La verdadera historia de Pancho Pantera

“Hola amiguitos, soy Pancho Pantera, alias , tomen CHOCO-MILK para ser unos ganadores como yo”

Pancho Pantera es el Ronald McDonald del Tercer Mundo, o al menos de México (no estoy seguro si en Centroamérica y Sudamérica lo conocen). Sin embargo, tras su afable semblante de niño ganador del siglo XXI, Pancho Pantera oculta un turbio pasado.

Aquí se los presentamos.

Sí, Pancho Pantera en sus inicios fue un humilde rancherito. Noten su sombrero y su cuerpo de saco de cemento. Todo un mexicano.

Ahora miren como se las gastaba el bueno del Pancho Pantera a principio de los años sesentas.

Pancho Pantera era un rancherito gay que gracias al polvo achocolatado que tomaba todas las mañanas lo hizo convertirse en lo que siempre soñó: un sádico despellejador de cocodrilos.

Eran otros tiempos, claro, ignoro si mejores, pero sí diferentes, donde la corrección política no existía y los ídolos de nuestros padres eran Pedro Infante y Jorge Negrete. Sin duda, eso le daba derecho a Pancho Pantera a regodearse matando animales. Noten como muy ufano Pancho asegura haber matado a un Tigre y usar su cuero para hacer una cartera. Luego se regodea con su camisa rosa (porque un hombre de verdad no se avergüenza de usar una camisa rosa) y convierte a una serpiente traicionera en manguera. “Maté a la serpiente vil porque tomo CHOCO-MILK”, dice Pancho Pantera. Bravo, bien por él. En aquellos años tomar CHOCO-MILK te daba el derecho y obligación de matar a toda la fauna de tu jardín, eso sí, previa tortura como es el enchufar a una serpiente por el culo a una toma de agua. Y claro, también eso de descarrilar trenes era lindo en aquellos lejanos días.

Luego, el tiempo inclemente como es, no envejeció a Pancho Pantera, si no que lo amariconó un poco.

Ahora veamos las divertidas aventuras y enredos del bueno de Pancho Pantera en los horrendos años ochentas.

Sí, el preludio de la metrosexualidad se avecinaba. Pancho Pantera dejó atrás eso de la tortura y asesinato de animales para dar paso a eso de ser correteado por momias y platillos voladores. Incluso se puede ver con que gusto su amigo científico lo toma de la entrepierna.

“Yupi, llegó el siglo veintiuno.”

A continuación una gráfica de cómo fue el proceso de amariconamiento de Pancho Pantera:

Oh, sí, todos extrañamos al Pancho “Ranchero” Pantera. Es verdad que no nos tocó verlo, pero vaya que lo añoramos. Eso sí que eran aventuras. Y aquél Pancho, además de ser un poeta consumado, inspiró ni más ni menos que al mejor equipo de fútbol de México a diseñar el que era (con los patrocinadores y toda la parafernalia comercial se fue a la mierda la belleza del fútbol) el uniforme más bonito de todo el continente americano.

Sí señor, el uniforme más bonito (aunque se ardan las nenas americanistas).

“Yo gané cinco pichichis gracias a que tomaba todas las mañana mi CHOCO-MILK.”

Agárrense, para las próximas olimpiadas la delegación mexicana tiene la formula del éxito: