jueves, 7 de mayo de 2009

Si usted no es una reina. Capítulo 6


A D V E R T E N C I A





Esta telenovela está clasificada como NR, no apta para las reinas. Las imágenes, lenguaje y situaciones de esta telenovela no son aptos para las reinas. Con fundamento en la Ley para la Defensa, Preservación y Fomento a las Reinas queda estrictamente prohibido a cualquier reina ver esta telenovela. La violación a esta disposición legal será sancionada con treinta días de servicio comunitario sexual a caballeros de escasos recursos.




ESTE CAPÍTULO ES CASI PATROCINADO POR



PRESENTACIÓN



ESTA PRODUCCIÓN ATIENDE A LOS MÁS RIGUROSOS CONTROLES DE CALIDAD Y A LAS MÁS ESTRICTAS NORMAS MORALES Y DE CORRECCIÓN POLÍTICA, CON RESPONSABILIDAD SOCIAL Y COMPROMISO CON SU COMUNIDAD, PARA QUE USTED GOCE DE UN PROGRAMA DE LA MÁS ALTA CALIDAD, CON UN MESAJE POSITIVO DE AMOR Y SUPERACIÓN PERSONAL, QUE ORIENTE A LAS Y LOS JÓVENES PARA ALCANZAR SUS SUEÑOS Y REALIZAR TODAS SUS CHAQUETAS.




ODIO LOS BLOGS



P

R

E

S

E

N

T

A



Ni dormida ni despierta
se me va de la cabeza
pienso en él, ¿por qué será?


a



YENIFER GARCÍA
como
La Yenifer



En la calle y en la escuela
peor que un dolor de muelas
siempre está, no me deja en paz.



y

a


ESPERGENCIO ZACARÍAS
como
El Poli



Con las yemas de los dedos
pongo su nombre en el viento y después
me siento bien.


en

SI USTED NO ES UNA REINA
la telenovela prohibida a las reinas

con la presentación estelar en televisión
del gurú de la escena overground

EL MAESE PAULO CULEYO
como
El Maese Paulo Culeyo


Nadie sabe mi secreto
todo me lo quedo dentro
aunque sé que así no es.


la primera acriz del overground


LALA PORNOCHAS
en el papel de
Doña Mari


Como se le comen los sentidos
a los chicos ya no se que hacer



Primitivo "Apenitas" Rebollo
es
Don Chairerto del Refugio, Don Chairas


Esta obsesión, que no compre-e-endo
me pone mal estoy simplemente enferma de amor


y


el actor cómico irónico
Charly Masticáis
es
Un Güey que Iba Pasando por Ahí


Esta obsesión, que me quita el sue-e-ño
es la señal de que estoy ya enferma de amor
Esta obsesión, que no compre-e-endo
me pone mal estoy simplemente enferma de amor


productor ejecutivo
ZEKTOR 01


Hasta entre los pliegues de la almohada
cada noche me viene a buscar
Esta obsesión, que no compre-e-endo
Me pone mal estoy simplemente enferma de amor
esta obsesión, que me quita el sue-e-eño
es la señal de que estoy ya enferma de amor



La Yenifer no dejó lugar a dudas:

—¡Ya llegué! —exclamó.


ESTE CAPÍTULO ES INTERRUMPIDO POR IMPOSICIÓN DEL IFE Y LOS PARTIDOS. FAVOR DE NO HACER CASO A SUS PENDEJADAS:



REGRESAMOS A SU PROGRAMACIÓN FAVORITA:


Al verla, el Maese Culeyo, con su aplomo de hombre de verdad, le explicó la situación:

—¡Ay, esa Doña Mari! ¡Le explico y le explico y no entiende y no entiende!... Po siéntate, mija. Vamos a echar otra Chelita. Se ve que andas reteacalorada…

Sin duda, un hombre comprensivo y benevolente el Maese.

—Doña Mari. Échenos otra [señor dueño de fábrica de cerveza o publicista, anuncie aquí su marca].

Casi de inmediato Doña Mari la puso sobre la mesa (la cerveza). Cortésmente, caballerosamente, el Maese sirvió en el vaso de la damita y luego en el propio. Le preguntó sutilmente:

—¿Traes mi billete?
—Esteeee… pues… eeehh —dudó la Yenifer.
—¿Sí o no, chingá? —acotó el mago.


OTRA VEZ EL PINCHE IFE:



REGRESAMOS A SU PROGRAMACIÓN FAVORITA

—Es que nomás me faltan 500 varitos —respondió la Yenifer.
—Hiiiii-ja-de-la-chin-ga-da —declaró con sinceridad el maese. Le habían faltado al respeto.
—Perdón, master. Déme chance. Es que esos ojetes de donde chambeo no me han depositado mi quincena y…
—A mí me vale verga. Yo soy profesional y no abarato mi trabajo…

Entonces ocurrió un milagro. Algo que sólo por la Gracia de Dios pudo haber ocurrido con su infinita Misericordia: a la fonda de Doña Mari llegó un ruquito, que era

PUTO IFE OTRA VEZ, CÓMO CHINGA:



ZIN PRI-VA-TI-ZA-ZIÓN

REGRESAMOS CON SU PROGRAMACIÓN FAVORITA

¡Era






¡DON CHAIRAAAAAAAAAAS!

—Áaaaandale, mi chava. Andas de suerte. Orita va a salir el billete que te falta —dijo el Maese Culeyo para que se tranquilizara la Yenifer.
—¿De verdad, master? ¡Qué chingón es usted!
—¡A huevo, mijita. ¡Vas a ver!

Don Chairas era un ruquito muy tembloroso. Entró y vio a Doña Mari. Le brillaron los ojos y se puso más tembloroso.

Con las yemas de los dedos
pongo su nombre en el viento y después
me siento bien

Educadamente, la saludó:

—¡Bbbbbuenotas tardes, Doña Mari! —y se puso más tembloroso.Doña Mari no contestó. Ella estaba muy concentrada en su trabajo. Estaba preparando la masa para hacer los tlacoyos.

Don Chairas se acercó entonces a la mesa del Maese. De inmediato vio a la Yenifer y se le dilataron la pupilas. Saludó al Maese:

—Buenas tardes, don Paulo.

Como un caballero, el Maese se puso de pie y respondió el saludo.

—Buenas tardes, don Chai —y le extendió la mano izquierda—. Con la izquierda, don Chai, que ya lo conozco.

Entonces estrecharon sus manos izquierdas.

—Usted siempre tan bien acompañado —señaló don Chai como un gesto de galantería a la comensal.

—Ya ve, don Chai. Uno que es afortunado. Mire, le presento a la Yenifer.

Con las yemas de los dedos
pongo su nombre en el viento y después
me siento bien


—Mu-mu-mucho gusto, señorita.

A ella sí salúdela con la derecha —le aclaró el Maese.

La damita le tendió la mano y sintió en ella la temblorina del ruco.

—Chairerto del Refugio —se presentó don Chairas— para servirle a usted, señorita.

Hasta entre los pliegues de la almohada
cada noche me viene a buscar

—Mucho gusto —respondió la Yenifer.
—Bueno, don Paulo. Pues con permiso de ustedes. Ya no les interrumpo. Voy a sentarme por acá —explicó don Chai.
—Pase usted, don Chai —le respondió el Maese.

Don Chai fue a sentarse atrás de Doña Mari, donde podía verla de espaldas echando tortilla (de maíz). Ella dio media vuelta y le preguntó:

—¿Qué va querer?
—Esteeee… mm… déme un tlacoyo de tlacoyo… y una quesadilla especial.
—¿Y de tomar?
—U-u-na cervecita.
—¿De cuál? —D-d-de la que sea…
—Oiga, Master —observó la Yenifer—. ¿Qué es eso de tlacoyo de tlacoyo?


PINCHE PUTO IFE OTRA VEZ. CÓMO CHINGA:




AHORA REGRESAMOS CON SU PROGRAMACIÓN FAVORITA

Don Chairas se quitó con dificultad, por la temblorina, la chamarra, y con ella cubrió su regazo. Puso las manos debajo de ella y se hizo muy notorio que se estaba tejiendo una chambrita mientras veía a Doña Mari echar tlacoyo, pero se apreciaba que era un hombre discreto y respetuoso de la concurrencia a la hora de ejercer su sexualidad con plenitud en la madurez de su vida.

—Es más fácil que veas bien a que te explique. Fíjate —le señaló el Maese a esa chiquilla aprendiz.

CHÍN-GA-DA-MA-DRE CON EL IFE:



AHORA REGRESAMOS A SU PROGRAMACIÓN FAVORITA

Doña Mari puso una bola alargada de masa en la palma de su mano izquierda. Se alistó para preparar un alimento cien por ciento orgánico, libre de contaminación tecnológica. Con la derecha tomó el borde inferior de su falda y lo levantó hasta la altura del ombligo. Flexionó las rodillas para separar los muslos y con la mano izquierda colocó la masa sobre labios y monte de venus para hacer…







¡Un tlacoyo prensado de panocha!








Con la masa bien sujeta en la región genital, Doña Mari cerró las rodillas y apretó las nalgas para dejar bien prensado el (los) tlacoyo(s). Ambos, en realidad. Y simultáneamente. Una vez prensado(s), volvió a flexionar las rodillas para separar los muslos. Retiró la mano y extrajo el tlacoyo (de maíz) muy bien hechecito. Tal vez esa es la razón no explicada a esta telenovela de por qué Doña Mari no trae calzón. Ya con el tlacoyo bien hechecito. Entonces soltó el borde del vestido, porque tampoco se trataba de andar exhibiéndose. Muy profesional, sólo retiró algunos pelícanos que habían quedado en la masa y colocó el tlacoyo sobre el comal. Quienes conocen a Doña Mari y han degustado de su cocina, dicen que hasta el perrito queda marcado en esos manjares.

En eso, Un Güey que Iba Pasando por Ahí (que es el mismo güey que siempre anda pasando por ahí) pasó por ahí.

Nadie sabe mi secreto todo me lo quedo dentro

Con la ubicuidad que le caracteriza, vio a Doña Mari prensando los tlacoyos y puso cara de “fuuuchi”. Sacudió su cabeza y regó de caspa la banqueta. Vio al interior de la fonda y se percató de la acción de Don Chairas. Entonces puso los ojos en blanco, se mordió el labio inferior y exclamó como sólo un intelectual hace

—¡Mmmmmmmmmmhhhhhhhhhh!

Esta obsesión, que no compre-e-endo
me pone mal estoy simplemente enferma de amor

Don Chairas se dio cuenta de la pasión que despertaba y dejó de temblar. Sacó las manos de donde las tenía y las puso sobre la mesa. Decepcionado, Un Güey que Iba Pasando por Ahí se fue a hacer güey a otro lado. Y Don Chairas pudo continuar con su acción. Fue una aparición fugaz.

—Aaaaahhh. Pos ya entendí por qué son tlacoyos de tlacoyo —comentó la Yenifer.
—Sí. También les dicen tlacoyos prensados o tlacoyos de panocha. Y son muy sabrosos —explicó el Maese, siempre tan erudito.
—¿Y como a qué saben, master?
—Ah, pos como a pescadillas.
—Qué interesante. Voy a hacer en mi casa. A ver qué tal me quedan.

Doña Mari se disponía a preparar la quesadilla especial mientras se hacía el tlacoyo (en el comal). Y entonces llegó…

Esta obsesión, que no compre-e-endome
pone mal
estoy simplemente enferma de amor

Esta obsesión, que me quita el sue-e-eño
es la señal de que estoy ya
enferma de amor

ESPERGENCIO ZACARÍAS VISITA:



Esta telenovela fue grabada en escenarios cien por ciento overground


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República Pop Hedonista, MMIX

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1 comentario:

Sergio dijo...

Yo no te leo. Si crees que te leo, yo no te leo.