Una vergüenza el fútbol que está ofreciendo Argentina en la
Copa del Mundo. Aun así, con sólo dos partidos a cuestas, le bastó para estar
calificada a octavos de final como líderes absolutos del grupo F.
Debo confesar algo, grité más fuerte que los argentinos el
gol de Messi en tiempo de reposición, de lo contrario, hubieran ocurrido dos
cosas:
1. Ante tantas sorpresas, la FIFA tendría pruebas más que sólidas
y de sobra para aumentar a 64 los participantes al Mundial, poniendo de cabezas
de serie a poderosísimas selecciones como las del Vaticano, San Marino e Islas
Mauricio.
2. Ahora mismo Ricardo Antonio Lavolpe (¿alguien se acuerda
que está acusado por acoso sexual?) estaría gritando a los cuatro
vientos que él sí que pudo golear a Irán en un Mundial, y eso que tenía al
Kikín Fonseca de delantero.
Pese a la sobredosis de Red Bull a las que me he sometido
para no caer fulminado de sueño en ambos partidos de Argentina, siguen teniendo
mi completa simpatía y sigo creyendo firmemente que serán los campeones en
Brasil 2014.
Alemania contra Ghana fue un partidazo, donde el mayor rival
de los alemanes fue la humedad del 61% que a nada estuvo de liquidarlos. Lo que
me lleva a la conclusión de que si los extraterrestres llegaran a invadir el
planeta Tierra como en el pésimo comercial de Samsung, donde nos retan a un
partido de fútbol en vez de exterminar a la raza humana con bombas supersónicas,
espero que Beckenbauer no se deje presionar por los patrocinadores que le
impondrán a Cristiano, Messi, Rooney y compañía, y lleve al terreno de juego a
la Selección alemana.
Los alemanes incluso jugando en Mercurio, con temperaturas de
350 grados centígrados, correrán los 90 minutos (y el agregado), dando la vida
por llevarse los 3 puntos.
Está clarísimo que si Dios existe, el género literario que
más le gusta leer son las tragedias griegas. En 8 años pueden pasar muchas cosas en la
vida, pero nada parecido a que dos hermanos tengan la posibilidad de jugar en
un mismo Mundial, y no sólo eso, que representen a dos selecciones distintas de
dos continentes diferentes, y además, que en el sorteo a sus respectivos equipos
les toque jugar en el mismo grupo, y no una vez, sino en dos Copas del Mundo
consecutivas.
-Lucharemos hasta sangrar –declaró Kevin-Prince al más puro
estilo épico antes de enfrentar a su hermano menor Jérôme.
No mintió, el juego fue una guerra sin cuartel donde se derramó
sangre, eso sí, no la de los hermanos Boateng.
Como pitoniso me muero de hambre, le aposté al caballo negro ciego y cojo de la
carrera. Bosnia y Herzegovina fue una completa y rotunda decepción. Lo único
rescatable es que si mis pronósticos siguen con la brújula chueca, México tiene
posibilidades de sorprender a los croatas.
1 comentario:
Ya me imagino tu resumen del día once alabando a los once del Tri... digo, del Tricolor, por aquello de la propiedad intelectual de Alex Lora...
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