domingo, 22 de junio de 2008

Hasta cuándo



Hoy es domingo, así que toca refrito (siempre con su manita de gato). Este escrito es tan viejo que incluso en la foto se puede ver la dirección de nuestro antiguo blog. Y, una vez más, dedicado a Mario Ernesto, que de antemano sé lo malinterpretará. Breve homenaje para la revista que, aunque no lo parezca, ha sido mi formadora como escritor, a la cual siempre seré fiel cual esposa abnegada, golpeada y adicta al Prozac, por culpa de un desgraciado infeliz que la tiene en la más vil miseria.


“ESTABAN TODOS LO QUE TENÍAN QUE ESTAR: ES DECIR, LAS 20 PERSONAS QUE PRESTAN CADA MES SUS ROSTROS PARA TODAS LAS FOTOS DEL MAGAZINE UNIVERSITARIO.”


- Eduardo Huchín


Hay dos cosas en la vida, al menos para mí, que no tienen explicación: que la gente ampare su fe en un Dios que aparece en un mamotreto que jamás han leído excepto por el Génesis, el Éxodo y el Apocalipsis (y eso porque se los leyó la maestra de catecismo o se los contaron en una película), y que Magazine Universitario tenga un éxito desmedido en la ciudad de Campeche.

Lo primero puedo entenderlo; lo segundo, por Dios y por sus arcángeles de espadas flamígeras que no.

-Cuando aparezca en Campeche una revista que se tome en serio su trabajo, te acordarás de mis palabras, Ernesto –le digo a Mario Ernesto.

-Lo dudo. Cinco años, mañana –me desarma Mario Ernesto, el creador de la revista más leída (o mejor dicho, vista) de Campeche, al tiempo que con ojos vivaces mira a sus dos eternos colaboradores: Eduardo y yo.

Eduardo por un momento pareciera mantenerse ajeno a la charla, limitándose a sorber a intervalos regulares su café y a observar atento, pues bien sabe hacia qué rumbos sinuosos dirijo la conversación, ya que a fuerza de ser sincero he de confesarles que antes de que llegara Mario Ernesto, Eduardo y yo llevábamos media docena de cafés y Coca-Colas encima, urdiendo un plan de cómo podíamos cobrarle de una maldita vez al Rey Midas de las revistas basura por nuestros años de leal y fiel servicio.

-Aquí están sus invitaciones, colegas –nos dice Mario Ernesto con una sonrisa lobuna igualita a la del sinvergüenza Lucas Corso de El Club Dumas. “¿Colegas?”, nos atraviesa el mismo pensamiento a Eduardo y a mí, y antes de que podamos intercambiar miradas de desconcierto, Mario Ernesto nos da la primicia de que a partir de la semana próxima comenzará a colaborar con una columna en el periódico donde trabaja Eduardo.

Supongo que Eduardo tuvo que asirse con fuerza de la mesa tanto o más fuerte como yo lo hice para no irme de espaldas; una cosa es que un dentista logre colocar una revista de cotilleo en la cúspide y otra muy distinta que se aventure a publicar una columna semanal en el periódico y tenga la osadía de llamarnos colegas de oficio, teniendo en consideración que Mario Ernesto es tan bueno escribiendo (artículos o lo que sea) como nosotros extirpando muelas del juicio (o cualquier diente).

-Ernesto, ¿sabes qué le caería de perlas a la revista? –le digo a Mario Ernesto-. Un par de editores.

-¿Por qué dices eso? –pregunta sorprendido el dentista literario como si le acabara de diagnosticar cáncer en las encías.

-Por nada, mera ocurrencia nuestra –le digo a Mario Ernesto.

En el acto Eduardo le extiende el último ejemplar de Magazine Universitario que anuncia con bombos y platillos la celebración de la magna fiesta del quinto aniversario de la revista con una fecha que pasó hace un par de semanas.

-Bah, error de imprenta –dice Mario Ernesto.

-Deberías cambiar de imprenta –apunta finalmente Eduardo-, al parecer toda la revista esta llena de errores, incluso mi artículo.

Mario Ernesto finge no escuchar a Eduardo y mira la portada de la revista meticulosamente y dice:

-No es para tanto, ¿a poco no les parece pintoresca la portada? Es bonita, miren cuantos colores y fotos, muy ad hoc con el Carnaval.

-Preciosa –le digo a Mario Ernesto-. ¿Alguna vez has revisado tu carta editorial?

-¿Qué hay con ella? –pregunta Mario Ernesto abriendo los ojos y posándolos en la primera página de la publicación.

-Nada, una belleza –comenta Eduardo.

-Tan bella como el diputado que se te ocurrió poner en la portada en lugar de las guapas jovencitas universitarias que siempre pones –le digo.

Mario Ernesto finge nuevamente no haber escuchado y clava los ojos en su carta editorial como si la estuviese leyendo en silencio, luego se aclara la voz carraspeando la garganta y dice:

-Voy a leérselas para que vean lo equivocados que están.

Eduardo y yo nos miramos incrédulos, como si de repente estuviésemos en algún programete de Jorge Ortiz de Pinedo donde insertan risas enlatadas de fondo cuando el personaje chusco va a hacer alguna indignidad. Por fortuna Mario Ernesto no puede llegar ni a la segunda línea de su propia carta editorial sin trabarse leyendo como un niño de kinder, luego nuestro nuevo colega suelta una risotada y nos dice:

-Chinga, suena extraño.

¡Aleluya!, pensamos. Finalmente Mario Ernesto reconocerá que la gente que sabe escribir puede servir para algo en las revistas. Eduardo y yo empezamos a hacer cuentas mentales en la cabeza. ¿Cuánto sería bueno cobrarle por exorcizar de una vez por todas las aberraciones semánticas, sintácticas y ortográficas con los que carga mes con mes la revista?

-Mi suegra me dijo que ella me ayuda a corregir esos errores –dice Mario Ernesto-. Desde luego, rechacé su oferta. Por si no lo habían notado, el éxito de la revista radica en ese concepto.

-¡¿Concepto?! –exclamamos escandalizados Eduardo y yo al unísono.

-Sí –responde Mario Ernesto inflamando el pecho lleno de orgullo-. El concepto de la revista está fríamente calculado.

Dos horas después de que Mario Ernesto se ha marchado, Eduardo y yo llegamos a la conclusión de que el concepto fríamente calculado de la revista es creer que las comillas, los signos de puntuación, las citas, y las cursivas son viles caprichos del autor, los cuales bien vale la pena omitir con tal de que el anuncio de una peluquería o bisutería o la propaganda de un político alcance en la página.

-Al menos pagó la cuenta… –dice Eduardo, aventando un Magazine Universitario donde aparece en portada una coqueta y guapísima chica que me conoce de hace años pero finge no conocerme cuando me ve en la disco y pasa de largo sin siquiera dignarse a decirme “hola”- Sin lugar a dudas, un avance en nuestra carrera literaria.

14 comentarios:

Celestina Tercioipelo dijo...

Hace poco participé en una publicación de existencia efímera, encargándome de la redacción y la corrección de estilo. Parte de mi labor consistía en corregir los textos de los colaboradores. Ya no hablemos de cursivas y comillas: yo no sé cómo le hice para convertir en mensajes legibles esos masacotes de pseudo-oraciones sin nexos, signos de puntuación ni sujetos. De veras no lo sé. Me pregunto si yo tengo la culpa de hacerles creer que saben escribir, si ellos tan siquiera notan mi trabajo (que fue en realidad una reescritura), si creen que su texto siempre estuvo tal y como se publicó. Lo más seguro es que lo crean.

Saludos.

Anónimo dijo...

DENTRO DE LOS "CONCEPTOS QUE INTRODUCES EN TU NARRATIVA CREO QUE TENGO ALGO QUE DECIR EN CUANTO AL QUE ES INHERENTE A ESTE ARTÍCULO TUYO: LA SEMEJENZAS QUE TIENEN DOS CULTURAS TAN DIFERENTES COMO LA ALEMANA Y MEXICANA, ALGO BIEN ANALIZADO POR UN POCO LEÍDO ESCRITOR YUCATECO (THE BEST), MARCO A. ALMAZAN, LA NECESIDAD DE ANTEPONER AL NOMBRE UN TÍTULO: LIC. DR. ING, Y AHORA: ESCRITOR. AH, TAMBIÉN EL PENSAMIENTO MEDIEVAL DEL CLUB DE TOBI: PROHIBIDO ENTRAR A QUIEN NO SEA "ESCRITOR".

PROBABLEMENTE, ESE DENTISTA QUE MENCIONAS, TENGA UNA REDACCIÓN DE RECETA, PERO HAY QUIENES ESCRIBEN BIEN, ¿SERÁN ESCRITORES?

PS1 YA TE COMENTE QUE UN ESCRITOR PUEDE SERLO SIN PUBLICAR NADA, SIN SER LEÍDO, ETC.

PS 2: POR CIERTO, SOY HEMATOPEDIATRA.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, la revista es de lo más mediocre, creo que debido a que no hay competencia los creadores no se esfuerzan en lo más mínimo...y te juro que morí de risa al leer la editorial de una! tienes razón!

Anónimo dijo...

tienen toda la razon, ese bodrio de "revista" no le interesa mas que a los que salen ahi, efectivamente como no hay competencia no se esfuerzan en hace algo siquiera medianamente legible,y qu raul no se esponje no es contra este chico porque sea dentista, es simplemente la vanalidad que expresa, la soberbia con que se expresa...pero saben? tal vez tiene razon y ese es el "estilo" con el cual se identifica el grosor de nuestra gente que viven pendientes de quienes son reyes del carnaval y de las telenovelas de televisa.
saludos

Anónimo dijo...

hola, estoy de acuerdo con algo de lo que dices aqui, si bien es cierto que no tienes que ser experto en literatura para poder realizar escritos con alguna logica y sobre todo con un contenido realmente interesante, tambien es cierto que el individuo en cuestion no tiene idea de lo que realmente significa escribir y cree que la mayor parte de la gente no le interesa cultivarse a la hora de leer una revista, pero la realidad es diferente es terrible cuando lees algo que no tiene ni forma ni lógica, como piensa que realmente es algo que llama la atencion. casi puedo asegurar que si la revista tiene algo de popularidad no es precisamente porque se lea, sino por las caras bonitas que publica en ella.
tuve la oportunidad de conocerlo y es una de las personas mas superficiales que conozco, como puede llevar a cabo la realizacion de una revista universitaria, en la cual la cultura es lo que debiera explotarse, si no tiene idea de ello, para el lo importante es quien eres y a quienes conoces. asi que imaginen leyendo la revista lo que ocurre en la mente del personaje en cuestion.
saludos

Anónimo dijo...

La función de una Universidad si rige por tres ejes: académico, investigación y cultura (deporte y artes). Por favor digánme, ¿en que parte la revistucha esa toca una de ellas?. Por lo menos deben de quitarle el nombre. Fui y soy universitario 100% (de los buenos) y me averguenza tener gente como esa y su revista que cree que nos interesa rostros bonitos y sus fiestas estúpidas. Acaso toda la gente ya se volvió chingona y puede hacerse llamar "escritores" "periodistas" "reporteros". No quiero saber que hace con los dientes de sus pacientes.

Eduardo Huchin dijo...

Raúl: Ahora un proverbio zen: si un escritor escribe y nadie lo lee... ¿realmente escribió?

Unknown dijo...

Hola a todos:
gracias por sus comentarios, los tomare muy en serio.
Y si quieren hacer algo con sus letras y no mal gastarlas en este blog, mejor escriban para Magazine Universitario ya que se dicen muy buenos, y se quieren mejorar ese "bodrio" de revista (Magazine Universitario), que es la unica en su genero, que colaboren en ella o mejor, que hagan una revista para ver si tienen el exito (ya sea por las caras bonitas que salen o por las publicidades que ahi salen) que tiene Magazine Universitario ya por mas de siete años.
Se que no soy escritor, es por eso que trato de que jovenes locales escriban en el contenido de la revista, como Rodrigo Solis (que tanto me critica), Eduardo Huchin, Malena Ortega , entre otros.
asi que tambien ustedes pueden colaborar, y sentirse mejor.
gracias por sus comentarios.
P.D. cepillence los dientes 3 veces al día y acudan a su dentista cada 6 meses, pueden sacar su cita a mi consultorio, ya que soy mejor dentista que escritor, y ustedes que son... asi como el libro de huchin "Escribes o trabajas"
adios, atte. su amigo

Rodrigo Solís dijo...

Magazine Universitario es uno de los últimos bastiones de la campechanidad de la vieja escuela: la revista encapsula todos esos vicios que durante décadas han existido en nuestra sociedad y que actualmente languidecen a consecuencia de la globalización, enfrentando tal vez no el prospecto de la muerte, pero sin duda el de una transformación dramática, tras la cual nada volverá a ser igual.

Independientemente de las aptitudes de Mario Ernesto como fotógrafo y escritor, hay que reconocer que fue el primero en notar algo que debió ser evidente desde hace mucho tiempo: Campeche no tenía una revista de chismes y cotilleos. Y su mérito no termina ahí, pues además de reconocer esa carencia hizo algo al respecto.

Como tantas otras revistas chatarra del mundo, la única razón de la existencia de Magazine Universitario es la publicidad y la propaganda que tapiza cada una de sus páginas, y es evidente la falta de voluntad para crear un producto de mediana calidad; la calidad de la impresión es pésima, el texto no es supervisado por nadie, e incluso la publicidad es incluida de manera extemporánea, anunciando un mes eventos correspondientes al mes anterior. Como dije en un principio, tiene los vicios del Campeche pueblerino que hace caso omiso de “gringadas” como la corrección de estilo o el control de calidad.

Lo único que realmente vale la pena de la revista en cuanto a su contenido son los artículos de Eduardo Huchín, escritor que enigmáticamente (al igual que yo) formamos parte del staff de regulares de la revista, a pesar de que nuestros escritos son mutilados de manera rutinaria, sin previo aviso y sin su consentimiento.

Paty: en cuanto a la superficialidad de Mario Ernesto, qué te puedo decir, creo que todos somos en mayor o menor grado personas superficiales. Así somos los humanos. En defensa de Mario Ernesto (que en realidad no necesita que nadie lo defienda, menos yo), te comento que tengo una amistad de años con él y meto las manos al fuego por su nobleza y sencillez como ser humano, no así a la hora de pagar, incluso nunca me pagó ciertas comisiones por mandarle a empresas a anunciarse a la revista, pero ya sabes, yo soy multimillonario como todos los escritores del mundo, no me voy a perder su amistad por unos cuantos pesos.

Anónimo dijo...

Apreciado Rodrigo:
La lectura de sus columnas es verdaderamente refrescante, divertida y deliciosa, y se me aparece en medio del -muchas veces- árido tema económico sobre el que escribo en mi quehacer periodístico. Ya Campeche, el liceo y su mamá son personajes universales para mí, que leo sobre ellos a millones de kilómetros, en Medellín, la segunda ciudad de Colombia, y desde un periódico que se llama El Colombiano.

Un abrazo por hacerme la vida amable cuando su columna me "asalta" en medio de mi tarea.

Martha Hoyos Franco
Editora de Economía y Negocios

Anónimo dijo...

Hola, Rodrigo:
¿De vers existen Magazine Universitario y su editor? ¿O es una metáfora sobre las publicaciones campechanas?
Un abrazo

Rodrigo Solís dijo...

Pues verás, mi imaginación es demasiado limitada para crearme una metáfora tan real.
Cuando vengas a Campeche a visitarnos te presento al editor y a la revista.

Anónimo dijo...

es que acaso en todas las fotos tiene que salir Mario Ernesto con su flamante esposa como recalcando: "OJO SOY CASADO" o "NO SOY GAY"?? y en todas tiene que decir "Nuestro director general"? tal vez tuviste como "maestro" a Chichán o creo que ahi hay un complejo tipo FRANCISCOBROWNGANTUS....anda con un psicólogo amigo....

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo que "magazine univeristario" usurpa el nombre de universitario y solo sirve para los fines de chayotear, estilo el maestro chichan, a dependencias y empresas que se atreven a publicar en esas paginuchas. que le cambien el nombre y que dejen de usufructuar la palabra univeristario porque la uac ni participa ni edita la revista de marras.