lunes, 29 de octubre de 2012

Una novela campechana



Pese a pronóstico, la venta del libro va viento en popa. O eso creo yo.

-¿Solo 10 libros vendidos? –preguntó Fiera el sábado pasado con desilusión, es decir, rompiendo mi ancha sonrisa frente al monitor al tiempo que interrumpía mi charla por Facebook con un amigo (o como los llamo ahora que soy un sucio capitalista: potencial comprador).

-¿Tienes idea de cuánto son 10 libros vendidos en menos de 24 horas? –pregunté con aires de grandeza.

-Una puta miseria –respondió Fiera, acostumbrada a pasearse por las librerías de los centros comerciales y ver en los aparadores libros con cintillos en las portadas que presumen ventas por arriba del millón de ejemplares.



Que la frondosa delantera de mi chica no los distraiga y haga sacar falsas conclusiones, ella ama el dinero pero también ama a los buenos chicos como yo (que tienen aspiraciones a ser ricos algún día).


Continúo con el relato.

-Si vendo en promedio 10 libros diarios –intenté explicarle-, serían 3,650 libros vendidos en un año, dinero suficiente para vivir de mi escritura –el resto de mi explicación solo fue escuchada por mis 3 perros; Fiera se había marchado refunfuñando al cuarto, pues ella desea (y justificadamente) que yo tenga un trabajo formal, como todo el mundo, y que me deje de puñetas mentales y de depender de la lástima de mis lectores.




En silencio (y con mucha amargura) abrí otra ventana de la computadora y mandé mi currículum a una docena de empresas. Jamás voy a vender 10 novelas diarias. La mayoría de mis lectores son gente pobre como yo. Sin embargo, la esperanza nunca muere, así que resumí mi novela lo mejor que pude, o sea, terriblemente mal. Le tiré la bolita a mi editor y dije una serie de disparates plagados de faltas ortográficas y de sintaxis. 





Curiosa percepción que tienen los argentinos de los campechanos (nada alejada de la realidad), aunque según la RAE (ojo a lo que está subrayado en rojo), éste es el verdadero significado:




Palabra, ya les ensañaré yo a los viejitos de la RAE lo equivocados que están. Tengo entre manos 300 páginas que lo prueban.




3 comentarios:

Bernardo José dijo...

con trabajo terminé de leer.
la pregunta del millón (y dudo que te ofendas)... ¿son naturales?

Rodrigo Solís dijo...

Sí, son naturales.

Bernardo José dijo...

y una vez mas, dudo que te moleste... pero... ¡Nena!

ah, y espero poder ser lector de tu libro. ya vi que un "amigo"(conocido) está en la lista de compradores, así que, esperaré al 2013 para pedirlo.

ya sabes, dicen que los libros son algo que no se deben de comprar siendo nuevos.

aunque de seguro lo dicen no pensando en la enconomía de los pseudoescritores...