jueves, 29 de noviembre de 2007

El Nido


Falta poco más de un mes para que termine el año, y una de las cosas por las que más nos entusiasma la llegada del 2008 es que de nueva cuenta el mundo podrá fingir que olvida sus odios y rencores y se reunirá para celebrar una justa olímpica; esa celebración de lo mejor y lo peor del ser humano: por un lado el deseo de demostrar la propia superioridad por encima de los demás, la arrogancia y la ambición desmedida, y por otro... no sé, el equipo femenil de volibol playero de Italia.

Este año las Olimpiadas se llevarán a cabo en China, una tierra de magia y misterio donde según Amnistía Internacional se llevaron a cabo 1,010 de las 1,591 ejecuciones auspiciadas por el Estado (es decir, de personas condenadas a muerte) del año pasado. Aclaran, eso sí, que las cifras reales deben ser mucho más altas, y que fuentes confiables sugieren que entre 7,500 y 8,000 personas pueden haber sido ejecutadas en 2006. ¡Pero qué importa, si Steven Spielberg va a ser el director artístico del evento y Zhang Yimou va a filmar los juegos!

¿Por qué no puedo dejar de hablar de cosas desagradables? No lo sé, ni que estuviera dispuesto a hacer algo al respecto. Tal vez sigo algo deprimido por haber visto el documental La Sangre del Distrito Yingzhou. No la recomiendo. En breve: varios niños pequeños son huérfanos a causa del Sida, contraído por sus extremadamente pobres padres al vender sangre para ganar unos centavos. Algunos de los niños tienen la enfermedad y tienen que enfrentar el rechazo y el abandono. Los que no la tienen también tienen que enfrentarlos, pues los demás niños creen que porque sus padres están enfermos ellos también lo están. Un niño de dos años vive con su abuela. Ella muere. Tiene dos tíos pero ninguno quiere ocuparse de él, pues el más joven es soltero y si lo recibe jamás podrá casarse, y el mayor tiene hijos pequeños y no quiere que se conviertan en víctimas de la discriminación de los demás niños. Eventualmente es adoptado por una familia (ambos padres son VIH positivos), y eventualmente tiene que ser abandonado por esta debido a la gravedad de su condición, cuando sus padres adoptivos son incapaces de hacerse cargo de él. Comienza su peregrinación por una serie de hogares adoptivos. Fin.

¿Por qué les conté eso? Ni idea. El objetivo de esta entrada era enseñarles estos bosquejos del Estadio Nacional de Beijing, construido para ser la sede de los Juegos Olímpicos por los arquitectos Herzog & DeMeuron, ganadores del Premio Pritzker 2004. Iba a señalar que, según explican los arquitectos, el diseño del edificio emula al nido de un ave. A continuación iba a hacerme el gracioso diciendo que tal o cual representante campechano de la Cámara de Senadores había anunciado que una vez que concluyeran los juegos iba a usar una fracción diminuta de su ridículamente elevado salario para rentar el estadio por las tardes para tener un lugar a la medida donde reposar sus colosales huevotes. ¿Entienden? Nido-Huevos.

Aquí puedes ver algunos de los otros proyectos finalistas de la competencia para el diseño de la casa de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Otros estadios propuestos que me hubiera gustado ver hechos realidad son el que parece un lirio acuático y el que parece una vagina, pero bueno, ya vendrán otras Olimpiadas.




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