Quienes nos leen con cierta frecuencia saben que en ocasiones nos gusta hacer declaraciones descabelladas y totalmente fuera de proporción. La siguiente NO es una de ellas, y la hago con absoluta seriedad: el director de cine John Waters fue el profeta más grande del siglo XX. Así como lo oyen. El retrato más acertado de una sociedad que existiría casi medio siglo después de su tiempo no lo hizo un hombre de ciencia, un místico o alguien siquiera medianamente interesado en la historia, sino un brillante y constantemente subestimado artista. El que no me crea, que prenda la tele y ponga MTV, VH1 o E! por 15 minutos y luego me diga si estoy equivocado.
El segundo largometraje de Waters, Multiple Maniacs, fue estrenado en 1970 para un reducido público en Baltimore, la ciudad natal del director y en la que ha ambientado todas sus películas. Su siguiente cinta fue la mucho más popular Pink Flamingos, que en 1972 lo convertiría en una estrella del cine underground al ser estrenada con gran éxito en Nueva York, donde el cine experimental de artistas como Andy Warhol gozaba de una enorme popularidad. Ya llegará el momento de hablar de Pink Flamingos; por ahora, concentrémonos en esta joyita previa de su director (la cual, a juicio de un servidor, no le pide nada a cualquier otra obra del repertorio del Rey de la Basura, como bautizó al cineasta ni más ni menos que William Burroughs). Les cuento:
Todo comienza con un hombre que pega de gritos a la entrada de una tienda de campaña ubicada en un jardín común y corriente. Invita a los vecinos a pasar y presenciar totalmente gratis el show que ofrece la Caravana de las Perversiones. Adentro, una mujer lame con lujuria el sillín de una bicicleta, un pornógrafo toma fotos de las partes privadas de su novia, un heroinómano se retuerce por falta de droga, y otros muchos actos más.
Lo que los asistentes al espectáculo no sospechan es que toda esa perversión es el anzuelo que emplea una pérfida mujer, Lady Divine, para hacerlos entrar a su tienda y después matarlos y robar sus pertenencias.
Lady Divine atormenta a su novio, el Sr. David, con la amenaza de que si la deja le confesará a la policía que fue él quien mató a Sharon Tate (la película fue filmada cuado la policía todavía no había descubierto que los autores del crimen habían sido Charles Manson y su familia).
El Sr. David se encuentra con otra mujer en un hotelucho que está sobre una taberna. Edie, la bartender, le habla a Divine y le chismea que su hombre está con una rubia.
Divine se dirige a la taberna de Edie para matar a los amantes. Sin embargo, dos de los artistas de la Caravana al parecer inhalaron más Resistol del habitual, y cuando la ven caminando por la calle la arrastran a un callejón oscuro y la violan.
Tras el ataque, Divine tiene una visión celestial: el Niño de Praga se le aparece y la toma de la mano para llevarla a las puertas de la Iglesia.
Divine intenta por primera vez en su vida hablar con Dios. No se ha dado cuenta, pero una misteriosa mujer se está acercando cada vez más a ella. ¿Cuáles serán sus intenciones?
Mientras reza, Divine tiene visiones de pasajes de la Biblia: vemos a Jesús multiplicar pan y pescado para alimentar a sus apóstoles, que se lanzan a la comilona como unos trogloditas, y más tarde vemos cómo el Hijo de Dios es aprehendido y torturado en la cruz, todo con un salvajismo que nada más ha sido superado por Mel Gibson en La Pasión de Cristo (esa porno para sadomasoquistas y pendejos).
La mujer misteriosa sorprende a Divine con un lúbrico beso. La temperatura sube en la Iglesia, Divine y su nueva amiga pierden la cabeza y entonces ocurre: presenciamos una de las escenas más blasfemas jamás filmadas:
La mujer utiliza su rosario como una herramienta de placer, insertándolo en "el área más privada" de Divine. "Piensa en las estaciones de la cruz", repite una y otra vez la desconocida, mientras la robusta criminal se contorsiona en éxtasis. Cómo pudieron filmar esta escena en una iglesia de verdad, nunca podré explicármelo.
El Sr. David y su amante deciden que ha llegado la hora de poner fin al reinado de terror de Divine. Ella le cuenta que acaban de descubrir quién es el verdadero asesino de Sharon Tate (Manson), así que él no tiene por qué temerle a las amenazas de su mujer.
La extraña se llama Mink, pero le dicen "la Puta Religiosa". Divine decide que es la mujer indicada para rehacer su vida, así que la invita a unirse a la Caravana de las Perversiones, como Primera Dama. De buena gana, Mink acepta. Pero antes, tienen que encargarse del asunto del Sr. David.
El Sr. David regresa a casa de Divine, donde se encuentra a la hija de ésta, Cookie, y a un amigo. Cookie lo somete a una sesión de insultos y humillaciones; cuando la muchacha sale de la casa...
... la nueva novia del Sr. David, asustada, le da un balazo sin querer queriendo. Ella y el Sr. David ocultan el cadáver tras un sillón, y amarran y amordazan a Ricky, el muchacho.
Cuando llegan Divine y Mink estalla una tremenda discusión que termina cuando la amasia del Sr. David saca su pistola y apunta a Divine. La malvada brinca sobre ella, ágil como un manatí, y la asesina con un cuchillo.
El siguiente es el Sr. David, que es apuñalado en repetidas ocasiones, destripado y devorado por la hambrienta Lady Divine, que invita a Mink a unirse a la fiesta. Mientras se comen las vísceras, planean nuevos asesinatos, del Papa, de Barbra Streisand, y de mucha gente más.
Un fuerte ruido toma a Mink por sorpresa, y su única reacción es disparar el arma que ahora tiene en sus manos. Era Ricky, que atado y amordazado se acercaba a ellas para pedir auxilio. Divine quiere seguir matando gente, y lo que acaba de hacer Mink le da una excusa perfecta para ajusticiarla también a ella.
Divine descubre el cuerpo de Cookie y se desmorona. Su estado mental ya era frágil, pero esta es la gota que derrama el vaso. Su reacción es vestirse en ropa más cómoda y tirarse en el sofá a pegar de gritos. Aparece una langosta gigante y la viola con lujo de violencia.
3 comentarios:
Algo tienen las películas que subes, no sé si es la edición o que diablos será pero dan unas ganas endiabladas de verlas. Incluso esas pelis que pensé no existían o las que sabía de su existencia pero que jamás se me hubiera ocurrido querer verlas.
Saltimbanqui.
Coincido con Saltimbanqui. La sección de las pelis es de las mejores y con una con una legión de fans en franco crecimiento.
Y sobre Waters, la única que he podido entender completa (mi inglés no es tan bueno), pero igualmente amé fue "Polyester".
La gorda Divine haciendo de las suyas.
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