jueves, 7 de agosto de 2008

El derrumbe

Mira Miguel, yo pensé que se había olvidado. Pensé que todo se había desvanecido, pero veo que no es así. Me duele el pecho, no puedo respirar. Me cuesta trabajo mantener abajo mi vómito. Siento que en cualquier momento sacaré mis intestinos. No me siento bien.

No creí que me pudiera perder en unos segundos, después de tanto tiempo que lo había rechazado. Después de tanto tiempo que lo había dejado en mi armario. Como puede ser posible que sólo un gesto pudiera ponerme tan mal. No lo entiendo. Qué puedo hacer, Miguel. Qué puedo hacer . Me siento mal, me siento desesperado. Todo se me está cayendo encima y no puedo ergirme. Qué puedo hacer. Tengo ganas de hacer cualquier cosa. Quisiera hacer muchas cosas en un mismo momento. Mi cabeza me recomienda llorar, pero algo dentro de mí me dice que no es lo mejor. Qué hago.

Sé que no estás entendiendo nada de lo que te digo. Sé que no sabes cómo carajos ayudarme. Mira, te lo diré. Hace tiempo que no somos nada. No tú, nosotros. ¿ya? Pero el humano es cabrón. Sabes que la curiosidad está siempre mellando. Pude ver el chat, y supe que había otro. Intenté que no me hiciera daño. Pero un día, ayer, dejó su celular, y yo, lo tomé para que ndie más se lo leyera. Pero en mi casa, el diablo andaba sudando. Yo acostado y el aparatejo que me seducía con contarme la verdad. No la mía, sino la absoluta. Perdóname, pero no te podré mentir, Miguel, busqué en el celular. Busqué algo que me dijera si había alguien después de nosotros. Y me desmoroné como Pedro Páramo. Había alguien. Y la mente de uno, que puede convertirse en su peor enemiga, me empezó a bombardear con recuerdos. No sabía qué hacer, Miguel. Quería llorar y gritar. Por qué. ¡¿Por qué?!

Sé que esto es un sentimiento de lo más normal. Sí, ya lo sé. Es un sentimiento humano. Pero no creo que sea sólo un capricho de enajenación. ME DUELE. Quisiera gritar y romper todo lo que tengo alrededor. Toda esa muralla de cristal gruesa que me rodea. Quiero patear. Quiero Matar. Quiero ser por un momento, un salvaje.

No, no, no, no. No creas que quiero matar a la otra persona. No. Es sólo un sentimiento de matar. Lo que sea. A quien sea. Me siento como un león herido, que quiere morder a alguien.

Así es, Miguel. Sé que eres mi amigo y te lo agradesco. Disculpa por todo esto, pero es que necesito sacar todo esta porquería que me está ahogando.

¿Me acompañas?...Adonde sea. Vamos. Donde ella no esté.

Juro que no puedo estar tranquilo. Mañana. Mañana será mañana. Espero no despertar hoy, amigo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE ES ESTA PENDEJADA... PUTA PENSE QUE LE HABIAS HECHO UN FAVOR AL MUNDO Y TE HABIAS METIDO EL PALO DE UNA ESCOBA POR EL FUNDILLO HASTA MORIR DESANGRADO.

Anónimo dijo...

Las proyecciones están al por mayor y sobre todo de manera anónima...


Me recordó a la vieja de Umán que asesinó a su querido metiéndole ese mismo palo de escoba por el culo como castigo.