Emmanuel nunca fue un roquero y mucho menos un galán, pero él se creía que lo era, y ambas cosas. Los años pasaron y su fama se fue a pique convirtiéndolo como diría su profética canción en un “pobre diablo”. Ah, y en una señora también. A decir verdad, más bien se convirtió en una viejita, en una viejita lesbiana con peinado de periquito australiano.
jueves, 28 de febrero de 2008
No. 4
Categoría:
LA CAJA FANTASTICA
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1 comentario:
Yo me lo encontre en el Palacio de Hierro, es como la pelicula de Dracula, arrugas y mucho maquillaje
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