 20-30 páginas uno ya sabe que
cada nueva aventura terminará en una frustración, que para colmo, después
de un par de líneas resulta bastante predecible.
Que hay además de eso? Qué es lo que nos quieres decir?
Acaso “Los Hermanos Karamazov” trata sólamente de cosas que pasan en
Rusia?
Moby Dick es sólo una concatenación de sucesos que tienen por escenario
ese lugar donde la vida es más sabrosa?
Tratas de abordar la Vacuidad?
Pues ni siquiera.
Yo creo que más bien, te doblegaste ante el Lado Posmoderno y Bayly de
la Fuerza. Y desde ahí nos dices: “Yo solo quiero escribir, no dar dosis de
moralina ni consejos, yo sólo quiero convertir en lenguaje todo lo que
pasa a mi alrededor, sin meterme en pedos, sin pensar en consecuencias, en
trascendencia, en cuestionar, criticar, ó conscientizar cualquier cosa que
sea la humanidad"
Y no es que esa postura esté bien o mal sino que es muy simple
como para mantener el interés de alguien que no sea tu cuate, o tu compa
de la minimafia intelectual a la que perteneces.
Piensa cómo J.E Huchín en cada artículo pone la jeta, le pese a quien le
pese, y aunque de vez en vez se la rompan.
Piensa en cómo Psicópata Americano plantea una crítica a la vacuidad, la
inrascendencia y la deshumanización que implica el consumismo,
Piensa en lo fascinante que puede resultar el Tedio cuando lo presenta
Gervais.
3
Sobran personajes y al principal le falta creerselo.
La del “Adorable Perdedor” es otra moda en la que caes, sólo que en tu
caso dista de ser “adorable”
Tu personaje es como un saco de papas al que le pasan cosas. Creo que era
muy interesante la situación de ser tan cobarde y las espectatvas heróicas
depositadas en el nombre del Cid Campeador, esto se sostuvo bien un par
de paginas y luego lo olvidaste...
cede a las expectativas de su madre y se tira el lanze de cumplirlas, pase lo
que pase y le pese a quien le pese (a él mas que a nadie)?
Le importan poco y manda a cagar a las expectativas, a su mamá y a
todos?
Plantea su cobardía y timoratez como el único rasgo auténtico y digno de
ser defendido en una sociedad hipócrita?
No hay reacción alguna en las hojas que leí.
Simplemente le pasan cosas y nos las cuenta.
Llega un momento en que no se le agüanta más.
Veamos un ejemplo: el pasaje donde Rodrigo termina entrenado con los
Venados.
De pronto, gracias a las palancas de su papá, se vé entrenando con el
equipo profesional de la localidad, un par de entrenamientos pasan en la
total intrascendencia y termina lesionando a la única esperanza de lograr el
ansiado ascenso para el club.
El acontecimiento es plausible, pero la forma en que se desarrolla es
desaprovechada...
Rodrigo, tu sabes que no cualquiera en nuestro país es capaz de correr por
20 minutos. Menos aún agüantar uno o dos entrenamientos con los profis.
Simplemente no existe una cultura deportiva.
Tu sabes lo pesado que es estar en forma, el tiempo que hay que invertir, la
constancia, la disciplina.
Cómo es que un don nadie lo logra así de fácil?
Y además con el calor infernal de Yucatán?
Porque es que todos los mamados creen que lo más natural, lo más facil
del mundo es precisamente el estar mamado?
Que pedo con todas esas abdominales, lagartijas y sentadillas jarochas?
Porqué nunca nos cuenta del cansancio propio, los tirones, la sed, los
codazos, etc..?
Te das cuenta cómo es un costal de papas?
Quien sabe, a lo mejor lo tuyo se trata de algún recurso literario totalmente
desconocido para mí, de cualquier manera me queda la impresión de que
tu novela transcurre como a través de una camarita de big brother: mucho
detalle y muy poco significado.
Tus descripciones crean la atmosfera adecuada, pero lo más relevante que
le escuchamos al personaje principal es su experiencia en los vestidores.
Es decir, tenemos a un “niño de escuela católica” que de pronto
entrena con un equipo profesional y lo que más destaca es una
descripción de verse ante hombres desnudos en un vestidor.
Y ya que está la chance ahí, porqué no reaccionar y tomársela en serio,
aunque al final falle rotundamente?
O fracasar catastrofalmente a los 10 minutos del primer entrenamiento,
tirando el higado ante la titánica empresa que supone correr 100 metros
para un bueno para nada?
Porqué no ser molido a patadas y codazos por gandallas que viven de eso y
que le ensenhan al ninhito mimado y recomendado cómo
Etcetera....
Y sobran personajes, muchos.... pero muchos.
Es como si creyeras que le haces a todos tus conocidos el Gran Favor de
incuirlos en tu novela.
Para el lector común y corriente es muy difícil seguir a tus primos, sus
novias y sus cuates, por mas guapura que destilen.
O el significado de todas las nenas que el Costal de Papas ve por su vida
pasar. Wow! el maestro corrupto, la tarotista tranza, el enésimo primo y su
enésima novia! que personajazos!
Para colmo sepultas a los que tienen potencial, por ejemplo, presentas a Tamara y le dedicas un estupendo párrafo;
“De muy buena gana hubiera besado a Tamara. Esa mujer extraña
que había aparecido de la nada. Mi salvadora. Mi confidente. Un
ángel errante que callaba y aliviaba con la mirada. Y no se cansaba
de escuchar cada noche la misma historia. La triste historia de un
Romeo mutilado. Abandonado a su suerte por Julieta.”
y que haces en las próximas páginas?
te sueltas a detallar cómo cagan en tu familia!!!!!
Y que fue de Tamara?
Aparece, escucha y desaparece?!!?!?
Porqué?
Por eso, no pierdas el tiempo en personajes intrascendentes para la trama y
métele a los que sí, y no los olvides así nomás
Es más, primero construye una que vaya más allá de “cómo duele crecer y
duele más no crecer”
Sí, de acuerdo, la vida en la clase media de provincia puede ser
exactamente igual de soporifera que tu novela, o incluso peor, pero
entonces métele a la crítica, o ríndele loas, pero por favor, propón algo....
II. Detalles Perrones.
Descripciones.
Metáforas.
“Atmosferas”
Situaciones.
Momentos como cuando le rompe el cheeto a la gordita ó este:
“Papá siempre dijo que sólo los pendejos se mueren.
-Sólo los pendejos se mueren –decía, con magnificencia,
descaro y con un airecillo de semidios del Olimpo.”
Así, en esas tres líneas, nos dices mucho más acerca de ese personaje que si te lanzas a detallarnos de quien es primo ó novio, si es guapo o no, cómo lo conociste, etc, etc,
Con ello, suopones que tu hipotético lector tiene un par de neuronas disponibles, lo invitas a participar, recuerda que nada es más aburrido que un monólogo, por eso los informes de gobierno nomás no suben el triste Rating del Canal del Congreso.
Ahora no recuerdo más ejemplos específicos, pero si me eran claros al
momento de leer tu texto. Y sí ahí están. No te desanimes.
Además lo que tenga que decir ya lo he hecho en los respectivos
comentarios a los post de pildorita.
Explótalos más. Reduce los personajes paja, dale vida al principal,
juegatela y propón algo, encuentra los momentos fundamentales para la
trama de tu novela y profundiza en ellos. El material esta ahí.
Es un hecho que sabes contar las cosas, ahora dale un sentido a tu
narración.
Claro que eres un muy buen periodista, o hacer un buen compendio de
cuentos cortos. O un blogero al estilo Casciari.
Se nota que pasaste noches enteras tratando de hilar tus post del blog.
Error garrafal, tu novela tiene que ser en si misma algo coherente, no un
conjunto de retazos de todo un poco, claro que puedes meter de aqui y allá
todo lo que quieras, de acorde a la trama y siempre y cuando exista una.
Y ya no se me ocurre nada más, ya me acabé las notitas que fui haciendo al
leer tu texto, notarás familiar el desastre que supuso el intentar hilar algo
coherente y claro, me apunté todas las cagadas y pocos de tus aciertos.
Ni modo.
Saludos
y espero no existan Resentimientos
un abrazo de cualquier manera
y vete por un licuado, Pinche Mamey.
Desde algún lugar del Norti,
Marzo 2011
El Karate Pig.
La crítica de arriba no fue la única que recibí de mis amigos escritores. Naturalmente no publico las otras para no avergonzarme más. No es bueno pulverizar tanto el ego. Eso sí, he reescrito mi novela. Fue un trabajo arduo y divertido. P me mentó la madre por convertirlo en un personaje central y neurálgico en la novela. Ahora solo me resta soportar como un costal de papas los embates feroces de mi asesor del FONCA. Ruego para que no me quiten la beca y/o descubran que fue una pésima idea pagarle a un bueno para nada un dinero que no merece.
Bien por ella. Lástima que me cague todos los días en su Dios. Si Dios existiera ni ella ni nadie tendría que limpiar la miarda de otras personas para vivir. Mi nueva muchacha cristiana cree que me está convirtiendo. Que pronto seré una oveja de su rebaño. Por lo pronto, yo finjo muy bien. Le hago plática y le digo que me cuente más cosas de su Dios para que ella siga limpiando mi miarda. Esta mañana me invitó a su iglesia. Accedí. Y esto fue lo que ocurrió delante de mis ojos.
http://youtube.com/watch?v=_RYq-KiKjrM
Mañana será tarde de exorcismo. Estaré en primera fila. Mi nueva muchacha cristiana me ha hecho olvidar más pronto de lo que creía a mi antigua muchacha pícara, la cual, espero Dios proteja y nunca la envíe a la cárcel.
¿Y qué son Los Antifaces de Cristal?, se preguntará usted, amable lector no campechano.
A continuación la finísima respuesta:
http://youtube.com/watch?v=Lj8UlwInO6Y
Siendo una persona pobre y poco avezada en materia tecnológica (apenas acabo de descubrir el Google Maps), este nuevo hallazgo me da (o pensé me daría) la posibilidad de llegar a rincones y lugares donde mi exiguo salario me lo impide.
Siempre he soñado que cuando sea un escritor best-seller el primer lugar al que me gustaría ir es a Argentina y luego a Perú. Nada de Europa y lugares donde me hablen en idiomas inentendibles y cuyo acento y entonación pareciera que me están cagoteando (y tal vez me estén cagoteando por ser un indio mexicano) y me orillen a sentarme en la banca de un bonito y lujoso parque a llorar como un niño perdido.
Me conozco de sobra. Se que no soy un intelectual afrancesado. Un dandy inglés. O un sujeto en busca de sus raíces hispanas. Lo que yo siempre he soñado (en mis sueños siempre soy millonario) es pasear por las calles argentinas, y no porque Borges haya escrito algo sobre las calles de su país (en realidad no sé si escribió sobre las calles argentinas porque no he leído nada de Borges y además está probado que el viejo ciego quiso que lo enterraran a miles de kilómetros de esa gente que se siente parida por Dios). Quiero pasear por las calles argentinas por dos simples razones y en una época en especial. La época tiene que ser en el año 2014 o 2018 o 2022 o 2026 (o sea, en cualquier año mundialista). Las razones son las siguientes: Razón uno: ver si los argentinos en verdad son gente tan apasionada al fútbol como todo mundo dice, y abrazarlos para consolar sus lágrimas cuando los echen en cuartos de final o ponerme la camiseta albiceleste con el número diez y hacerme pasar por uno de ellos cuando levanten la Copa del Mundo porque mi selección, alias, los ratoncitos verdes, ni volviendo a nacer cien veces podré verlos ganar una copa de verdad, o sea, algo que no sea la copa de la Concacaf, alias, la copa de los países subdesarrollados y antillanos que no saben jugar fútbol. Razón dos: verle el culo a las argentinas. Nota: no es lo mismo verle el culo a las argentinas aquí en México (la mayoría trabaja como meseras y/o putas, o sea, paran el culo por que es su trabajo) que en Argentina (allí la redondez y firmeza es algo natural –según me cuentan-, una competencia leal, sana, en libertad de movimiento, culos erguidos y orgullosos que se pavonean para no verse menos contra otros cientos de miles de culos erguidos y orgullosos).
Desde que la semana pasada descubrí la existencia de algo llamado Google Maps (sí, vuelva a reírte Fiera) he tomado la sana costumbre de ejercitar la nostalgia. Siendo Campeche una ciudad subdesarrollada y paralizada en el tiempo, no me extrañó toparme en mi caminata virtual con un terreno baldío donde ahora (tiempo real) nos abofetea con su fealdad el casino donde las señoras campechanas van a despilfarrar los sueldos exiguos de sus maridos. Otra buena noticia del atraso virtual de Campeche es que a pesar de haberme ido hace más de un año, mi fiel Rocinante blanco permanece en la cochera de mis padrinos, mi hogar dulce hogar por más de cuatro años.
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Esta mañana decidí ejercitarme más de la cuenta. Caminé hasta la casa de mi querido amigo Wil, alias, el putito reportero con sobrepeso amante de los putitos del Real Madrid y de la Pepsicola. 40 minutos después toqué a su puerta con la firme intención de platicar de los viejos tiempos cuando saturaba de posts este bonito blog rosa. Por desgracia, nadie me abrió.
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P.D. Gordo de miarda, espero desandes mi caminata y me toques a la puerta. Yo sí te voy a abrir. Tomate tu tiempo, se que te detendrás en cada tiendita de la esquina para tomar oxígeno y/o hidratarte con Pepsi (el refresco de cola oficial de los putitos); calculo que te veré la sudorosa y mofletuda jeta hasta dentro un mes, aproximadamente el 17 de abril, a la hora del Clásico, o tal vez, el 20 de abril, para la final de la Copa del Rey. Yo pongo la comida chatarra y las Pepsis que tanto te gustan (ni manera, todo sea por los viejos tiempos, espero no volverme puto).