lunes, 25 de febrero de 2008

No éramos tan maricones

“ME GUSTARÍA SER VALIENTE. MI DENTISTA ASEGURA QUE NO LO SOY.”
- Jorge Luis Borges

Una de las mayores gratificaciones que puede obtener un articulista, que es más o menos una especie naufrago que arroja mensajes dentro de una botella esperando el milagro de que un desconocido la encuentre, es cuando obtiene respuesta de algún lector. En mi caso recibo en su mayoría cartas iracundas y virulentas de personajes muy pintorescos que me conminan a dejar de escribir e invertir mejor mi tiempo en actividades más productivas, aunque también hay días en los que llegan cartas de lectores generosos que se toman la molestia de enviar uno que otro piropo para subirte el autoestima y el ego hasta la estratósfera. En fin, hay de todo. Y esto viene a cuento porque hace un par de meses publiqué un escrito en el que decía que quizás la última generación de hombres de verdad fue la generación de mi hermano mayor, quienes luego de hacer tal o cual travesura (robo de exámenes, vandalismo escolar, etcétera) aceptaban con todo garbo y hombría las consecuencias de sus actos; nada de lagrimitas, pucheros u otras indignidades para que mami o papi les salvaran el pellejo como ocurría en mi escuela, que era católica, privada y muy exclusiva, y donde antes de cometer alguna travesura de grandes vuelos teníamos la confianza y tranquilidad de contar con póliza de seguro, traducción: la colegiatura estratosférica que pagaban nuestros padres o la posibilidad de hacer alguna donación, como una nueva cancha de fútbol o material para construir un nuevo salón o la nueva sala del director de la escuela, etcétera.
Pues bien, ayer recibí un mail que finalizaba al pie de página con lo siguiente: “Rodrigo, perdóname pero no éramos tan maricones”. El mail relataba una historia que ya había olvidado y lo firmaba un sujeto del cual no tenía noticias desde hace casi 20 años.
“¿Quién fue?”, dijo el prefecto. Silencio. Los exámenes de inglés habían desparecido. O mejor dicho, la maestra de inglés los dejó olvidados en nuestro salón y luego desaparecieron. “Espero al responsable en mi oficina antes del primer descanso”. Nadie acudió. El prefecto utilizó el primer descanso para interrogarnos. “¿Quién fue?”, insistió el prefecto. Silencio. El prefecto era un sacerdote de dos metros de altura mal encarado que le metía miedo hasta al más valiente. “No nos vamos de aquí hasta que aparezca el culpable”. Silencio. El prefecto siempre obtenía la confesión del culpable o de algún soplón. Sus métodos eran muy variados, y el más efectivo era en el que nos hacía escribir de forma anónima en una papelito el nombre del culpable. Fuimos educados para ser unos Judas. “Veo que no están dispuestos a colaborar”. Todas las hojas fueron entregadas en blanco. “Les prometo que el culpable será expulsado”, dijo el prefecto. “Se los prometo”. Y por primera vez supimos que el prefecto hablaba en serio. “Todos afuera”. Nos paró dos horas al sol. “¿Quién fue?”, preguntó intentando no pegar un grito. Silencio. “Muy bien, si así lo quieren”, dijo furioso. Dimos 50 vueltas a la cancha de básquetbol en cuclillas. Los soplones de cabecera y los revoltosos del salón fueron interrogados. 5 minutos para la salida y el prefecto seguía sin atrapar al culpable. “Vaya, vaya, veo que no están dispuestos a hablar”, dijo el prefecto. Y para sorpresa de todos se marchó sin resolver por primer vez un caso. La maestra que no abrió el pico durante todo el interrogatorio y la tortura no pudo evitar dibujar una sonrisa en su rostro.
Después de todo no éramos tan maricones. Eso, o por vez primera éramos todos inocentes.

31 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que estás hablando de mi ex-escuela, solamente que en la mía había muchos que si eran tan maricones. Terminaban resolviendo todo con su apellido.

Prestigiada escuela católica.

MoNi OroZ dijo...

La verdad estoy totalmente de acuerdo, las nuevas generaciones cada vez estan peor... las cosas ya no son como antes..y eso que solo tengo 22 años,lo digo por experiencia, tengo 1 hermano que en lugar de aguatarse las cosas o de soportar el castigo por algo que haya hecho mal... prefiere decir no lo hice! aunque lo hayas visto!....

Ahora ya no te ponen a trabajar para pagar tus extras, ni el tiempo que tienes libre despues de reprobar un semestre... ahora vives el tan rico y famoso semestre sabatico a costa del dinero de tus papas...

digo las cosas no son como antes... desde mi generacion... no me imagino como eran para los mas grandes...

Armento dijo...

Esto tiene toda la inmaculada temática de una legionaria educación.

De la cual yo estoy, por cierto, muy agradecido porque me permitió comprobar que, como señaló un autor que ni de lejos vi en mi cristiana alma mater (en la epoca cuando no era ofensivo llamar cristiano a un católico), los árboles más robustos se alimentan de la peor podredumbre.

El caso es que bien sé que de no haber sido despiadadamente acatarrado con metodos tan didácticos como el que señalas (acompañados, desde luego de la estupidez tan característica en la educación de los miembros de tan republicano reino, que no república), seguramente andaría por la vida sin cuestionarme nada.

Aunque... también están mis robóticos y teletónicos... ¿amiwis? a los que parece que sí les lograron fundir las sinapsis a punta de recorridos en cuclillas bajo el recalcitrante sol de la alta montaña.

Un tesoro los tipos estos, ¿eh?

Anónimo dijo...

La juventad de ahora está perdida. Nada más basta ver como se visten los anoréxicos metrosexuales, y a la primera provocación se van a llorar a las faldas de su mami o papi.

Anónimo dijo...

Muy bueno. Espero que me cuentes entre las que te echan piropos.

Beso

Luz

Anónimo dijo...

Sí, de acuerdo, pero la maestra era una perfecta "cobarde" e irresponsable.

Luis R

Anónimo dijo...

me encantó! ¡ME ENCANTÓ!

felicidades

martín, que sí es bastante maricón

Anónimo dijo...

Me he reído mucho. Buen relato

Elizabeth S

Anónimo dijo...

no se porque motivo, como llego mi direccion a tu mail, pero estos mensajes me llegan, y tengo que confesar que la primero vez que vi esta direccion, elimine el mensaje "isofacta", pensando que seria una cadena de esas que casi "no hay" y que solo quitan el tiempo, sin embargo la siguiente vez que me llego el mensaje, me dio curiosidad por saber de que se trataba, desde entonces me hice fan de tus articulos, algunos buenos, otros mejores, y hasta peores, pero creo que, sin ser yo experta en esto de la redaccion, eres bueno, o al menos a mi me gusta como lo haces, felicitaciones.

Karina

Anónimo dijo...

Dime por favor si el tipo de dos metros de altura era chiquilin?

Un beso!

Diana

Anónimo dijo...

Oye Rodrigo.... confiesa: ¿Fuiste Tu? al cabo no rajo con el prefecto...ja ja ja, Gracias Rodrigo me hiciste recordar mis lejanos pero inolvidables dias en las diferentes escuelas por las que pase (esta maquina es gringa y no tiene acentos) cuidate...

Ajax

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJ NO MAMES YA NO ME ACORDABA DE ESO PORCIERTO QUIEN SE AVIA CHINGADO EL EXAMEN ... NO ME ACUERDO JAJAJAJA POR K YO TENIA HUEVOS PRA VARIAS COSAS MENOS PARA ALGO ASI PINCHE PADRE SI ASUSTABA JAJAJAJA

Mauricio

Anónimo dijo...

excelente texto rodrigo.

como de costumbre.

por cierto te invito a que te des una vuelta a mi blog, de repente coloco textos de algunas personas que me parecen interesante, categoria "politica y sociedad" los de mi autoria estan en la categoria de "fuckin life", claro que no se compara a lo que tu escribes, y la verdad yo escribo mal y en pocas cantidades :D

no se si te moleste que pueda citarte a ti tambien con algunos de tus escritos, claro colocando la autoria, como veras que no me olvido en el blog de mencionar al autor, pues ya sabes que luego hay algunas personas que se adjudican la paternidad de algunas letras.

un abrazo.

David

Anónimo dijo...

Me gustó este nuevo artículo recordando las travesuras de cuando uno está en la escuela, y aunque yo era de las niñas que ni hablaba, no faltaba alguien inquieta y más abusada que me involucrara en sus aventuras/travesuras
las cuales hacen parecer mi infancia menos aburrida, y sobre todo me ayudan a mantener una conversación agradable sobre este tema con mis contemporáneas, pues no me imagino a nadie prestando atención si sólo platicara sobre mis fantasías al escuchar los discos de Cri-Cri!

Gaby

Anónimo dijo...

Puedo decir en que hay dias que uno se levanta con el mas negro de los humores y sin el mas remoto deseo de tomar la rutina diaria, y leer tus correos que desde mi opinon a veces resultan muy satiricos es un verdadero placer.

Gracias por refrescar mis dias con tu muy particular punto de vista, que ademas resulta muy realista




Alejandra V.

Anónimo dijo...

Rodrigo, mira ultimamente me han llegado tus e- mails y francamente no se de
donde sacaste mi dirección de correo. De antemano te comento que nunca los
abro, pero hoy me dió curiosidad de abrir éste y después de leerlo temo
decirte que realmente estoy desepcionada. Mira esa historia de no somos tan
maricones, precisamente la acabo de ver en una película española hace no más
de dos semanas, no se si te pirateas las historias o algo por el estilo e
insisto no he leído tus demás correos. Sin embargo quisiera hacer el
siguiente comentario, sin afán de molestar a nadie sino simplemente es mi
punto de vista respecto al uso del internet.

Mira por lo que leí tu dicción no está nada mal, y me pregunto por lo menos
tratando de ubicarte conforme a lo leído considero que podrías hacer tanto
tu como mucha gente cosas mucho más importantes que mandar e-mails que
muchas veces nos quitan el tiempo a personas que si estamos trabajando y que
constantemente abrimos nuestro correo porque esperamos información sobre
nuestro trabajo. Como te dije sin afán de ofender, esa creatividad que
mucha gente como tu tienen, no crees que podrías utilizarla de manera más
positiva. Me pregunto y te pregunto a la vez ¿Cuál será la finalidad de
enviar cuanta cadena absurda se encuentran y a su vez reenvian? perdón por
mi ignorancia pero ¿ACASO HAY ALGUN BERNEFICIO PARA EL QUE LAS MANDA?, ya
sea económico, de trabajo, emocional o ¿CUAL ES TU OPINION?, en fin cada
cabeza es un mundo ¿no crees?.

RODRIGO. Te invito con todo respeto a que ocupoes tu tiempo en algo mejor,
estoy segura que puedes.

P.D. Te dejo porque tengo trabajo pendiente, y quisiera terminarlo porque
eso equivale a gozar de otras cosas de la vida distintas a ganarse los
alimentos.

Gracias por tu atención.

Leticia

Anónimo dijo...

Buenisimo Rodrigo como todos, pero en este en especial me hzo recordar mucho excelentes anecdotas vividas en el glorioso Centro Universitrio Montejo, donde tal vez si eran muy solidarios entre los varones pero en la epoca que a mi me toco estar se ensañaban con nosotras supongo que parte del descontrol hormonal de empezar a convivir diariamente con mujeres que no eran parte de su familia jajaja... y por supuesto en una ocasion tuvimos que planear el desquite y como sabiamos que si de algo adolecian nuestros estimados compañeritos era de un alto nivel de "gallaceria", nos fuimos en excursion hasta Santiago a comprar chicles y chocolates laxantes, fue mas que divertido ver el desfile de compañeros hacia los sanitarios all the day long jajaja... y por supuesto las niñas jamas soltamos prenda de lo que habia sucedido, seguro las tortas de Judas tenian algo malo que solo le afecto a los varones.


Bueno solo quise compartir esta anecdota contigo por tantas que tu tienes a bien enviarme,
Sigue escribiendo...

Saludos,
Denise

Anónimo dijo...

Jejeje!! que buena historia!! me hizo recordar mis tiempos de secundaria en los 90's, en este caso mi mejor amiga y yo éramos las más traviesas (pero todo el grupo salia beneficiado con buenas calificaciones), nunca nos delataron... Gracias por dibujar una gran sonrisa en mi rostro el día de hoy.
Saludos!

Verónica A.

Anónimo dijo...

buen dia rodrigo me llama la atencion que me estes llegando correos tuyos no se quien eres pero hubo uno en especial que me gusto era el de la puntualida me lo mandastes creo en enero no se a que te dediques ojala me pudieras dar mas informacion o saber mas de ti trabajas para una revista o algun periodico

victor hugo

Anónimo dijo...

HOLA:
SOLO QUIERO COMENTARTE QUE SON MUY BUENOS TUS MAILS,
ESPERO PODER SEGUIR RECIBIENDOLOS, AUNQUE NO SE
QUIEN ERES TE FELICITO.
CUIDATE.
GRACIAS.

NELLY

Anónimo dijo...

Rodrigo me encanto tu historia en este dia, y no digo que las demas no, sin embargo esta me devolbio asta el pasado y recorde que aun guardo un secreto de una maldad echa en la escuela de la cual solo dos persona fuimos los complices del trabieso jajajja. y por mucho que el director comfiaba en mi honestidad le quede mal
ah mas bien menti al omitir una verdad. en mi caso no era una soplona porque nunca fui voluntariamente a ablar. pero se me exigia decir la verdad y asta ahora evito mentir y me limito adecir preguntenle a alguien mas, no tengo nada que decir. pero en fin.

me gusta leer lo que escribes
aunque casi nunca ago comentarios al respecto pero siempre leo lo que me envias
no dejes de hacerlo porfavor.

Dios te bendiga

te mando un abrazo muy fuerte

Ruth

Anónimo dijo...

Rodrigo: a medida que leía el relato , se me venian a la mente las imágenes de la pelicula Los Coristas. Ya la viste ?

La diferencia es que en la pelicula, el Prefecto era una buena persona.
Te la recomiendo.

Es la primera vez que me llega un artículo tuyo. Gracias.

Laura.

Anónimo dijo...

Estimado Rodrigo:
Tienes razón. No éramos tan maricones. Hoy, por desgracia, no sólo vemos que se atreven a mentir sino también a falsear los hechos
y hasta a dar pequeñas verdades barnizadas de credibilidad, pero rodeadas y salpicadas con inafames mentiras.
o sé si seamos de la misma generación, pero recuerdo que mi madre me enseñó a que cada uno de nuestros actos merece una consecuencia,
a veces buena, a veces mala, pero también nos educaron para encararla, para asumir ese costo o beneficio.
Hoy, cuando todos mienten, me agradó leer ese pasaje que me forzó a recordar que si, en efecto, quizá no eramos tan maricones
pero también a reflexionar que conozco a varios maricones que son más hombres que muchos que presumen serlo.
Después de todo, creo que lo correcto es decir que no eramos culeros, que no nos educaron como delatores, como ojetes que
entierran a otros para salvarse asi mismos, para tener un beneficio a costilla o sobre otro.
Me dio gusto ver que al menos, no tengo el gusto de conocerte, pensamos de la misma manera. Ojalá así actuaramos y creo,
estoy seguro, este mundo sería un poco mejor. UN abrazo y, por supuesto que da gusto saber que, al menos una persona,
lee lo que uno escribe y está dispuesta a hacerlo saber. Cuídate y felicidades

Francisco L.

Anónimo dijo...

MALÍSIMO EL TEXTO

Paco H.

TV Radio Rivera (Quintana Roo) dijo...

Publicado en:

http://www.tvradioriviera.com/noticias/opinion_29/pildorita-felicidad-eramos-maricones-rodrigo-solis_1126

estesur.com (Chiapas) dijo...

Publicado en:

http://www.estesur.com/autor.jsp?id=6585&pagenum=2&autorid=15

Infomelilla (España) dijo...

Publicado en:

http://www.infomelilla.com/noticias/index.php?accion=1&id=7129

Peru.com dijo...

Publicado en:

http://pildoritadelafelicidad.blogs.peru.com/2008/03/03/no-eramos-tan-maricones/

Maseual (Morelos) dijo...

Publicado en:

http://www.maseual.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=1771&Itemid=1

Rhema (Campeche) dijo...

Publicado en:

Rhema No. 53 Abril 2008
http://www.wobook.com/WBmP6KY2sL1Y-33

MILENIO NOVEDADES (Yucatán) dijo...

Publicado en:

MILENIO NOVEDADES 24 FEB 08