domingo, 22 de junio de 2008

La venganza de el FULUI




Durante una boda que se celebraba en la ciudad de Cancún, Sean Tracy, intrépido turista irlandés, decidió que era un buen momento apostar con un amigo 20 dólares a que tenía las pelotas bien grandes para aventarse a nadar en la laguna de Nichupté.

La apuesta marchaba de las mil maravillas hasta que el cocodrilo Arnulfo (de más de dos metros de altura y recatados modales) decidió darle la bienvenida al extranjero de una forma muy particular con que suelen hacerlo los cocodrilos que se den a respetar en estos casos: lo sujetó del tórax y le destrozó parte del brazo izquierdo.

Por fortuna todo quedó en un mal entendido cuando los asistentes a la boda, horrizados, le dijeron a Arnulfo que soltara a su amigo, pues esas no eran maneras humanas de tratar a los visitantes.

Tracy por el momento permanece con un pulmón perforado en el hospital y el pronóstico es reservado.

Estas fueron las declaraciones de Arnulfo* cuando se le cuestionó si tenía algún nexo con el FULUI.


"Soy culpable, espero me castiguen con todo el peso de la ley. PEMEX debería seguir construyendo pozos de exploración en nuestro hábitat, pues monstruos como nosotros no merecemos vivir."



Se informó que en los últimos años se han producido casos similares, como el ataque que sufrieron un pescado y un joven americano (ambos en estado de ebriedad).


*Aquí en Pildorita de la Felicidad sospechamos que puede tratarse de un impostor.



Más información en El Universal.

2 comentarios:

Eduardo Huchin dijo...

La nota original dice "pescador", pero la sola idea de que una de las víctimas pudiera haber sido un "pescado" me alucina, sobre todo si estaba borracho.

Anónimo dijo...

Sí era un pescado (y además borracho); la "r" de más en la nota fue un error tipográfico.