miércoles, 3 de diciembre de 2008

Y de repente, un ángel



Aún recuerdo como si fuese ayer, la noche en la que asistí a mi primer encuentro de escritores, y tal como temía, a la hora de la cena, para romper el hielo (de qué más podrían hablar unos intelectuales) uno de los escritores más aventajados (en ese momento no lo sabía, pero lo sospechaba por su indumentaria: usaba sombrero y guayabera) me preguntó qué libros me gustaba más leer. Siendo yo un polizón en aquel encuentro, decidí hacerme al gracioso y le respondí que me gustaba leer sólo los libros con pocas páginas, y de preferencia, con un final feliz. Como nadie rió, puse mi mejor cara de intelectual y le dije que uno de mis escritores favoritos, y sin duda, fuente inagotable de inspiración, era Jaime Bayly. Todos en la mesa rieron. “Que bromista eres”, me palmotearon las espalda.




El libro que les recomendaré esta semana (para los intelectuales esto será otro sacrilegio como el de la semana pasada) se llama Y de repente, un ángel, de Jaime Bayly.

Como habrán notado en la foto de arriba, el libro fue finalista del Premio Planeta en el año 2005. Traducción: ser finalista del Premio Planeta es como estar nominado a mejor director en los Oscares y/o Globos de Oro.

Sin embargo, tratándose de Jaime Bayly (famoso y polémico periodista, cómico y conductor de la televisión) ser nombrado finalista de tan importante galardón literario no podía estar exento de controversia.

Juan Marsé (un chingón, escritor y ex jurado del Premio Planeta, además de: Premio Planeta 1978 y Premio Cervantes 2008), dijo que la novela de Jaime Bayly, en síntesis (aquí pueden leer todo lo que dijo) era mala.

Naturalmente, Marsé que es un indiscutido intelectual (al igual que mis amigos) renunció a ser jurado del Premio Planeta en los próximos concursos. Faltaba más, un gran señor como él no tiene por qué andar leyendo las paparruchadas cómicas de un peruano que sale en la televisión.

Yo en cambio, que soy un lector facilón y bobo, decidí que era tiempo de leer este libro que debí leer hacer tres años, pero que debido a mi precaria situación económica de escritor, tuve la oportunidad de leerlo hasta la semana pasada gracias a mi acaudalado hermano que tuvo el buen tino de comprarlo y luego prestármelo, no sin antes decirme que literalmente se cagó en los pantalones de la risa tras leer cada capítulo.

La historia va de un escritor que lleva muchos años sin ver a sus padres. Les guarda mucho rencor y rabia por motivos que desde luego, nos les revelaré en este blog rosa. Julián Beltrán (el escritor) tiene una novia llamada Andrea. Andrea trabaja en una de las librerías más prestigiosas de Lima. Julián y Andrea sólo se ven un día por semana, el día que Andrea tiene libre en la librería. Como Julián es un cerdo (calificativo que no duda en imputarse él mismo), tiene su casa hecha un asco. Andrea amenaza a Julián con no regresar más a su casa si no la empieza a limpiar como Dios manda. Julián que es un inútil en las labores domésticas (y sospecho que en cualquier otra actividad que no sea la de escribir) contrata a una sirvienta. La sirvienta es una señora llamada Mercedes. Julián y Mercedes se vuelven amigos. Una amistad que rompe la barrera social, económica y cultural. Mercedes le cuenta un día a Julián que fue vendida a los diez años de edad ya que su mamá no podía alimentar a tantos hijos. Así que, desde esa temprana edad hasta poco tiempo antes de ser contratada por Julián, fue sirvienta de la esposa de un militar que la despidió de buenas a primeras luego de toda una vida de leal servicio. Julián decide que ha llegado el momento de que Mercedes se reencuentre con su madre, sin importarle que Mercedes le diga que ella no quiere ver a su mamá porque probablemente ésta ya esté muerta.

Tranquilos, básicamente lo que les conté está escrito en la contraportada del libro. Palabras más, palabras menos.

Lo que no está en la contraportada del libro es lo que les diré ahora: vayan inmediatamente a la librería más cercana y compren el libro. Aquí un trato justo: si compran la novela y no se ríen hasta que les duelan las costillas (además de conmoverse hasta las lágrimas), cogen las llaves de su auto, lo encienden, manejan hasta llegar a mi casa, tocan el timbre, preguntan por mí, y me dan un golpe en la poca del estómago.

Esta novela, incluso, me aventuro a recomendársela a mis amigos intelectuales, esos que sólo leen libros no menores de 500 páginas y donde hay que estar consultando el diccionario de la Real Academia Española cada tercera línea para entender la trama.

Y de repente, un ángel es un libro obligatorio de leer para los que tienen intenciones de ser escritores. Imperdibles los 7 brevísimos capítulos donde Jaime Bayly narra con maestría el trabajo que desempeña Andrea dentro de la librería al toparse con 6 diferentes escritores y una señora copetuda.

Para cerrar este post, les dejo la respuesta que dio Jaime Bayly a Juan Marsé, luego de que este último (como les mencioné al principio del escrito) le dijera a Bayly que su novela era mala.


"Devuelve la plata, hijo".

Mi madre me llama a Barcelona y me dice: Hijo, ¿se puede saber en qué lío te has metido? Le digo: No me he metido en un lío, mamá, he ganado un premio. Me dice: No me mientas, amor. Le digo: Te juro, mamá, he ganado un premio. Me dice: No es lo que he leído en el periódico acá en Lima. Le pregunto: ¿Qué has leído? Me dice: Acá ha salido en todos los periódicos que has hecho algo muy feo en España y que hay unos señores escritores españoles que dicen que has escrito unas cosas muy feas. Le digo: No, mamá, es sólo la opinión de un escritor... Me interrumpe: Amor, a tu mami no le puedes mentir. Yo sé que has hecho algo muy malo.Es mejor que lo reconozcas con humildad cristiana y que pidas perdón y devuelvas lo que te has robado. Le digo: No he robado nada, mamá. Me dice: Bueno, tú sabrás, Jaimín, haz un examen de conciencia y pregúntale a Nuestro Señor si debes devolver esa plata. Porque acá los diarios dicen que hay unos señores muy importantes de España que están reclamando que devuelvas la plata, amor. Le digo: No, mamá, nadie pide eso. Me dice: Acá te paso con tu papá, hijito. Mi padre me dice: Hijo, por favor, devuelve el premio, hazlo por la familia. Le digo: ¿Por qué dices eso, papá? Me dice: Hijo, no puedes seguir haciendo escándalos por el mundo. La familia sufre mucho por tu culpa. Tienes que devolver esa plata. Todo el jurado está diciendo que no la mereces. Ten un poco de dignidad y devuélvela, hombre. Le digo: No es todo el jurado, papá. Es sólo un miembro del jurado. Me dice: No, hijo. Yo vi las noticias por el cable en Televisión Española.Había una señora mayor que también decía que no mereces ese premio.Le digo: Bueno, sí, eran dos miembros del jurado. Me dice: Si has hecho trampa, reconócelo y devuelve los 150.000 euros. Le digo: No he hecho trampa, papá. Me dice: No es lo que dicen los periódicos en Lima. Acá ha salido clarito que tu novela es malísima y que hay un tremendo escándalo en España porque todos los escritores están reclamando que te boten del país y que devuelvas la plata.Le digo: No es así, papá. Están exagerando. Me dice: ¿Quieres que te pase por fax los recortes de los periódicos de Lima? Dame el fax del hotel y te los paso. Le digo: Papá, te juro que no he hecho nada malo. Me dice: No es lo que dice el jurado. Le digo: Pero el jurado me ha dado el premio. Me dice: No, hijo, lo que te han dado es una tremenda regañada. Le digo: Bueno, sí, más que un premio pareció una amonestación. Me dice: Yo te aconsejo que devuelvas la plata y pidas disculpas y dejes de escribir esos libros tan fregados que siempre escribes. Hazme caso. Yo soy tu viejo. Le digo: Gracias, papá. Me dice: De nada, hijo. Y mándale saludos de mi parte a ese señor Massé. Dile que me cae muy bien y que estoy totalmente de acuerdo con él. Le digo: Es Marsé, papá. Juan Marsé. Me dice: Sí, pues, de Massé te estoy hablando. Mándale un abrazo de mi parte. Dile que me parece un tipo de primera, muy moral. Cuando vaya a Barcelona lo voy a invitar a cenar. Le digo: Ya, papá. Me dice: Llama a Massé, hijo, y devuélvele la plata. Y dale un abrazo de mi parte.

JAIME BAYLY


4 comentarios:

Anónimo dijo...

por dios como amo a ese hombre..
es lo maximo de la vida..
oye pues presta el libro no??
porque hay pobreza y no creo poder comprarlo proximamente..

Anónimo dijo...

Ese es el único hombre por el que me dan verdadeas ganas de convetirme en hombre. (por una noche)
O en una mujer tan sensual que lo haga olvidarse de todo hombre.

Anónimo dijo...

Hace pocos años leí este libro, en verdad fue divertido.
Recuerdo el programa de Baily en Telemundo, era muy bueno, no sé si lo sigan pasando, tengo como 3 años sin cablevisión.
¿Que otro libro de él recomiendas?
Es el único que he leído de él, y visto las películas No se lo digas a Nadie y La Mujer de Mi Hermano, que recuerdo son adaptacioens de sus novelas.

Rodrigo Solís dijo...

Marit: claro, sólo que hay cola, primero va Wil, luego Eduardo y luego tú (naturalmente, sólo si mi hermano es tan bondadoso de prestárselos a todos ustedes).

Lolbe: tranquila, estás bastante potable, yo creo que si te le apareces en la noche sí se olvida de todos los hombres.

José Luis: Bayly es uno de esos autores que es tiro seguro. Cualquiera de sus novelas son geniales. No hay pierde. Pero si ya estamos en eso de las recomendaciones te recomiendo comprar “Los amigos que perdí”. Una obra maestra.
PD. En YouTube puedes ver sus dos programas, tiene uno en Miami llamada “Bayly” (lo pasan todos los días) y potro que pasan los domingos en Perú llamado “El Francotirador”. Imperdibles. Si quieres escribe Bayly en el buscador de este blog y encontrarás varios videos. Digamos que somos grandes plagiadores del bueno de Jaime.