¡Chichén, Chichén, ra, ra, ra!

¡Lo logramos! ¡Somos lo máximo! Aunque claro...

No existe ninguna relación entre el programa de la UNESCO dedicado a proteger el patrimonio mundial y la actual campaña relativa a las “7 nuevas maravillas del mundo”.

¿Premio o castigo para Chichén Itzá?

Turismo excesivo e incontrolado, daño a las estructuras, comercio ambulante, infraestructura circundante, conflictos con particulares, exploración e investigación sujetas a bondades presupuestales y una derrama económica desequilibrada, son siete de las pesadillas que vive esta maravilla en ciernes.

La pirámide de Chichén Itzá en frenta el riesgo de un grave deterioro como consecuencia de su nominación para convertirse en una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

¡Pero si este concurso fue organizado para celebrar la riqueza cultural de la humanidad, y para que las personas de todos los países se unieran en el reconocimiento mutuo de la grandeza de sus respectivas culturas! ¿No era esa la idea?

Chichén Itzá suma apoyos entre empresas mexicanas para ser maravilla mundial.

Bepensa, distribuidor de Coca Cola en el sureste del país, marca la pauta de la ola nacional para que la gente vote por Chichén Itzá y esta zona sea una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, al poner al alcance de los mexicanos 25 millones de latas con la imagen de ese sitio arqueológico.

A partir de hoy Telmex distribuirá dos millones de tarjetas Ladatel en todo el país en apoyo a la candidatura de Chichén Itzá como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.

Más información al respecto en ese nuevo invento, "la Internet".