Les digo, cultos somos, qué digo cultos, cultísimos

La semana pasada el gobierno del Estado donó trecientos mil pesos al Teletón, sí, leyó usted bien, trecientos mil pesos, para que luego no se diga que andamos tirando a la basura el dinero de nuestros impuestos. Sin embargo, los organizadores del Teletón no pudieron cobrar el cheque (nótese el rostro de preocupación de la enviada del Teletón al descubrir algo extraño en el cheque) debido a un pequeño problema: el cheque rebotó; y no precisamente porque no tuviera fondos, sino porque cuando Televisa quiso cobrarlo los del banco le dijeron que tal cantidad no existía.

Cabe aclarar que luego de muchos alegatos algún funcionario recordó que cargaba (como todas las mañanas) con un diccionario de la Real Academia Española y les hizo ver a los ignorantes banqueros que trecientos es una de las dos formas en que se puede escribir el número 300. Quién lo diría, el funcionario tenía razón y el banco aceptó el dinero. Con eso de que estamos en el mes de la cultura queda comprobado que no todos los asnos rebuznan coordinados, aunque aún no pierdo la esperanza de que el cheque de ciete millones de pesos (u oxo o nuebe o los que hayan sido) que el gobierno le pagó a Il Divo por cantar una hora y media, rebote en el banco de Suiza.

Ahora veo y comprendo que estos próceres de la cultura son muy juguetones en materia ortográfica, como cuando una vez me invitaron a un evento de campaña del actual presidente municipal y me preguntaron cómo se escribía “enhorabuena”, a lo que respondí que se escribía separado, es decir, “en hora buena”. Ya veo que no era el único que andaba de juguetón esa noche.


Foto cortesía de La garganta más profunda.