martes, 17 de febrero de 2009

La crisis. Por dónde empezar si uno está en crisis.


Bueno, atendiendo al anónimo que dejó en claro que ya no quiere ver vergas en este blog porque perturban sus ojos, y tomándole la palabra, he decidido tomarme unas vagaciones. Esto, no le cayó en buena gracia a Rodrigo, ya que no le gusta dar vacaciones a sus empleados. Me dijo “no creas lo que digan ciertos pendejos”, “deja de sentirte afectado por todo lo que digan, no seas pendejo”, y eso lo tomé como un halago, pero quería oírlo decir que perdían a una pieza fundamental, hasta que me puse mis moños y me dijo “Sí, coño, eres un chingón, eres una pieza fundamental en el blog, eres el caballo del ajedrez” y dejé de lado ese tono sarcástico con que lo dijo y me sentí valorado, no como algunos pobres diablos que no saben apreciar el talento.


Aquí la nota, me voy por una semana, pero les dejo programado los siguientes post, para los que no conocen cómo subir una nota en un blog, les digo que se puede programar un post con anticipación, así que lo que sigue es programado mientras yo estoy en alguna playa paradisíaca del suereste. Pero la otra noticia es que no voy a escribir, sino que les iré poniendo un par de post de un par de amigos. Sí, porque yo escribo puras mamadas e improperios. Estos hombres son del buen decir y créanme, sí tienen talento.

El amigo que les presentó, escribe en los periódicos “Galeón” de Campeche y ComunicaCampeche. Tengo el gusto de trabajar con él. Escribe bien y es mejor amigo. Se llama Jorge Vidal, se le ha visto con máscara (un dato para los que lo conocen). Esto lo leí en su columna de los miércoles y le pedí que me diera chance de pasarlo en pildorita y ya ven. Espero que esto sí les guste, no habla de pitos, vergas y culos, pero sí le sabe a lo político, cosa en lo que soy un ignorante total, pero cuando leo a Jorge sí que le entiendo más. Aquí les pongo una fotito del putito, sé que se va a molestar porque no le gusta poner fotos, pero ustedes saben que a mí me vale verga y se los pongo.



Aquí Jorgito chambeando. Al fondo, no se ve pero está Eduardo, sólo lo delata su mochila.


La crisis. Por dónde empezar si uno está en crisis.



México, así como américa latina, siempre ha estado muy cerca de eso. Uno, cuando no sabe qué pasa con su existencia, dice que está en crisis. Pero si enfocamos las cosas a una persona de la cual dependemos, como lo son nuestros padres, uno no tarda en entrar en pánico. Así está México hoy en día. E.U. está en crisis, y por consiguiente, nosotros también.



La economía tiene sus particularidades evidentes, la numerología son su reflejo, pero más allá de esos números que nos parecen un caos inentendible, existe una lógica. En todos lados hay mensajes de advertencia, todos nos dicen que la economía de México es alarmante, pero no nos muestran claramente cómo nos es perjudicial. Sólo nos mencionan que en un tiempo determinado vamos a sufrir. Ni siquiera nos mencionan cómo sufriremos. Y ahí estriba nuestra crisis, en la carencia de lo entendible. Es como un dolor no localizable.



México no sirve sin petróleo, esa premisa se empezó a gestar a partir de los años setenta, pero ahora nos dicen que todo se acaba, y eso es sinónimo de crisis, porque lo que no sirve no tiene compostura. (Véase mano de obra mexicana, véase la pesca)



La crisis es un estado mental más que un hecho real. Recesión le llaman los gringos para aminorar dolor. Pero nosotros no sentimos nada. Realmente no nos ha dolido. Siempre se ha gastado más o menos, siempre ha habido fluctuación de los precios, pero como ahora hay etiqueta de alerta roja, uno se siente que está pagando con sangre los mismos 4.50 pesos de camión.



El secretario de hacienda, Carstens, nos ha dicho que aún no se ha de sentir el latigazo de la crisis, que por ahí de Junio es cuando sentiremos el chancletazo, y ya todos hemos empezado a remojar nuestras carteras.

No hemos sufrido ningún estrago real, sólo los grandes comerciantes son los que están trompicando. Aerolíneas al borde de la quiebra, los camioneros en huelga, los pescadores en huelga, las grandes tiendas que van tambaleándose, pero, hasta ahora, no se ha visto un alza tan remarcada, como los expertos nos dicen, los transportes son, tal vez, los que han recibido todo el impacto.


Quizá, esa miopía se deba a lo poco familiarizados que estamos con palabras como IVA, CETES, Baja de tasas, etc. Los conocemos pero de oídas, más no sabemos cómo se manejan. La gran mayoría los entiende como operaciones que hacen los políticos para ganar más dinero, y lo peor del caso es que lo aceptamos y no sabemos el porqué de esas aplicaciones en nuestra economía. La bolsa mexicana nos parece más a un concierto de números y señores que los gritan como la lotería.



El ciudadano promedio cree que la sección de finanzas en la Tv, es más un alegato negativo que una noticia. Ve números en rojos o con el signo de (-) y sabe que perdió; incluso cree que es lo que los políticos han robado de sus bolsillos.


La situación es confusa y clara a la vez, casi nadie sabe sobre la economía, y todo lo deja a criterio de los economistas de la televisión o del periódico, si dicen que estamos en crisis, pues se está en crisis y ya está. México siempre ha estado en crisis y ahora nos asusta más, porque el todo poderoso E.U. está en nuestra mesa, y ahí es cuando nos espantamos más.



Lo triste del asunto es que sí hay una crisis mundial y que no la vemos. Es como un cáncer, que no sabemos que lo tenemos pero que en algún momento se presentará con toda su flota. México no es un pueblo que despilfarre dinero, que roben es otra cosa, pero que gasten por gastar, no. El pobre mexicano sabe gastar su dinero, no quiero meterme a decir que lo invierte, porque eso es mentira, pero sí sabe sacar las cuentas para poder comprar la comida. En ese sentido, sí se sabe de economía, de la economía real, la que nos interesa, porque sí se sabe que tenemos 80 pesos al día, y hay que comprar para comer. El mexicano se sabe pobre y lo asume con resignación, quizá por costumbre, quizá por religión, quizá por formación, pero aún se amildona cuando escucha la palabra crisis, y es ahí cuando la cultura gringa ataca, porque uno piensa en salirse de esa pobreza virtual en cierta etapa de su vida. Es decir, cuando uno oye crisis es como si su futuro de clase media se alejara más.

En meses próximos vamos a estar atentos de la sección de economía en la televisión, y no porque la entendamos, sino para sentirnos más pobres aún, para salir a trabajar como siempre, y sentirnos más mexicanos.




2 comentarios:

Rodrigo Solís dijo...

Muy buen escrito de Jorgito, eso sí, tiene una cara de crisis existencial que no puede con ella.

wilberth herrera dijo...

sí, verdad?? y su cara, es porque es putísimo el pobre.