La nueva película de Fernando Eimbcke ha arrasado en las nominaciones en los Arieles (Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Coactuación Femenina, Mejor Coactuación Masculina, Mejor Guión Original, Mejor Fotografía, Mejor Edición). ¿Por qué? Bueno, la respuesta es sencilla: porque el cine mexicano es pésimo.
Lake Tahoe no es mala. Sólo aburridísima. Un adolescente choca su auto contra un poste. El auto no enciende. El adolescente va al mecánico. El mecánico resulta ser el glorioso Héctor Herrera, alias, “Cholo”. Cholo, un viejo flojo le dice al muchacho que busque en su almacén la pieza que necesita cambiarle al coche, mientras él se echa una siesta en su hamaca. El muchacho no encuentra la pieza. El muchacho va a despertar a Cholo. Cholo no se despierta; duerme profundamente. El muchacho va a una tienda de refacciones. La dependienta es una madre adolescente que sueña con ser cantante. La adolescente le canta una canción al muchacho mientras esperan a que llegue el joven que sabe cambiar la pieza del coche. El joven que sabe cambiar la pieza del coche resulta ser un adolescente despreciable (el peor actor del mundo) que es amante de las artes marciales. FIN.
En medio de todo esto hay una hora entera de silenciosos y un secreto en la historia que es revelado casi al final de la película (mismo que te revelan los genios encargados de hacer el corto de la película, corto que puedes ver al final de este post). La historia ocurre en el puerto de Progreso. Puerto que todo yucateco y campechano reconocerá al instante.
¿Vale la pena ver la película? La respuesta es sí. Fernando Eimbcke es un director con talento, o al menos así lo demostró en su primer largometraje, la divertida y excelente Temporada de patos.
Recomiendo ver Lake Tahoe (obligatoriamente) con un six pack (o quizás dos) a la mano.
Lake Tahoe no es mala. Sólo aburridísima. Un adolescente choca su auto contra un poste. El auto no enciende. El adolescente va al mecánico. El mecánico resulta ser el glorioso Héctor Herrera, alias, “Cholo”. Cholo, un viejo flojo le dice al muchacho que busque en su almacén la pieza que necesita cambiarle al coche, mientras él se echa una siesta en su hamaca. El muchacho no encuentra la pieza. El muchacho va a despertar a Cholo. Cholo no se despierta; duerme profundamente. El muchacho va a una tienda de refacciones. La dependienta es una madre adolescente que sueña con ser cantante. La adolescente le canta una canción al muchacho mientras esperan a que llegue el joven que sabe cambiar la pieza del coche. El joven que sabe cambiar la pieza del coche resulta ser un adolescente despreciable (el peor actor del mundo) que es amante de las artes marciales. FIN.
En medio de todo esto hay una hora entera de silenciosos y un secreto en la historia que es revelado casi al final de la película (mismo que te revelan los genios encargados de hacer el corto de la película, corto que puedes ver al final de este post). La historia ocurre en el puerto de Progreso. Puerto que todo yucateco y campechano reconocerá al instante.
¿Vale la pena ver la película? La respuesta es sí. Fernando Eimbcke es un director con talento, o al menos así lo demostró en su primer largometraje, la divertida y excelente Temporada de patos.
Recomiendo ver Lake Tahoe (obligatoriamente) con un six pack (o quizás dos) a la mano.
3 comentarios:
HAY QUE VERLA... a mi me agradó Temporada de Patos...
No mames no te mento la madre porque que culpa tiene mama en esto, solo vi el corto y es el corto mas aburrido de la historia, te reto a que me muestres un corto peor, no jodas imaginate la pelicula, el fin de semana quiero mis 2 minutos y medio de vida de regreso, se fueron para siempre viendo esa mierda de corto.
Ganadora del Ariel a la Mejor Película.
Publicar un comentario