Presagio cumplido

No hay que ser Nostradamus cuando se trata de vaticinar la imbecilidad e inconciencia humana. Ocurrió tal y como les dijimos que ocurriría.

¿Recuerdan a nuestro querido vecino y amigo el arbolito?

RECORDAR LA HISTORIA

Se los presentamos ahora.

¿Quiénes fueron los asesinos?

Al parecer nuestros queridos amiwis de Too Much no creen en el calentamiento global, ni en las leyes, ni en nada. Ellos sólo creen en las ventas. Si en vez de un modesto arbolito hubiese estado plantado un roble de 500 años, con la mano en la cintura lo hubieran talado igual, tal y como hacen las gigantescas compañías transnacionales cuando la naturaleza les estorba. Ahora espero que el Gobierno del Estado de Campeche cuando menos le ponga una multa escalofriante a los responsables por destruir propiedad del Estado y los obligue a sembrar otro árbol justo donde estaba nuestro querido amigo y vecino, q.e.p.d.

Desde luego que eso es soñar que estamos en el Primer Mundo, porque bien sabemos qué es lo que hará el gobierno al respecto. Ni que hubieran hecho algo tan grave como, no sé, hacer pedazos con su automóvil a dos seres humanos por estar jugando a las carreritas, ¿verdad? Digo, a quién le importa un pobre árbol que lo único para lo que sirve en esta vida es para hacer oxígeno (ni que eso nos sirviera para algo), embellecer la por demás fea avenida en la que lo plantaron, y dar hogar a otros muchos seres vivos que para algo servirán en el ecosistema.

Y aquí les va el último vaticinio: a todos los metrosexuales y amantes de la moda campechanos les importará un carajo esta nota.