3
Las clases pasaron. Y yo pensaba en nosotros. Era evidente que le provocaba más que un gusto. Mi ternura le encantaba. Esa era una señal de que se estaba enamorando de mí. A lo mejor Xavier no le proporcionaba lo que yo le podía dar. Seguramente Xavier era uno de esos pubertos que sólo la quería de novia para coger y para alardear con sus amigos. En cambio conmigo tenía amor. Tenía todas esas ñoñerías que provoca el amor.
Yo la amaba. Eran la 3:55 de la tarde y ya la amaba.
Pero antes, tenía que estar seguro. Tenía que dejar las cosas en claro. Debía reclamar mi lugar. Era evidente que nos queríamos, ella misma me lo dijo, y era necesario que me diera mi lugar. Necesitaba saber si ya no quería a su novio. Tenía que estar seguro. Algo me obligaba a exigir claridad. Mi cuerpo me decía “no importa, estás gozando. En un tiempo van a coger. Déjalo como está, no lo vayas a echar a perder”, pero mi cabeza y mi pecho me decían “tienes que hacerlo. Tienes que estar seguro. Si te dice que sólo serás tú, ganarás más que un par de días de coger. La tendrás y te tendrá por completo. Serán novios”.
No sé de donde obtuve esa rectitud. Quizá fue de mi padre o quizá fue de mi madre. O quizá fueron los dos, cuando los vi separarse. Quizá, en ese momento me prometí no hacer las cosas a escondidas y ser honesto conmigo mismo. Tal vez no lo sabré nunca, y será lo mejor.
Llegó el receso y bajamos a comprar a la nevería. “Acompáñame, Alex” me dijo en voz alta, para que mis amigos la escucharan y no pensaran que ella era la que me acosaba. La adoré por eso.
Bajamos a la nevería. Compramos unos Submarinos de fresa y una Pepsi. Los dos preferíamos la Pepsi, en vez de la Coca-cola, y gozábamos exigir al vendedor “Me da una Pepsi, por favor”, teniendo que ir a la nevera del fondo a buscar el refresco.
Nos sentamos en las gradas de atrás, donde nadie iba y comíamos un submarino cada quién y nos pasábamos la Pepsi, compartiendo el mismo popote. Una vez, cuando aún no nos besábamos, yo tenía gripa, y aún así, pedimos una Pepsi fría. Cuando iba a tomar del refresco, me levanté y dije “voy por un popote”, ella me inquirió “no, toma del mismo”, “pero tengo gripa” le respondí, “no importa, así estornudamos los dos”. Esa fue la primera vez que sospeché que tal vez era correspondido con el mismo sentimiento. Hoy era diferente, ya estaba seguro.
Tomamos del mismo popote. Cuando a ella le tocaba tomar del refresco, lo dejaba un momento en sus labios, no succionaba, lo mordía. Lo dejaba en sus labios, y después podía ver que el refresco subía por el popote para llegar a su boca. Me encantaba cuando la veía así. Después de tomar algo de líquido, me lo pasó “Es como si nos besáramos” le dije al tomarlo de sus manos. Me llevé el popote a la boca y justo antes de que lo succionara, me lo quitó y me dijo “Para eso mejor un beso” y me besó. Fue un beso rápido pero complejo. Cuando se retiraba de mí, presionaba con sus labios, mi labio inferior. Fue riquísimo sentir la suavidad de sus labios, con sabor a fresa y con la frescura que le había dejado el refresco.
Se sentó frente a mí sobre sus piernas. Nunca he podido entender cómo puede la gente sentarse sobre sus piernas, al estilo japonés, sin que les lastime. Yo no puedo soportar un momento estar así. Pensé que podría estar lastimándose y le dije “¿estás bien?”, y ella, se puso seria. Vio hacia el piso. La pregunta la había puesto en un estado catatónico. Pensé que el dolor de las piernas no era algo que la pudiera poner en ese estado. ¿El dolor la ponía así?¿por qué no se sienta bien?¿ será una forma flagelarse?. “¿Qué te pasa, Gina?”. Y ella me vio, y esforzó una sonrisa. Las rodillas las tendrá puré, pensé, y me propuse ayudarla “No puedo” me dijo, “Te quiero muchísimo, Alejandro, pero no puedo seguir contigo.”
Todo se agudizó. Podía escuchar los bichos, podía escuchar los balonazos atrás de las gradas donde nos encontrábamos. Podía escuchar trabajar el aire acondicionado de la biblioteca. Sentía el sabor metálico de la sangre en mi boca. “¿Por qué?” “porque no está bien que engañe a mi novio” me dijo desencajada. “¿lo quieres?” “No, creo que ya no lo quiero”, “¿Crees?” le dije con cierto coraje, era le primera vez que reflejaba tanta determinación, porque sentía que debía preguntarlo. Era necesario. “Sí, creo”.
No podía sentir nada más que una gran molestia. Sentía un desquicio y no sabía de qué. O más bien, de quién. Interrumpí mi silencio y le dije “tienes que estar segura.” Y ella asintió. “Te quiero. Quiero poderte amar para poder decírtelo” al decirle esto, ella me vio. Se quedó en silencio. Quería que supiera que yo la amaba y quería que fuera mi novia. No sabía si le había quedado claro, pero decir algo más sería un error de mi parte. Tenía que guardar silencio. Hay veces que el silencio es necesario. “Yo también” me alcanzó a decir, mientras una solitaria lágrima le corrió por la mejilla izquierda. Me sentí despreciable.
4
El camino entre las gradas y el salón se me hizo eterno. Era incómodo. No sabía si seguir en silencio o intentar algo desesperado. No quería perderla. Esa era la verdad. Me arrepentí de haber querido saber lo que sentía. No quería que se terminara las muestras de amor, porque no se puede decir que era amor, sólo eran muestras, fragmentos para el deleite.
Era una angustia andante. Sentí una punzada profunda cuando mis amigos me vieron así, tenía que improvisar algo para no tener que levantar sospechas. “¿Qué toca?” le pregunté a Gina, con una sonrisa semi forzada. Ella me vio y después de un leve gesto de sorpresa, me sonrió y dijo “Cálculo” “¡puta madre, no hice la tarea!” dije en tono semi alto, para que mis amigos escucharan que nuestra plática era pueril. “Pinche Dropy, no tengo ganas de verlo” le dije a Gina. Dropy era, por supuesto, mi maestro, que por sus cachetes y las arrugas sufridas por la edad, le daba un aire al personaje de caricatura. “Yo tampoco hice la tarea” me dijo, “ya nos cogieron” continuó, y no dejó de calarme el fuego de esa expresión “Ya nos cogió”, era algo fuerte, por eso lo dicen los púberes y jóvenes, para sentirse desadaptados; pero viniendo de la voz y labios de Gina, era todo un canto meloso. “Nos cogió”, yo quería que nos cogiera esa feminidad atrevida de Gina, que me cogiera. Que me amarrara, que me dejara sin aliento. Era suyo, podía hacer lo que quisiera conmigo. Me imaginé atado a su cuarto, que aunque me era desconocido, lo podía ver con claridad en mi mente. Me la imaginé con un camisón, con tan sólo un camisón. Sin zapatillas, sin shorts, dejando desnudas sus piernas; con tres botones desabrochados, y con el pelo semi revuelto. Y después recordé “¿Quieres ver mi queso?” y lo monté a mi afiebrada imaginación. Me imaginé más valiente, más aventado y le dije que sí. Entonces ella se subía la camisa. Me imaginé su vientre plano, y su queso con apenas una pequeña mancha de vellos.
Imaginé estas incomprensiones y me recriminé por no tener la valentía de llegar más allá de un beso. Esa playa era mi día D y no lo había pasado bien.
No puedo ser así, pensé, yo la quiero de verdad. No es una mera calentura. No, eso es lo que Xavier siente por ella, pero yo no. Yo soy un caballero. A lo mejor eso fue lo que le atrajo de mí. Y lo echaría a perder con mis guarradas. La miré cabizbaja y con la mirada contrariada. Me sentí asqueroso al pensar morbosamente en ella. Había hecho algo doloroso y yo aquí imaginándomela desnuda, sucia, como una puta. Era un hombre despreciable. Soy un asco, pensé. Me avergoncé de mí.
Llegamos a las escaleras. Las subimos. Nuestros amigos corrían y entraban al salón. Nosotros caminábamos sin tanta prisa. Parecíamos como si fuéramos a cumplir nuestra condena a muerte. Todos ya habían llegado, y pude notar que el último se quedaba un segundo en la puerta del salón y hablaba con alguien dentro, como si pidiera permiso. Supuse que ya había llegado Dropy.
De pronto, sentí un jalón en mi mano. Una calidez, una fuerza. Dos elementos que me cimbraron la clavícula. “Ven” me dijo. Gina me jalaba ante mi incredulidad. “No entremos”, me dijo y trotamos hacia abajo. “¿Pero adonde vamos? Si rayamos y nos quedamos aquí, doña Dora nos verá y nos llevará al salón” le dije contrariado. Doña Dora era la prefecta de la preparatoria. Nos conocía y era muy recta. Si veía a alguien fuera de su salón, después de haber sonado el timbre, te agarraba y te llevaba al salón de donde eras. Tenía una memoria fotográfica, y se sabía el salón de todos los alumnos. Creo que por amargada y por quedada, no tuvo más que afilar su memoria. “Vamos a las gradas. ¿Quieres ir o quieres entrar al salón? porque yo no voy a entrar. Vas solo si quieres entrar a clases” Y ese vas solo, lo sentí como si fuera una frase que me desajenaba de ella. Porque si yo me negara, ella se iría sola. Quiería decir que hiciera lo que hiciera, no iba a cambiar su opinión. Me sentí sin fuerza. “No, claro, vamos” le dije y la seguí.
Llegamos al mismo lugar de hace rato. Aún estaba la botella que habíamos dejado. No sabía qué más íbamos a hacer. No sabía qué decir. No aguantaría otra mala noticia. Iba a llorar si me decía que no nos podíamos seguir viendo. Iba a llorar para mostrar mi última carta y dejarle en claro que me duele la noticia. Sentí ganas de devolver el estómago. Era algo inevitable. No podía soportar… “Deja de pensar y bésame”. Quedé en shock. No sabía qué decir “¿en serio?” y no pude dejar de pensar en lo infantil que me oía. Era un desastre amoroso. “Piensa que tal vez es la última vez que nos podremos besar” me dijo con una cara pícara. Y mi cara describió una “O” profusa, era el contorno del vacío que dejaba esa frase. Era como un meteorito que había herido la base de mi ser y había dejado un hueco profundo y negro.
Entonces ella se montó sobre mí. Sentí su peso ligero sobre mis piernas. Sentí su olor más cerca, y pude encontrar nuevos detalles en su aroma. Sentí sus nalgas suaves sobre mis piernas. Pero yo no estaba ahí, estaba a años luz de ese lugar. Seguramente estaba blanco, pálido de la sorpresa. Se rió y me besó la mejilla, quizá por mi rostro. “Bésame que me voy” Y me besó. Yo le correspondí en un arrebato. La abracé fuerte. Ella me presionó con sus piernas alrededor de mi cintura. El malecón estaba a unos metros de nuestra vista. Cualquiera podría vernos, aunque eso estaba vedado para los que estuvieran dentro de la preparatoria. Me besó y sentí su respiración agitada. Le lamí, por un momento, la barbilla. Me sorprendió que yo hiciera eso. No lo había pensado. Pero luego lo hice concientemente y lo gocé más. Le di un pequeño mordisco. Y ella sonrió con los ojos cerrados y la cara levantada. Nos besamos. Estábamos desenfrenados. Nadie nos veía. Nadie nos importaba. La besé y no me arrepiento. La besé en la mejilla, hasta llegar a su cuello. Le besé la oreja y me brindó su primer gemido suave. Fue como un susurro. Fue una reacción que me sorprendió. Ese suspiro, ese gemido era provocado por mí. Era para mí. Entonces regresé mi rostro hacia el suyo. Nos miramos un segundo. Estábamos serios. Una sonrisa partió ese momento y nos volvimos a besar. Ella metió de nuevo su lengua. No, miento, yo metí la mía. Estimulé la suya. Ella succionó mi lengua. La sentí cálida. Eso provocó que abriera más la boca. Ella hizo como un gruñidito de excitación. Yo la seguí por instinto. Ella mordió mi labio inferior. Sonó un chasquido proveniente de su boca. Su cara era de excitación. “¿Te dolió?” me preguntó con dulzura. “No” le contesté rápidamente, y la volví a besar. Pero esta vez, me tumbó. Quedé recostado, y ella sobre mí. Se inclinó y quedamos acostados. Ella sobre mí. Nos reímos sin despegar nuestras bocas. Nos seguimos besando con pasión. Yo tenía mi miembro erecto, pero poco me importó. Quería que ella lo sintiera.
Su mano tomó la mía y la puso en su pecho. Abrí los ojos y noté que ella los tenía cerrados. No sabía que hacer. Puso mi mano en su pecho izquierdo. No sabía qué hacer. Sentía sus pechos suaves. Se sentía a nada que hubiera tocado antes. Era único. Entonces ella apretó mi mano, y consigo, su pecho. Sentí su aliento más caliente, más profuso. Entonces apreté su pecho con mi mano. Ella me soltó. Masajeaba con delicadeza su seno. Ella exhaló un gemido. Fui incrementando la presión y ella seguía besándome. Entonces, metí mi mano a su blusa. Torpemente me topé con que no podía entrar porque un botón se resistía a la tentación. Era como una conciencia que no se doblegaba. De ese tamaño era mi conciencia en ese momento, pensé. Ella se detuvo y se alejó un poco de mi rostro. Ya había acabado todo. Gina se desabrochó el botón inquebrantable y volvió a besarme. Había caído la última puerta de Tebas. Tomó mi mano y la metió en su pecho. Sentí su pezón erguido, duro. Lo apreté despacio y ella gimió. Era formidable.
Dejé mi mano así, y me enfoqué en besarla. Me di cuenta que sus piernas estaban a mis costados. Pasé mi mano izquierda libre, por su pierna derecha. Eran unas piernas firmes. La acaricié. Subí mi mano y agarré su nalga. Sentí sus manos desabrochándome la camisa. Metió sus brazos y me abrazó. Me besó el pecho. Yo tenía una camisa debajo del uniforme. Metió sus manos bajo esa camisa y sentí las sentí cálidas. Es extraño, pero podía respirar mejor. Me acariciaba el pecho y yo soltaba un suspiro atrabancado. Apreté su nalga derecha y quise meter mi mano en su falda, para que mi palma no tuviera nada intermedio, para sentir su piel prohibida, la que no podría sentir más que en ese momento.
Pensé que me estaba aprovechando. Como quizá era mi última oportunidad, me estaba aprovechando para toquetearla. Eso no podía ser. Entonces saqué lentamente mi brazo derecho de su blusa, y retiré mi mano izquierda de su nalga. La abracé fuerte. Dejamos de besarnos. Permanecimos abrazados. Estábamos descansando de la pasión. Queríamos estar abrazados. Solos. Abrazados. Me sentí un aprovechado, pero era más la satisfacción que ese sentimiento de culpa se ahogó. De ella sólo podía ver su cabeza pegada a mi pecho. Seguramente estaba triste. Seguramente estaba arrepentida. Creí sentir unas gotas mi pecho. Eran lágrimas de ella. Eran lágrimas de arrepentimiento. Sentí que todo había acabado. Me provocó ver su rostro. Me moví, y la moví a ella. Y vi su cara, con los ojos cerrados y con una sonrisa. “Te amo, Gina”. “Yo también, Alex” me dijo sin abrir los ojos.
28 comentarios:
Chale, me recordó una historia personal de hace un año... excepto por el amor mutuo jajajaja. Bueno wil, me gusta tu historia y esta Gina era media putita ehh. ya quiero leer lo que sigue.
Un gran saludo.
PUTA MADRE ESTE BLOG CADA VEZ ESTA PEOR, PARECE EL BLOG DE WILBER... COÑO DONDE ESTAN LOS DEMAS? UTA Y TAN DE LUEGO EL QUE ME CAIA EN LOS HUEVOS ES EL UNICO QUE PUBLICA... EL CERDO MARICON ESTE QUE CREE QUE SUS PUÑETERAS HISTORIAS Y GUSTOS LE INTERESAN A LOS DEMAS... POBRE DIABLO.
REGRESEN A RODRIGO A HUCHIN A JOTAMEME O DE A PERDIS A VILLAREAL, AL MENOS ÉL TIENE MÁS TALENTO QUE LA MUJERCITA QUE PUBLICO ESTE VOMITO.
SÓLO A LA HIDROCEFALICA DE ACA ARRIBA (LA TAL LAURA BAEZA)LE GUSTA ESTA MIERDA. SEGURO QUE LE RECUERDA LO PUTITA QUE ELLA ES TAMBIÉN.
Oye... entonces Gina era una "la zorra" de la prepa...!!
Pobre Alex, juarón con su corazoncito...
Laurita: En serio? te recordó algo? se pone interesante.Tú crees? medio putita? yo creo que es una mujer. Como deben ser todas. Un saludo.
Anónimo:No te alebrestes. Lamentablemente, los jefes se fueron de vacaciones y yo me quedé chambeando. Qué quieres que haga? si me pagan por eso y tengo que cumplir. Pero ya están por regresar, no te preocupes. Mientras tanto, te invito a que chingues a tu madre y dejes de leer estas mamadas. Un saludo. ¿y si nos vemos para rompernos la madre? ya tengo cámara y podemos grabarlo. Sería un post chingón.
Lus:umm, no lo quisiera llamarla así. Diría que brindaba servicio social. Alex es un pendejo. Eso sí. Un saludo.
pinche wil,
parece que ya se entero el novio, y desata su furia en contra de todos... que tranza....
al parecer ese sancho dejo heridas profundas...mira como explota porque no lo atienden como él quiere en un blog...
es más, porque no aprovechas la ausencia de los jefes y das un golpe de estado para perpetuarte en la pildorita como vil pinochetito de quinta?
sería chido nomás a ver que hace el anónimo-novio-ardilla... !!a lo mejor te vuelve a escribir con mayúsculas!!
uuuuyyyyy
por otra parte, bien por la historia, digo, quizás no vaya a cambiarnos la vida pero al menos resulta agradable de leer...
saludos
oye es verdad!!! a lo mejor es el novio, o Gina!!! probablemente es Gina!! se sienten los celos de vieja al desquitarse con laurita. Eso no está bien,una disculpa, laurita, por el inconciente y pendejo este. Pobre diablo, tiene que leer lo que no le gusta. Pero lo más cabrón, Karate, es que lo lee!!!Al pendejo no le enseñaron a dejar pasar lo que no le parece.
Tienes razón. un golpe sería chido. Por lo menos para deshacernos del anónimo.Seguramente sí le gusta el cuento y se hace su puñetita. O mejor aún, su candadazo.
Muchas gracias por la crítica y los saludos. Tú sabes que te quiero. (ah, cabrón, de donde salió este puto)
la verdad es que JM, Rodrigo, Eduardo y hector nos pusimos la identidad de Wilberth. De hecho, los cuentos son míos (rodrigo), lo de la porno de Eduardo, y lo del gato de (Héctor); falta su caricatura de JM con la firma de Wilt.
no mames pinche wil no habia leido tu respuesa...
que pedo? si va haber putazos en la pildorita?
estaría chido...
no mames pinche anónimo no sabes en la que te estás metiendo, dicen que Wil:
partió un cuchillo con una sandía.
mató dos piedras con un solo pajaro
puede amarrarse las agujetas con los pies e inventó la cesárea cuando salió dando una patada giratoria del vientre de su madre.
por eso, tu nomás recuerda que así como algunos pequegnos tienen piyamas del hombre Aragna, el Hombre Aragna usa piyamas de Wil.
Señor me quito el sombrero, me atrapo la pinche historia me recordo otra epoca donde todavia creia en el amor gracias
así es, karate pig. ¿verdad que estaría chido una madriza en Pildorita? Y déjate de eso, un tombstone abacaría con las mayúsculas que tiene en el culo ese anónimo. jeje. Lo de la camisa no tiene madre.
Héctor:muchas gracias. qué sería del amor sin la literatura?Mejor dicho, la literatura es la culpable del invento de eso llamado Amor. ¿no crees? Un saludo
Sigue subiendo lo que falta de la historia, a ver si el novio le rompe la madre a todos jaja.
Mi hidrocefalia no me dejó ser tan puta para dejar huella...
...pero siempre nos quedará la ficción o el futuro, laurita.
Laura: ok, laurita. Esperamos con ansias una escena de acción, sin que tener que recurrir a manoseos y peroratas sexuales. Por otro lado, muy bien contestado.
" Hidrocefalia"es una palabra y un ejemplo que nosotros usamos aquí, y por ende, eso nos da cierta autoridad para decir quién la tiene y quién no. El anónimo seguraente la tiene, pero cambiaría su nombre, ya que el agua la tiene en el culo.
Y sí, anónimo, pero creo quela ficción es más noble y libertina. Esa es la mejor, ya que el futuro es algo, hasta cierto punto inevitable, y muchas veces ruín. A veces no se puede cambiar. La ficción nos permite un abanico de posibilidades.Y una laurita puta en la ficción llegaría a dejar más huella en la historia que en la realidad.
Un saludo
...quien habitara esa ficción entonces...
LAURA:
CHINGAS A TU MADRE PINCHE MOROCHA DE MIERDA...SI NO DEJASTE HUELLA ES PORQUE TE LAS BORRARON A COLLAZOS Y CUMSHOTAZOS EN LA CARITA DE ZORRA EN CELO QUE HAS DE TENER...
KARATE PIG: ¿ESTAS ENAMORADO DE ESTE ABORTO DE LA VIDA? ¿NO? ¿PUE ENTONCES VAS Y CHINGAS A LA RPUTA DE TU MADRE....
Y WILBER: CUANDO QUIERAS TE ROMPO MEDIA MADRE Y LA OTRA TE LA VOY MACHACANDO EN ABONOS CHIQUITOS. LOS CERDOS CAEN MÁS RÁPIDO. VAS A PEDIR PIEDAD ABIERTA DE CUATRO PATAS...
Por dios! qué violencia!! qué le habrá pasado al anónimo para reaccionar así!!
Qué bueno que aceptaste. Ya se va a hacer el monto para el ganador. Esto se pone bueno.
en estos momentos, JM está haciendo los posters, Eduardo está vendiendo el video a las coorporaciones más poderosas, Rodrigo está haciendo el contrato, y P la está haciendo de interventor.
Sólo falta tu apodo y nombre. El mío, un amigo me prestó su apodo Wilberth "El karate pig" herrera. el tuyo podría ser, "el puto resentido", o "el culeado que se resite". (uyyyyy!! (expresión de enchilamiento de Rodro, Juanito y Eduardo))
Ah!! también hay que quedar en la presentación, y en lo que nos vamos a decir en dicha presentación. Por lo pronto tengo unas fraes "Qué puto! te voy a romper la madre. Te voy a culear como nunca fue culeada tu madre!! cuídate de las balas Frías! ni me vas a ver puto, mi juego va a se de Fu! fua! fua! y Pow! en tu carita!! me la pelas!"
¿Qué tal?
manda pronto tu mail, ya sabes a losviajesdewilberth@gmail.com para hacerlo oficial.
A la madre, cuánta violencia.
(Y también lujuria del otro anónimo)
orale, el claro ejemplo de que la mitad de la escritura la hace el lector, cuantas lecturas, y cuantas pasiones, tengo que reconocer que comienza a gustarme lo que escribes wil, me gusta tu lado más inteleitual, jeje.
y como dicen por ahí, que hablen de mi, aunque sea bien, no?
saludos
MI CORREO ES
vasychigasala_puta_quetepario@hotmail.com
Y PUEDES LLAMARME "CHINGON"...
WIL PERDONAME COMETI UN ERROR LA VERDAD ES QUE ESTOY ENAMORADO DE TI Y TU TEXTO ME PROVOCO REACCIONES PASIONALES QUE NO PUEDO REPRIMIR TAN FACILMENTE...
ANONIMO
Pinche wil, que tranza con tus cuentos para ligarte pseudo-argentinos..
Estimado Chingón-anónimo.
Antes que nada, te felicito por tu valor.
A continuación, doy respuesta a tu pregunta y a tu propuesta con una noticia buena y una mala.
La buena noticia es que no estoy enamorado de Wil. esto es bueno para ti porque has de saber que donde pongo el ojo, pongo la bala, así que tienes via libre para hacer tu luchita. Si no tienes éxito no es mi culpa sino que al parecer, wil no batea en tu mismo equipo, ni modo. Sin embargo, si tienes paciencia, las piernotas de Yadira Gianola y eres puro de corazón quine quita y logres realizar tu seugno de que Wil podrá
Escapar contigo
Dar la vuelta al mundo en un segundo
Como dos amigos
Supermillionarios, vagabundos
Por favor,
No hay nada más que amor
El viento suena, el rayo truena
Y cada insulto es tan distinto
Pero no,
No te puedes quedar así...
como un tonto pensando en Wil... etc..
2.- respecto a tu propuesta sobre mi jefa te tengo una mala noticia, ya no puedo. Pero si quieres, traete una pala y si me ayudas a desenterrarla hasta te la presto, como chingaos no...
si lo tuyo no es la necrofilia pues nos vamos con la tuya, faltaba más, sólo que ahi yo nomas te veo, no es que no se me antoje tu jefa sino que tengo cierto respeto hacia la familia de los demás, más aún si no los conozco...
ahora que si no es para tanto pues con mucho gusto te leo los cuentos de Wil y te sostengo el espejo mientras te aplicas tu candadazo de rigor antes de hacer la meme...
saludos
Jajaja, no mames Wil. Hasta en un cuento causas estragos. Bien por ti. Vas a vender un chingo de libros, ya verás.
QUERIDO KARATE LITTLE DICK, DIGO..PIG!!!
LLORÉ AMARGAMENTE AL LEER TU RESPUESTA... Y CASI CASI PODÍA ESCUCHAR UN VIOLÍN AL FONDO... NO HACE FALTA ESPECULAR Q NO TENES MADRE.
AUN ASÍ AGARRA UN CABRÓN LADRILLO METETELO EN EL CULO Y MUERE FELIZ Y YA ASÍ... DE PASÓ... VAS Y CHINGAS A TU MADRE.
Y RESPECTO A LO D WILBER PREFERIRIA METER MI VERGA DURA Y D 25 CM A UN PICALICA... Q DARLE UN EMPELLON D ANO AL HOMOSEXUAL REPRIMIDO D WILBER.
A MAMAR POLLA MARICONES.
YO SÓLO LEO AL RODRIGO, AL HUCHIN, AL VILLAREAL Y AL DON PERRO...A ELLOS SI LES DARIA POR CULO.
RODRIGO:
LA MARIMACHA ESA VA A VENDER UN CHINGO E LIBROS PERO DE PUERTA EN PUERTA...TU Y EDUARO HICHIN SI TENES TALENTO, NO MAMAR.
existe la posibilidad que "anónimo" sea en realidad pepe landa???
Chingoncita
cuando leas esto, ya estaré muy lejos de aquí.
No me busques, esto es lo mejor para los dos.
Ten la seguridad que no me interpondré entre tu y wil nunca más.
pero en el fondo de tu cheetito, tierno, rico y apretadito, sabrás que siempre tendremos la pildorita.
Chiquita, creo que me pase de lanza, no quería herirte ni provocar tus lágrimas.
Reconozco que me equivoqué, pensé que estaba tratando con un pinche mamoncito, tan pendejo que necesita sentirse argentino o gachupin para imponer respeto,para sentirse escuchado y querido, que en la ré si es un chingón, si levanta la voz, si propone y es el rey de la huerta.
Jamás imaginé que en realidad se tratara de una mugnequita frágil, y dulce como tú.
creéme princesita, jamás me pasó por la cabeza que las canciones de luis miguel joven tuvieran en ti un efecto tan devastador.
PINCHE PAR DE PUTARRACOS D QUINTA...
COÑO, M SORPRENDE Q KARATE TIK DEFIENDA MUCHO A WILBER...¿QUE MISTERIO SEXUAL HABRA DETRAS DE ESTO? ¿QUE COLLAZOS Y FELACIONES SECRETAS? NUNCA LO SABREMOS...
YA QUE LA GATA SALVAJE Q SE HAC LLAMAR "KARATA PIGA" SE RETIRA...
EL PLEITO NO ERA CONTIGO... PERO SI TE INTERPÒNES ENTRE MI IRA Y LA MUÑECA SUCIA D WILBER SALES PRINGAO...
UN CONSEJO: NO T SIENTAS MUY INTELECTUAL PAPÁ SÓLO PORQUE LEES TVyNOVELAS Y OOORALES... SI SUPIERAS DE ALGO QUE NO SEA BASURA NO DEFENDERIAS SUS POST DL MAMARRACHO... A LAMER CULOS A OTRO LADO. PALERO DE QUINTA. DILE LA VERDAD, NUNCA COMPRARIAS UN PUTO LIBRO D ÉL. NO CHINGUES.TU MISMO LO DIJISTE:
"al menos resulta agradable de leer..."
Q SELECION DE PALABRAS TAN INTERESANTE, "AGRADABLE"... COMO AGRADABLE ES LEER EL MENU DE UNA FONDA? COMO AGRADABLE ES LEER LA CUENTA DL LA LUZ? COMO AGRADABLE ES LEER LOS TROZOS DE MIERDA QUE TE SALEN DE CULO?
POR MI PARTE PUEDS SEGUIR MASTURBANDOTE PENSANDO EN BRUCE LEE O EN WILBER, NO ME IMPORTA TUS DESVIACIONES SEXUALES (que son claramente homosexuales).
RESPCTO A LO D LUISMIGUEL, SIIIIIIIII ME GUSTÓ SU ACTUACIÓN EN "YA NUNCA MÁS" ¿YYYYYYYY?
ME DESPIDO DESEANDOLES Q CHINGUEN A SU MADRE RICO STA SEMANA HERMAFRODITOS.
Índira:Gracias por leerme, y más por decirlo, que en estos últimos días pareciera que leerme es un acto arriesgado de homosexualidad. ¿En serio te gusta esa parte? a mí también pero creo que es un acto de vanidad y lo llego a aborrecer jeje. Pero hay momentos en que sale el que se cree un chingón y pues ya ves.
Claro, que se hable de uno,por lo menos para saber que estás vivo. Un saludo calurosos.
Rodrigo: Eso espero, si no, para qué tanta faramalla. jeje. Los que venderé son los tuyos, los de eduardo y los de JM, esos prometen éxitos a mi bolsillo.
Anónimo (original) Sí, sabía que estabas enamorado de mi. Ya lo sé. Pensé que no lo dirías y que iba a ser el que revelara tal secreto. Pero como ya me diste aputa, lo haré en el cuento "El anfitrión". Besos. te amo también.
Seyba: Sí, es muy posible. Pero créeme. Ese puto es más terrible.
Karate pig: Muhas gracias por dejarme el camino libre con el anónimo, ya empezaba a sentirme incómodo. Y sí, jaja, you got me! No, la verdad es que al escribir empiezo a tener regurgitaciones de ese país. Me encantaría conocerlo, pero nada más. A lo mejor, inconcientemente empiezo a escribir para caerle bien a una que otra argentina(o) para que me dé cabida en su casa.
Por otra parte, qué bueno que le tengas respeto a la familia de uno, aún sin conocerla. yo también tengo el mismo respeto, por ejemplo, respeto a la mamá del ANÓNIMO,porque se ve que era un receptáculo inmenso de semen en su juventud, y por eso dio a luz a tan singular tipo, que es machín para decir todas esas "Boludeces" y a la vez es cobarde al no decir su nombre y escudarse en el ANÓNIMO, dejando mal tal nombre, que a lo largo de los años, escritores y personajes han enaltecido su nombre, utilizando dicho pseudónimo para mostrar su humildad y legarnos obras como "Las mil y una noches" entre otras grandes obras. Es una pena. Un saludo fraternal, y nos estamos viendo. (a ver cuándo escribes algo más para subir)
ANÓNIMO: qué tranza!!oye, te he estado enviando mails a ese que me diste y me lo rebota, qué pedo. Hasta ahora me doy cuenta de que me estás tomando el pelo. Qué pendejo soy. No importa, aún hay que hacer preparativos para la pelea. Esta semana no puede ser porque el sábado pelea el Gran margarito. Y la próxima semana es super bowl que ganará Pitsburgh.
Oye, puedo poostear "El anfitrión"?me das licencia? no te chiveas? porque la situación me obliga a preguntarte.
Por otra parte, por qué tanta violencia y mentira. Si todos sabemos muy bien que me lees y hasta estás esperando algo que escriba para poder leerme. Dí la verdad. Hasta antes de que entrara nadie sabía de ti. Sólo te diste prescencia cuando yo ingresé. No es malo. pero sí es incorrecto que no lo admitas. Y bien sabemos que cuando saque mi libro, irás a la librería, verás por los lados para que nadie te vea, como si estuvieras comprando porno, se lo darás a la señorita junto con el dinero; pedirás una bolsa y no la verás a los ojos. Cuando te diga "Se está llevando el libro "Prosapos encantados del autor Wilber..." "Sí, sí, sí, disculpe tengo prisa".
Tal vez no venda muchos libros, pero tengo unos amigos que lo leerán y eso es lo que me llena, jaja. tú eres uno de esos. un saludo, méndigo, y no te pierdas.
Publicar un comentario