sábado, 6 de octubre de 2007

PETA al rescate


Ser rico, hermoso y famoso tiene sus inconvenientes. El timbre de la casa, por ejemplo. Uno pensaría que las mansiones de los ricos, hermosos y famosos de Hollywood son perfectas y que están desbordadas de lujos, o al menos así nos los han dejado ver en los programas de la farándula donde por voluntad del artista nos permiten por media hora invadir su intimidad, es decir, nos presumen sus diez televisiones de plasma de cien mil pulgadas, sus camas cubiertas de oro, su cine particular, sus canchas de tenis, la casita del perro (que tiene dos pisos, microondas, alberca y refrigerador) y todos los excesos en decoración que dejamos de imaginar gracias a que están delante de nuestros pequeños televisores, repito, por voluntad del artista, programas que no podemos dejar de ver a pesar de sentirnos al final de la emisión como unos miserables insectos.

Cuando un foco se funde en casa, maldecimos nuestra vida no tanto por quedar en penumbra, sino por tener que desplazarnos a la ferretería a comprar un bombillo nuevo. En el mundo de los ricos, hermosos y famoso de Hollywood las cosas son más simples, si se funde un foco, no hay problema, tienen 500 focos más en la habitación, y si no los hay, el artista truena los dedos y un sirviente aparece por arte de magia y cambia el foco, o al menos, eso es lo que creíamos hasta el día de ayer.

En el caso de Britney Spears, como si una maldición gitana se hubiera desatado en su contra, ahora resulta que también el timbre de su mansión dejó de funcionar, al igual que su carrera. Esto fue un inconveniente para ella porque el timbre dejó de funcionar como normalmente lo hacía JUSTO cuando sus dos pequeños hijos fueron a visitarla en compañía de la trabajadora social.

Imaginamos que así puedo ser la escena:

La trabajadora social en la puerta de la mansión de Malibú haciendo malabares con las manos, cargando en un brazo al pequeño Sean Preston, de dos años, y en con el otro brazo sujetando la pañalera, a Jayden James (de un año) al mismo tiempo que timbraba una y otra vez sin obtener respuesta alguna.

Resultado: Britney pierde la oportunidad de ver a sus adorables hijos.

Consecuencia: La inminente separación de sus perros London (raza yorkie), Lucky Lacy y Bit Bit (ambos raza chihuhua). Fuentes confiables de la farándula informaron que PETA ha enviado una carta al ex esposo de Britney, el señor Federline, para que éste solicite ante las autoridades pertinentes hacerse cargo de las inocentes mascotas tal y como lo hace ahora con sus hijos, ya que Britney no les da la atención necesaria… a los perros.

Fuente: periódico Milenio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Insensata! Espero que al menos los bañe con champú antipulgas... a los niños.

El respeto al derecho ajeno es la paz.

Saludos, Bomberito.

Anónimo dijo...

¡La gente de PETA es de lo peor! Cualquiera que se oponga al uso de animales para la investigación científica es en primer lugar un imbécil y en segundo un ignorante que no tiene idea de lo que se ha logrado gracias a ella (entre otras cosas, la insulina). Además PETA le da dinero a grupos como el Animal Liberation Front y otros que son, en pocas palabras, organizaciones criminales.