miércoles, 13 de febrero de 2008

Michael Clayton

Hoy, lo primero que deberías hacer saliendo del trabajo es revisar el periódico y consultar la sección de cines para ver sí la película Michael Clayton está en cartelera. Para más referencias es en la que con seguridad los distribuidores habrán colocado la cara de George Clooney en el afiche promocional, así que guíate por esa pista porque como bien sabemos el genial gremio de traductores de México con toda certeza habrá bautizado el filme con un nombre disparatado como siempre suele hacer: “El portero”, o “El abogado astuto”, o en el mejor de los casos, “Michael Clayton, un abogado con mucho corazón”.

Los críticos y conocedores de cine dicen que para que una película pueda ser catalogada como magnífica tiene que reunir varios requisitos: buen guión, buenos actores protagónicos, buenos actores de soporte, buena dirección, buena fotografía, buena edición, etcétera. Yo creo que para que una película pueda ser catalogada como magnífica tiene que cubrir un pequeño detalle: los pequeños detalles. Michael Clayton hace de los pequeños detalles grandes momentos, y por eso es una magnífica película.

Un pequeño detalle es, por ejemplo, la forma en que el protagonista debe abrir una puerta en determinada circunstancia. El protagonista se levanta de la cama luego de pasar una noche infernal cuidando a su amigo maniático depresivo y descubre que la puerta del baño está cerrada con llave. El protagonista toca la puerta un par de veces sin obtener respuesta. El protagonista presiente lo peor. El protagonista golpea de nuevo a la puerta y no obtiene más respuesta que el agua corriendo por la regadera. El protagonista grita el nombre de su amigo. No hay respuesta. La única opción es tumbar la puerta. A una película que no le guste cubrir los pequeños detalles, el protagonista derribaría la puerta de una patada. Es decir, el protagonista por más genial que haya podido ser, por un instante pierde su condición humana (con la cual nos identificamos durante todo el filme) para transformarse en un héroe de acción con la fuerza de Superman y derriba la puerta de una sola patada, cual Arturo Peniche en alguna telenovela de Televisa. Michael Clayton, no.

Otro detalle son los personajes que tienen una línea en el guión de la película. Una película que no cree en los pequeños detalles pone a una chica con las tetas de Pamela Anderson como el empleado que despacha en una papelería o a un Ashton Kutcher como el hermano fugaz del protagonista. Michael Clayton, no.

Una película que no cree en los detalles jamás te mostrará el profesionalismo con que trabajan los asesinos a sueldo, o al directivo de una corporación transnacional hablando con ese doble lenguaje que utilizan los directivos de las corporaciones transnacionales que dominan este mundo para no sentirse culpables cuando mandan a matar a alguien que se convierte en una piedrita en el zapato, ni muestran cómo esos directivos practican frente al espejo las respuestas que darán en una determinada entrevista para convencerse a sí mismos y a todos los demás de que la compañía para la que trabajan no está envenenando a miles de personas.

La premiación de los Oscares es un duelo de egos y un insulto para el arte. Entregar un trofeo para determinar qué película, qué actor, qué director, etcétera, es la mejor de todas es una aberración. Una aberración en la que, sin embargo, participan muy buenos críticos que tuvieron el buen ojo de nominar a Michael Clayton para Mejor Actor, Mejor Actriz de Soporte, Mejor Actor de Soporte y Mejor Película, entre otras. Y es que al aparecer los créditos al final de la película a uno se le ensancha una sonrisa en el rostro y sólo puede pensar una cosa: a todos los involucrados en esta cinta deberían darles un premio. Sí señor, aunque uno no crea en los premios.


P.D. ¿Recuerdan la voz en off que les mencionaba? Esto es justo lo que no se debe hacer en una película. A los diez segundos de iniciada la película uno ya sabe que presenciará una porquería.





VER ESCENA


Quizás nunca me canse de repetirlo: que asco de película.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno creo ke no importa el lugar donde te ponga mi comentario.. mientras lo ponga vdD? solo quisiera de verdad, agredecerte sinceramente por toda la ayuda ke tu blog me ha dado (exageradita verdad??)... fuera de broma me ayuda mucho a distraerme.. por aquello de losproblemas presonales y amorsos y sobre todo en este mes donde todo es amor, felicidad, miel, chocolates etc... etc... (que como recien egresada de mercadotecnia y mujer molesta) solo veo como puroo pretxto para vender....

Bueno despues del desahogo de verdad quisisera felicitarte por tu metro sencillamente me encanta y me hace reir a carcajadas y sobre todo!! para el que dijo ke la pildorita de la felicidad no promociona la cultura! me ha enseñado mucho!!!

Saludos!!

Anónimo dijo...

oppss!!! pequeño error!!! es BLOG... no METROO.... sorry.....

Anónimo dijo...

La verdad que sí, que mierda, deberían enchufarle un palo por el fundillo a Tony Dalton (se lo merece sólo por llamarse así) y a su íntimo Kristoff (también sólo por llamarse así se lo merece).

El respeto al derecho ajeno es la paz.

Saludos, Bomberito.

Anónimo dijo...

Querido Rodrigo:
Quisera unirme a tu harem de simi esposas... Siempre me ha gustado como escribes,siento un orgasmo cada vez que te leo.Me ruborizo de sólo pensarlo. Un beso.

Pepita.

Anónimo dijo...

muy bueno, tony dalton apesta

Peru.com dijo...

Publicado en:

http://pildoritadelafelicidad.blogs.peru.com/2008/02/18/michael-clayton/

MILENIO NOVEDADES (Yucatán) dijo...

Publicado en:

MILENIO NOVEDADES 10 FEB 08