Baches muy Divos

Esa carcacha que ven ahí es mi carcacha, mi orgullo y la protagonista de mil y un aventuras. No subestimen al deportivo alemán (como aquella ex amiga hija de un ex funcionario público que dijo que primero muerta antes de subirse a esa cosa), pues así como la ven, un día le ganó una carrera a una perrera de la policía en las angostísimas callejuelas del FOVI, historia que relaté en un escrito titulado “Atrápame si puedes”.

Desde luego, esta fotografía no fue tomada en el FOVI, de lo contrario la policía, antes de encerrarme, primero hubiera tenido que tirar una soga para rescatarme de los agujeros que hay en esta calle tan campechana de la colonia …………. (escribe sobre los puntos suspensivos el nombre de cualquier colonia de la ciudad).

Observen bien este par de fotografías.

¿Apoco no son una belleza? ¡Hasta parece que los cráteres los mandan a hacer apropósito para engalanar las avenidas!

¿Ahora, que tal ésta? Es mi preferida.

Por aquí es por donde paso casi todos los martes y jueves cuando llevo a una amiga a su casa. Si fuera un tipo agradecido ahora mismo telefonearía a las llanteras transnacionales para descocerme en halagos y miles de gracias porque sus productos han soportado más de lo que se puede esperar de ellos. Pero en vez de agradecerle a las llanteras, mejor quiero agradecerle al gobierno del Estado por invertir siete millones (u ocho o nueve o los que hayan sido) en contratar a los Il Divo en vez de pavimentar las calles de toda la ciudad que son una delicia para los corredores del Rally Dakar radicados en Campeche.

P.D. Sí, querido amiwi, la función de un escritor es hincharle las bolas al gobierno, y la suya, bueno, además de disfrutar de todo ese dinero tan bien habido de nuestros impuestos, es la de querer comprarme y/o amenazarme. Pero ya ves, aun hay gente decente, o tal vez es que no me has llegado al precio, o amenazado suficiente.