viernes, 22 de agosto de 2008

Es que no le tuvieron paciencia

Para Yeye, para que vea que en realidad no sé nada del tema.

TENÍA QUE SER EL CHAVO DEL OCHO
Según un estudio en Ecuador, El Chavo del Ocho es el programa más violento en horario familiar de ese país, superando a series como Walker, Texas Ranger (con Chuck Norris), Los Soprano y Dragon Ball. El estudio fue realizado por la organización Participación Ciudadana (PC), con el auspicio del Instituto Nacional de la Niñez y la Familia (Innfa) y contempló 110 programas de televisión y series animadas transmitidas entre las 07:00 y las 21:00 horas.
Los adultos encuestados para este estudio consideraron que doña Florinda daba demasiadas cachetadas a Don Ramón y que eso tarde o temprano iba a repercutir en la forma en que sus hijos tratarían a sus vecinos (sobre todo a los que eran desempleados o pobres). Uno no puede estar más de acuerdo con ellos: Chespirito es el diablo. Porque lo más peligroso del Chavo, según veo, no es que su violencia haya sido reiterativa (sucedía en cada capítulo y casi por los mismos motivos) sino que diera risa.
Para los encuestados –y esto es lo revelador- “era preferible una violencia que se demostrara como real, que una manejada como ficción”. Es decir: optaban por que sus hijos vieran los auténticos efectos de la violencia (como aquellos comerciales de “El que le pega a una nos pega a todas”), a capítulos donde los golpes de Doña Florinda más que indignación provocaran carcajadas.
No sé por qué, 37 años después, sale a la luz esto, si siempre hemos sabido que el Chavo era un catálogo de malos ejemplos: demasiados niños en la vagancia, padres irresponsables que se escondían del casero, hijos manipuladores y familias absolutamente disfuncionales (nunca aparece ningún matrimonio completo). Sus valores eran la desidia (Don Ramón), la intolerancia (Doña Florinda), la arrogancia (Kiko) o la incompetencia (Jaimito el Cartero), ya no digamos la torpeza (El Chavo). En fin, que con tantos buenos modelos uno ya no se extraña por qué Chespirito era el cómico preferido de los capos latinoamericanos o por qué su éxito ha alcanzado para tres décadas: porque sus personajes se parecen a muchos de nuestros conocidos.




QUÉ BRUTOS, PÓNGALES CERO
El juicio Ecuador vs El Chavo revela una de las mayores preocupaciones de los padres respecto a la televisión -que fomente la violencia-, pero más aún muestra que los estudios suelen calificar de violenta a casi cualquier cosa. Ya Gerard Jones, en su libro Matando monstruos había desarticulado los sesgos metodológicos que inclinaban los estudios de violencia y televisión hacia una respuesta previsible. Si son las organizaciones familiares quienes patrocinan esos estudios, ¿por qué no respaldar lo que siempre han creído: que la televisión violenta genera un comportamiento violento?
Pero resulta que todo lo que hemos visto en nuestra vida tiene alguna dosis de violencia, que en lugar de indignarnos, nos hace reír. Si un amigo se resbala a su lado, ¿lo primero que hace es prestarle auxilio o reírse? Ya sabemos, que carcajearnos hasta lagrimar. ¿Eso lo convierte en un sádico? Para nada. No es lo mismo ser acuchillado que caerse del columpio, en particular porque sabemos distinguir la herida del raspón, la violencia que realmente hace daño de la que no.
¿Por qué no pensar que los niños saben igual hacer esta distinción? Esencialmente porque la violencia televisiva sólo sucede en la ficción, nos da risa y para nada nos angustia. La civilidad, aunque necesaria, es bastante aburrida: nunca triunfaría un programa donde Silvestre y Piolín dirimieran sus diferencias debatiendo sobre la cadena alimenticia. Tomamos cierta violencia a broma porque sabemos que el Coyote se repondrá después de romperse los huesos en el fondo del desfiladero o que el gato Tom estará de nuevo sano y saludable en el siguiente capítulo luego de servir de camino para una aplanadora. Es por eso que la violencia ha acompañado al entretenimiento en todas nuestras épocas: llámese las caricaturas, las luchas, los videos de gente que se cae o los talk shows sobre maridos infieles que son descubiertos por sus esposas.




TIENE USTED MUCHA BARRIGA, SEÑOR CRUELDAD
Las bromas del Chavo, quien lo duda, son a veces tan inocentes como los chistes que traen las revistas cristianas. Sin embargo, en momentos de lucidez, Chespirito también hizo que su humor abordara la realidad con más crueldad que compasión. Y son precisamente esos atisbos de incorrección, lo más entrañable del programa.
Escena emblemática: Don Ramón no tiene dinero y está a la puerta de su casa llorando su desgracia. El Chavo acaba de recibir 10 pesos para barrer el patio de la vecindad, por lo que se encuentra escoba en mano y listo para iniciar su tarea. Sin embargo, al ver a Don Ramón tan triste, el Chavo decide, en un acto de humildad, darle su dinero. El papá de la Chilindrina le devuelve una mirada de agradecimiento. Dos segundos después, el Chavo le da la escoba y le dice: “Pero que quede bien limpiecito”.
Los mejores gags del Chavo nos muestran lo peor de nosotros mismos. Por eso su violencia, más que irritante es divertida.

BUENO, PERO NO SE ENOJEN
Un dato interesante. Para el 43% de los adultos encuestados en Ecuador, el Estado debe ser el protagonista de una prohibición de la programación violenta (es quien debe ponerle un alto al Chavo). Y en orden descendente, también deberían hacerlo los medios de comunicación, la familia y el sistema educativo. En fin, ya que el Estado no puede hacer nada para contener la violencia en la vida real, los padres consideran indispensable que por lo menos sea exitoso acabando con la violencia en la ficción.
Ahora una duda. Que haya demasiada violencia del mundo, ¿es un problema de la ficción o es un problema de la realidad? Entonces, ¿en dónde es más pertinente que se hagan los arreglos?
(Alguien debe estar pensando: Eso, eso, eso).



Para los que no creían que el Chavo podría ser educativo.

8 comentarios:

Rodrigo Solís dijo...

Hace algunos años, recuerdo, los argentinos querían prohibir que transmitieran el Chavo del 8 porque según unos estudios revelaron que el programa mexicano fomentaba la imbecilidad en los televidentes. “Che, boludo, pasa lo mismo una y otra vez”, decían los padres de familia responsables argentinos.
Al final no lograron cancelar el show, incluso Maradona se declaró fan del programa y todos los padres responsables argentinos cerraron el pico y se sentaron a ver como sus hijos se volvían “imbéciles”.

yeyenovelo dijo...

Hola eduardo, sabes, ¿que paso en tres decadas? bueno, el nivel de familias sin padres ha aumentado drasticamente, yo cuando trabaje como medico legista me tocaron varios casos de violencia intrafamiliar a hombres, uno de ellos tenia toda la espalda llena de quemaduras donde podias ver los agujeros del vapor de la plancha. Y si al leer esto te ries, pues vaya que no hay otra prueba mas que nosotros tambien somos producto de estas generaciones, pero... no estoy a favor del determinismo por lo que agradezco a mi padre que nunca me permitio ver ese programa y en vez de eso, iba a clases de pintura. Y si tus amigos se rien de ti cuando te caes, ¿son tus amigos? gracias a Dios soy medico y lo primero que pienso es si se ha lesionado o no. Y si, efectivamente para aquel que aprende a juzgar la realidad, todo se vuelve positivo, porque uno entiende lo que no debe permitirle ver a los hijos como en el caso del chavo del 8. No es casualidad que ahora sea mas dificil encontrar adultos que quieran ser padres de familia (con toooooda la familia) no solo con dos hijos productos de un embrion implantado en una nodriza. Maradona no es el que tenia problemas de adicción?

yeyenovelo dijo...

pd. algunos efectos (como en muchos medicamentos y venenos) solo se conocen posterior a una aplicacion a largo plazo y de forma continua y a bajas dosis.
No se cuales seran las consecuencias de los padrinos magicos en 20 años, pero probablemente a algun japones al rato se le ocurra hacer un robot que le cumpla los deseos a los niños sin que tengan que existir los padres.

yeyenovelo dijo...

pd2. Gracias Eduardo por la dedicatoria. Ojala algun dia pueda escribir algo y dedicartelo. No soy escritora pero tal vez me puedas ayudar con la redacción, correción de estilo, florido vocabulario, etc. Hoy que destape una paleta de rockaleta casi casi me inspiro para hacer una carta dirigida a los productores de dulces, papitas, etc.. digo, yo solo queria comer una paleta y junto con ella surgio una tarjeta con la figura de un bebe disfrazado como de una tribu urbana, pongale el nombre que gusten siempre y cuando tengan los ojos con delineado negro. ¿porqué habrían de haber cada dia mas chicos queriendose vestir así? Que lastima que no soy escritora, me comi la paleta y lo demas se fue a la basura.

Eduardo Huchin dijo...

Pero vuelvo a la pregunta esencial: ¿Las familias sin padres es un problema de la realidad o es un problema de la ficción? Menudo poder le damos a la televisión (en realidad no lo es tanto). Tengo un primo cuyos padres evangélicos le prohibieron ver televisión durante su niñez (su única ficción era la Biblia, en serio). Y eso en definitiva no lo hizo mejor persona: se aficionó a esas cosas a las que también se aficionó Maradona (y que no creo que hayan sido por el Chavo del 8).
Pobres de los padres que crean que su función de padres es determinar qué ven y que no ven sus hijos por televisión. Sé que eso los hace sentirse responsables, pero el asunto no es blindar a sus hijos.

Por cierto Gerardo Jones consigna casos de jóvenes activistas pacificos, que pasaban sus tardes embebidos en videojuegos violentísimos, pero que en la realidad luchaban por erradicar esa violencia de la sociedad. ¿Cómo se explica eso?

yeyenovelo dijo...

humm retomando tu pregunta, no he sabido que los animales e insectos creen ficcion. Al menos que yo sepa (que no se mucho) solo el ser humano que vive en la realidad crea ficción y por lo tanto ambas cosas le atañen, las modifica y las usa. Lo bello es que la realidad se le escapa de las manos, hasta al mas osado cientifico que lo intenta y lo seguiran intentando. Siempre hay un punto de fuga. Es parte de la paternidad saber de donde vino uno, en que está viviendo, y que le está dando a su hijo. Posteriormente su hijo decidirá. El chavo del 8 es solo uno de miles de programas así, pero si uno come puerco, ve puerco, anda como puerco, juega como puerco, entonces es puerco? o cocacola?, jajajaj sorry, me acorde de un comercial.
¿cuando un adulto debe dejar decidir a su hijo que programación ver? yo creeria que cuando tenga capacidad de juicio. ¿que es un juicio?
upps, no veran tele hasta los 30 años!!!!! jajajajaja.
sorry eduardo, si no tuviera una torre de libros por leer (que he escogido para mis breves momentos libres, o en vez de leer esta pagina) leeria algo de jones. ¿Como se explica lo que dices? no lo se, pero recuerdo que una vez escuche algo como: el fin no justifica el metodo. ¿has leido las cartas de Screwtape a su sobrino?

Eduardo Huchin dijo...

No he leído el libro de Lewis todavía, pero hoy uticé mis artes persuasivas en la librería para que Norma lo comprara (ya sabes: "Es una obra maestra. Todos en el blog de pildorita han dicho unánimente que lo tienes que leer"). Así que si no le gusta y me reclama (era lo último de su quincena), le paso tu mail.

yeyenovelo dijo...

que gran tip!!! no ir sola a una libreria e ir con alguien con dinero. Ok, acepto reclamaciones. Solo avisame para cambiarme de domicilio