Ser cantante en México pareciera ser sinónimo de no tener dignidad. La semana pasada pusimos el ejemplo de Timbiriche, un grupo que en los ochentas marcó una era entre los jóvenes (porque los cantantes eran jóvenes), poniéndolos a bailar y a vivir intensamente la vida, pero que sin embargo en la actualidad, con las honrosas excepciones de Paulina Rubio y Thalía (la primera por su fama meteórica y la segunda por la fortuna meteórica de su esposo), el resto son unos viejos ridículos que al no lograr fama como solistas decidieron dar conciertos de reencuentro cada que su cuenta bancaria está en números rojos, evento que sucede cada par de años bajo el auspicio de otros viejos ridículos que son sus fanáticos.
Este parece ser el caso de José José, alias el Príncipe de la Canción, cuyos fanáticos deben aceptar, para su desgracia, dos verdades de esta vida: la primera, que son unos patéticos borrachales que deben dejar de sacar al final de cada fiesta o reunión su CD de José José para ponerse a cantar una y otra vez las canciones al tiempo que se desahogan en berridos mientras recuerdan viejos amores que los mandaron al diablo por un mejor partido; la segunda, que la carrera de José José está muerta. Y si ambas verdades les son difíciles de afrontar les sugerimos que vayan a la cocina y se preparen una cuba porque lo que a continuación presenciarán puede ser muy fuerte para ustedes.
¿Lo vieron? ¿Escucharon la letra de la canción? Igual y no es cuestión de internar nuevamente en una clínica de rehabilitación a José José, sino más bien de impartirle un curso intensivo de computación. Aunque si lo pensamos un poco, tal vez todo este asunto del Señor Internet no es culpa de José José, sino que es otra victima de la tecnología al igual que la mayoría de los señores de su edad a quienes aún no les queda muy claro qué es y cómo funciona eso del Internet.
Estoy casi seguro de que este embarazoso espectáculo fue montado por su hija como venganza por todos los años de abandono que sufrió por parte de su ebrio padre, pues es imposible que una adolescente de su edad crea que Internet es un Señor (así de poderoso como el Señor de los católicos) al que se le quiera conocer en persona y agradecerle por unir a la humanidad.
Mientras José José no salga de su error, me pregunto cómo tendrá pensado saludar al Señor Internet cuando logre topárselo cara a cara. ¿Le cantará su canción, lo abrazará efusivamente o simplemente le estrechará la mano?
martes, 23 de octubre de 2007
El Príncipe del Reggaetón
Categoría:
MUSICA
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
4 comentarios:
Es la peor canción que he oido desde "que chido" que cantaba ese ilustre desconocido, yo voto por Huchín!!!
El respeto al derecho ajeno es la paz.
Saludos, Bomberito.
No todos los que aman las rolas de José José son borachales patéticos.
Te faltó mencionar a las divorciadas codependientes...
F.
Te lo dije men... esa mauser es lo más bizarro que he visto....espera, no! Madrazo ganando maratones alemanes fraudulentamente es lo mas bizarro. "Alicia en el pais de las maravillas" lewis carroll se quedo corto men.
No mames, que verguenza, pobrecito, solo hay que entender que lo hizo solo por su chingada hija.
Que risa como baila, igualito que cuando se ponia hasta la madre y bailaba rodeado de putas en los bares.
Pobre toda su vida va a pasarsela ofendido pues el chingado señor internet nunca se va a dignar agradecerle por la cancion requetebonita que le hizo.
Por cierto las señoras divorciadas no lo escuchan a el, si no a paquita la del barrio.
Jose Jose es de los borrachines.
Publicar un comentario