Las madrugadas han regresado a ser rutinariamente tristes, o en el mejor de los casos, al zapeo de ida y vuelta entre el Golden Choice (uno y dos), Multipremier y The Film Zone para ver mujeres toqueteándose y/o lamiéndose sus partes nobles como gatitos en celo.
Lo admito, extraño recibir el alba al compás de niñas menores de edad chinitas, arias, negras (o de la raza que sea) enfundadas en payasitos con lentejuelas dando brinquitos, giros, volantines, saltos triples, correteando y lanzando al aire aros, balones, listones, etcétera, ya sea en el piso o sobre aparatos salidos de la mente de algún pervertido sexual. También añoro a los valientes semidesnudos que se aventaban desde una plataforma de diez metros para deleitar al público dando giros imposibles antes de zambullirse como alfileres (o en el peor de los casos como barriles de petróleo) en el agua. A los espadachines disfrazados de astronautas intergalácticos del futuro que se batían en duelos fugaces donde nadie sabía quién ganaba exactamente salvo cuando en sus cascos aparecían luces cegadoras de colores brillantes. Incluso anhelo ver a esas mujeres semienanas con cuerpos de troll musculosos levantando barras y discos de acero sobre sus cabezas que solo un troll musculoso podría levantar. O a los caballos danzarines meneando sus cuatro patas al ritmo de la música y siguiendo las instrucciones de sus amos disfrazados como duques del siglo XIX con rigurosas chisteras. En fin, extraño como no tienen una maldita idea todos y cada uno de los deportes chiflados y sinsentido que durante dos hermosas semanas aparecieron en la pantalla de mi televisor. Todos, incluso el jaloneo de pijamas, o sea, ese deporte llamado judo.Por lo expuesto líneas arriba esta última semana de agosto (o casi toda) la dedicaré a subir entradas con relación a las Olimpíadas de Pekín.Advertidos de mi nostalgia olímpica, comencemos por el final.¿Vieron la clausura de los juegos olímpicos? Apuesto que sí. La clausura fue el domingo y las personas que se dan a respetar como nosotros pasamos los domingos echadotes en nuestras camas o hamacas viendo la televisión. Por lo general las clausuras casi siempre son bastante cursis ya que los organizadores se empeñan en recordarnos con discursos aburridísimos que todas las razas y pueblos somos hermanos (aunque en la realidad nos vivamos matando los unos a los otros), así que sueltan palomas blancas y/o contratan a Placido Domingo para que cante opera y duerma al auditorio y así podamos apartar al menos por unos instantes la idea de conquistar a las naciones débiles. Quitando eso, hay un momento bastante interesante en las ceremonias de clausura, y esto es cuando el país que organizará los siguientes juegos olímpicos toma la estafeta. Traducción: en ocho minutos debe mostrarle al mundo una probadita de lo que verán dentro de cuatro años.Antes de ver la presentación de los ingleses, recordemos lo que hicieron los chinos hace cuatro años en la clausura de Atenas 2004.
Lo admito, extraño recibir el alba al compás de niñas menores de edad chinitas, arias, negras (o de la raza que sea) enfundadas en payasitos con lentejuelas dando brinquitos, giros, volantines, saltos triples, correteando y lanzando al aire aros, balones, listones, etcétera, ya sea en el piso o sobre aparatos salidos de la mente de algún pervertido sexual. También añoro a los valientes semidesnudos que se aventaban desde una plataforma de diez metros para deleitar al público dando giros imposibles antes de zambullirse como alfileres (o en el peor de los casos como barriles de petróleo) en el agua. A los espadachines disfrazados de astronautas intergalácticos del futuro que se batían en duelos fugaces donde nadie sabía quién ganaba exactamente salvo cuando en sus cascos aparecían luces cegadoras de colores brillantes. Incluso anhelo ver a esas mujeres semienanas con cuerpos de troll musculosos levantando barras y discos de acero sobre sus cabezas que solo un troll musculoso podría levantar. O a los caballos danzarines meneando sus cuatro patas al ritmo de la música y siguiendo las instrucciones de sus amos disfrazados como duques del siglo XIX con rigurosas chisteras. En fin, extraño como no tienen una maldita idea todos y cada uno de los deportes chiflados y sinsentido que durante dos hermosas semanas aparecieron en la pantalla de mi televisor. Todos, incluso el jaloneo de pijamas, o sea, ese deporte llamado judo.Por lo expuesto líneas arriba esta última semana de agosto (o casi toda) la dedicaré a subir entradas con relación a las Olimpíadas de Pekín.Advertidos de mi nostalgia olímpica, comencemos por el final.¿Vieron la clausura de los juegos olímpicos? Apuesto que sí. La clausura fue el domingo y las personas que se dan a respetar como nosotros pasamos los domingos echadotes en nuestras camas o hamacas viendo la televisión. Por lo general las clausuras casi siempre son bastante cursis ya que los organizadores se empeñan en recordarnos con discursos aburridísimos que todas las razas y pueblos somos hermanos (aunque en la realidad nos vivamos matando los unos a los otros), así que sueltan palomas blancas y/o contratan a Placido Domingo para que cante opera y duerma al auditorio y así podamos apartar al menos por unos instantes la idea de conquistar a las naciones débiles. Quitando eso, hay un momento bastante interesante en las ceremonias de clausura, y esto es cuando el país que organizará los siguientes juegos olímpicos toma la estafeta. Traducción: en ocho minutos debe mostrarle al mundo una probadita de lo que verán dentro de cuatro años.Antes de ver la presentación de los ingleses, recordemos lo que hicieron los chinos hace cuatro años en la clausura de Atenas 2004.
No hubo un alma en el estadio o frente al televisor que no se relamiera los bigotes por lo que vendría en Pekín 2008. Incluso después del espectáculo los gringos sabían que no tendrían posibilidad alguna de derrotar a los chinos en sus juegos olímpicos.Pues bien, la cita se cumplió y los chinos no nos defraudaron; ni a nosotros ni a los gringos. Las olimpiadas de Pekín fueron espectaculares. Pero ahora veamos lo que nos espera en Londres 2012.
Dios salve a los corrientes
“Oooooooh”, exclamó el público al ver un típico camión rojo de dos pisos parecido al que siempre ponen en las postales y en todas las películas inglesas.
Nada como unas mujeres con paraguas. Ya saben, si algo se espera de los ingleses es verlos con paraguas.Mmm, pero, ¿qué que podría venir después?
Exacto. Un camión con paraguas.
Eso fue para que al mundo le quedara bien claro que Londres es una ciudad cosmopolita, pues, ¿dónde más se puede ver cantar a una mujer de color (de color negro) acompañado de un chino en la guitarra*?
Digo, nada como ver a David Beckham despejar un balón de fútbol para callar las bocazas de los que tenían pensado criticar la presentación, ya saben, no faltan los envidiosos que luego andan diciendo que los ingleses son unos nacos.
*Sí, ya se que el chino de la guitarra es el legendario Jimmy Page.
10 comentarios:
i miss you beijing
Las Olimpiadas de China fueron espectaculares. esto se debe a que los chinos tenian el compromiso y desebaan demostrar al munco su gran cultura y tecnologia, y nos quitemos de la cabeza la explotacion, sobreppoblación, contaminacion, y todos los males que significan 1,300 millones de personas. Es por ello que las Olimpadas les cayó de perlas para que todos digamos "que bonito es China".
En cambio Londres es diferente. Londres es chingona por sí misma. no necesita demostrar nada a nadie. Serán unos juegos Olímpicos simples, austeros, mostrandonos la simplicidad de Inglaterra, sus reyes, la cuna de la música, su exactitud y todo lo que tiene.
a webo mussgo!!!
te doy toda la razon
god bless the queen
mother superior jump the gun!!
Muy buen post, rodro. Otro clan que te cargas es el de los rockeros. Estás insultando a Jimmy, tan sólo por nombrarlo, y eso no te lo perdonarán.
0 y van 4
Bien dicho Wilber no eres tan pendejo como paraces como se atreve este a insulta a Jimy el gutarrista mas chingon del mundo
La simple presencia de Beckham hacen que se espere muy poco de los juegos.
La simple presencia de Beckham hacen que se espere muy poco de los juegos.
Tienes toda la razón Mussgo, como vamos a comparar a ese horrendo país comunista con este maravilloso país Imperialista ¿no?, Los chinos son desalmados con su propia gente, y con los Tibetanos, al menos los ingleses son desalmados con la gente de las tierras que usurparon, que vaciaron de recursos y que dejaron a su gente cagada de hambre...
Pero es obvio lo que dices, no hay punto de comparación, si nomás de leer lo que pusiste me dan ganas de ser ciudadana del Imperio Británico, todo muy fashion, todo muy top, todo muy cool, si, vamos, dale, quiero ser parte de ese maravilloso pueblo que mata gente en Irak, quiero que nuestro monarca de el ejemplo y vaya al frente a matar niñitos por petróleo, ¡ay que bonito! ¿Y a las cinco nos tomaos un té? (pero traído de India, lo único bueno que produce ese país lleno de gente fea y pobre)
Rodro, me sumo al reclamo de Wilberth, ¿qué te traes con Jimmy? Que dicho sea de paso ¡va a volver a grabar con Led Zeppelin!, ay que emoción, parece que fue ayer en el Palacio de los Deportes allá por el 95...que buen concierto, que buen recuerdo.
Definitivamente Beckham fue lo mejor del final de las Olimpiadas
Olvidando el comunismo de los chinos y el capitalismo de los ingleses, y remitiéndonos exclusivamente a la ceremonia de clausura, solo puedo decir que no tengo nada en contra de Jimmy Page, lo único que digo es que la presentación de los ingleses fue una de las cosas más feas y de mal gusto que haya visto en mucho tiempo.
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