“DOS MEDIAS VERDADES NO HACEN UNA VERDAD Y DOS MEDIAS CULTURAS NO HACEN UNA CULTURA.”
- Arthur Koestler
Como soy una comadre de clóset, dentro y fuera del clóset, salí perfumado y engalanado a la glamorosa noche en busca de un poco de acción que rompiera la monotonía de mi vida. “¿Y tú, a dónde vas tan perfumado?”, me interrogó una amiga en mitad de la calle. “Al concierto de Il Divo”, respondí muy ufano y muy seguro de mí mismo. “Bah, que tengas suerte”, dijo mi amiga dibujando una mueca de hastío en el rostro. “Qué, ¿a poco tú no vas?”, le pregunté sorprendido. “Desde luego que no”, respondió ella poniendo el rostro colorado como un tomate, para luego agregar: “el ridículo de mi novio lleva desde la madrugada de ayer separando lugares con sus amigotes para poder ver de cerca a Urs”. “Uy, no me digas”, dije sorprendido. “Pues sí te digo”, dijo ella, y luego de una pausa interminable e incomoda en la que me observó de pies a cabeza con total rencor y desprecio (sospecho que descubrió algo en mí que le recordó a su novio) me dijo: “y no sé qué pretendes yendo a esta hora, faltan cinco minutos para que comience el concierto y no te quiero desilusionar, pero la gente lleva haciendo fila desde la mañana.” “Voy con unos amigos que trabajan en el periódico, igual y nos colamos con sus gafetes de prensa”, dije en mi defensa sin poder ocultar mi orgullo por tener amigos que trabajan en los medios. “Aunque tus amigos sean López-Doriga y Adela Micha, dudo que encuentren lugar”, dijo mi amiga dándome un beso en la mejilla de despedida sin poder ocultar el orgullo que sentía de ser una arpía.
Kilómetros antes de llegar al parque principal pude ver que la maldita arpía de mi amiga tenía razón. Todo el malecón (cuan largo es) y sus alrededores estaban tapizados de automóviles. Decenas de personas caminaban en el sentido contrario hacia donde me dirigía con mis amigos periodistas, y por un instante pensé que el concierto se había suspendido por la intoxicación gastrointestinal (traducción: diarrea) de alguno de los Il Divos por comer pan de cazón en el almuerzo. Por fortuna mi pesimista presagio fue disipado cuando uno de los transeúntes que pasó a mi costado dijo que el concierto de esos Il Divo no era lo que él había esperado. Ante tal revelación, apreté el paso para no perderme ni una canción más, y vaya que no me perdí ni una canción más; sin embargo, al igual que el transeúnte inconforme, he de confesar que el concierto no fue lo que yo esperaba, porque tres cuartas partes del mismo tuve que verlas en una pantalla gigante que proyectaba la imagen de cuatro sensuales hombres que con micrófono en mano lograban desprender de la finísima concurrencia unos alaridos erotizados que ni en las despedidas de solteras más libidinosas se suelen escuchar. Y el problema no radicaba en que el parque estuviera atestado de personas que me impidieran aproximarme hasta el escenario, el problema radicó en que para ingresar al parque primero había que sortear la fila interminable de hombres que con ojos ilusionados, mordiéndose los labios y dando brinquitos sobre las puntas de sus pies esperaban ansiosos a que los policías los dejaran ingresar. Sobra decir que mi amiga periodista entró al concierto en menos de 5 minutos gracias a que la cola de mujeres era inexistente, y no precisamente porque en el parque estuvieran congregadas todas las mujeres de la faz de la Tierra.
Ya adentro del parque no me fue difícil aproximarme hasta muy cerca del escenario, y esto fue en gran medida porque pude esquivar a miles de espectadores que resultaron ser (en su apabullante mayoría) hombres con los ojos cerrados y las manos en el pecho, que al borde de las lágrimas coreaban la canción “Regresa a mí”, de Toni Braxton, incluidos los funcionarios de Cultura y Arte del Estado, que inspiradísimos se desgañitaban orgullosos de ser empapados de tanta cultura. Y desde luego, no faltaron las personas amantes de la opera y del buen gusto que al ver al Gobernador entre las masas le gritaron: “gracias Gobernador, gracias”. Y el Gobernador, sonriente, les decía: “esto es por ustedes”. Una atronadora caravana de aplausos se dejó escuchar e incluso algunos, avalentonados por tanta emoción, gritaron a coro: “reelección, reelección, reelección”. Yo, la verdad, asombrado y emocionado al ver a cuatro pedazos de carne cantar opera del más alto nivel al tiempo que, cual malabaristas en escena, capturaban y firmaban toda suerte de prendas intimas (en su mayoría calzones de hombre) que les aventaba el público, no pude más que unirme a la histeria colectiva en eso de gritar: “reelección, reelección, reelección”. Y la verdad no es que me dejara llevar tanto por la emoción y el furor del momento (o porque Carlos, el finísimo tenor español, nos hubiera dicho a los campechanos que éramos un publico “cojonudo”) simple y sencillamente es mi deber como ciudadano cultísimo que soy apoyar la reelección de un gobierno que invierte carretadas de millones de pesos en fomentar la cultura y las artes, necesidad prioritaria para tan finísima ciudadanía. Al igual que esperar con ansia que sea Daddy Yankee acompañado de la filarmónica de Viena quienes hagan las delicias navideñas y culturales del próximo año.
10 comentarios:
"Cojonudo" artículo, mi querido rodro. Inolvidable la parte de "Es por ustedes".
Yo también esperaría a daddy Yankee con la filarmónica, pero más aún a los Cumbia Kings sinfónico.
Un saludo para ti y para pepe. Estamos en contacto.
un comentario: lo de "es por ustedes" llego en otra version en la parte donde yo estaba
fue algo asi como...
Señora cincuentona
"Gracias gobernador gracias" llorando emocionada
Gobernador
"Es para ustedes, todo por mi pueblo que se merece lo mejor"
con ojo lloroso y voz cortada
Pueblo
(ovacion) gober, gober, gober.. reeleccion, reeleccion, reelecccion
Excelente articulo, como siempre.
Saludos
Jaja, muy bueno igual que siempre, pero ya veo que Il Divo te ha dejado marcado profundamente! Creo que pasará un buen tiempo antes de que puedas superar tal trauma de su visita y disipar las dudas sobre el atraso de la beca
Jajaj Suerte, saludos.
Ana
MUY BUENO RODRIGO
Silvia
gracias me alegraste la mañana, no pude ir a ildivo pero supongo se puso bien
sigue como hasta ahora
felicidades que tela pases bien esta navidad y el año que llega se de dicha, felicidad y muchas ganas de escribir bye
Bismarck
Nunca pensé en escribirte pero pss lo merecía, es aquí cuando nos damos cuenta que las personas nos buscan por interés MALDITOOSS...=) pero excelente manera de contestar, me encantó tu sarcasmo en el correo de la Opera EXCELENTES COMENTARIOS...buenas preguntas e IMAGINATE las respuestas...
Saludos
Karen desde Oaxaca...
Pd. me gusta tu forma de escribir...
Hey!
Hola Rodrigo, no tengo el gusto de conocerte pero a veces leo tus artículos, éste no me gustó tanto debo confesarlo, quisiera aclararte a tí y a tus lectores que la cultura no se mide, no se puede tener más o menos cultura, ya que ésta es una propiedad (nata, adquirida o producto de una fusión) de la sociedad con la capacidad de transformarse. Entonces, sólo para que no se confundan, ÉSTO somos los mexicanos, ÉSTA es nuestra cultura. Cada uno la varía conforme su experiencia. Esa es la definición que mi formación lingüística antropológica me deja. Saludos cordiales espero seguir leyéndote en el futuro.
buen articulo, esos 8 millones de euros que se gastaron para traer a esos 4 metrosexuales bien pudieron haber servido para repararar todos los BACHES de las calles de Campeche, sin embargo sigue funcionando eso de "al pueblo pan y circo" lo importante es que se dejen escuchar las voces de inconformidad para que CHESPI se de cuenta que ya se sabe que NO HAY OBRAS y se sigue robando DESCARADAMENTE el presupuesto estatal con sus EVENTOS, REMODELACIONES y las EMPRESAS FAMILIARES.
Publicado en:
http://www.tvradioriviera.com/entrevistas/imprimir189.html
Publicado en:
MILENIO NOVEDADES 9 DIC 07
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