lunes, 8 de octubre de 2007

¿Yo, tramposa?


Eso es lo que hasta hace un par de días Marion Jones decía mientras dibujaba en el rostro una mueca de indignación cual estudiante de secundaria descubierto in fraganti por el maestro con un acordeón bajo el examen.

¿Nos debe sorprender esta nota? Desde luego que no, pero sin embargo hay que comentarla porque a fin de cuentas es noticia y está en todos los periódicos del mundo.

“Debido a mis acciones me estoy retirando del atletismo, un deporte que amo profundamente", declaró Jones llorando a las afueras del tribunal, lo cual deja de manifiesto su sinceridad: cómo no amar al deporte que la volvió millonaria. Marion también confesó ante los tribunales tener tan sólo dos mil dólares en su cuenta bancaria, una cantidad nada despreciable para la mayoría de los habitantes del tercer mundo.

¿Por qué será que los deportistas que comparecen ante un tribunal siempre terminan confesando que están en bancarrota? Es una regla matemática: dos más dos igual a cuatro; juicio más atleta igual a bancarrota.

Yo creo que todo esta historia hubiera tenido un bonito y feliz desenlace si Marion le hubiera hecho caso al nerd de su escuela en vez de involucrarse con personas de dudosa reputación, dejando de manifiesto una vez mas el viejo y sabio refrán de “dime con quién andas y te diré quien eres”.

Su lista de amistades es la siguiente:

Ex marido: C.J. Hunter (cuatro veces positivo por anabolizantes).

Padre de su hijo: Tim Montgomery (condenado por dopaje y acusado de fraude millonario en blanqueo de dinero para eludir impuestos).

Ex entrenadores: Trevor Graham y Charlie Francis (ambos vinculados con el dopaje entre los atletas que han tenido bajo su mando, ejemplo: Ben Johnson, positivo de esteroides en Juegos Olímpicos de Seúl 1988).
Conclusión:

¿Acaso no era obvio que Marion era una tramposa?
No, claro que no.

¿Son favoritos los atletas norteamericanos para ganar los Juegos Olímpicos de Pekín 2008?

Sí, claro que sí.

Fuente: periódico El Universal.

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