Tengo la teoría (y lo sé por experiencia) de que Demián Bichir escapó de México no por alcanzar el sueño hollywoodense, no señor, huyó porque aquí nadie podía decir su nombre correctamente.
Como todo nominado a un Oscar, de ahora en adelante Demián se ha ganado a pulso el derecho (y obligación) de hacer el ridículo (o haberlo hecho) en todos los churros que quiera. Jean Dujardin encontrará en él una dura competencia por todos los papeles de villanos que Hollywood tenga que ofrecer durante el próximo par de años.
AQUÍ un artículo donde profundizamos sobre la entrega de los premios Oscar, pero en especial, a quién queremos engañar, hablamos sobre los premios TVyNovelas. Y claro, también sobre Damián, perdón, Demián Bichir.
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