sábado, 14 de julio de 2007

Como acabar de una vez por todas con la cultura




“SOLO LA CULTURA SACARÁ A ESTE PAÍS
DE LA BARBARIE.”

- José Vasconcelos




Woody Allen se lo preguntó y lo planteó en un magnifico libro. Si me preguntasen cómo acabar con ella, de una buena vez y para siempre, en vez de escribir una obra maestra literaria, mejor diría que poniendo en el poder a cualquiera de los cinco candidatos a la presidencia de México.


El tan esperado primer debate rumbo a la presidencia de la República tuvo lugar el día martes veinticinco de este mes, y para mala fortuna en el mismo horario de la telenovela de las ocho. Los que decidieron que era un buen momento para vislumbrar quiénes nos iban a desfalcar, mentir y/o mandar a callar las bocazas durante los próximos seis años, cambiaron de canal y se toparon con la buena nueva de que Andrés Manuel López Obrador, valiéndole un huevo y la mitad del otro si al pueblo le interesaba conocer sus propuestas y proyectos de gobierno, decidió no presentarse, y bien por él, en este país demagogo de mierda, si bien se te hinchan las pelotas, puedes desairar con justificada razón a toda la nación, al fin y cabo, la vida se trata de popularidad y si le caes bien a la gente, te pasa por alto hasta que asesines a la madre que les parió.


El que sí llegó, y bien formal, fue Roberto Madrazo, el hombre de cero secuestros y robos cuando gobernó Tabasco, según él, desde luego, porque eso habría que preguntárselo a los tabasqueños que dejó en la calle, y espero no me pidas estadísticas porque la realidad salta a simple vista y si miras de un solo vistazo al estado de Tabasco, comprobarás que no es precisamente una provincia de Luxemburgo, porque si lo fuera, ahí me tendrías viviendo y escribiendo desde mi castillo de oro besándole cada semana el culo al señor Madrazo por sacarme de la miseria en la que vivo, y no solo yo, ahí se mudarían los veinticinco millones de pobres que viven en la miseria extrema en México. Veinticinco millones de pobres que la nueva delegada del PAN, informó en mitad de fanfarrias y con una ancha sonrisa en el rostro, que ya no son veinticinco millones, sino solo dieciocho millones, y me pregunto cómo no van a ser ahora dieciocho, si los otros siete millones se nos murieron de hambre durante el sexenio mientras el gabinetazo se tragaba hasta las pezuñas del becerro en las taquizas que arman todos los domingos en el ranchito del presidente, pasándoselo bomba y ocultando ufanísimos los desfalcos de los hijos de nuestra primera dama, quien dice estar orgullosísima de su candidato, Felipe, el hombre de las manos Zest, y bien limpias tiene las manos porque de tonto no tiene nada, no se deja filmar como Bejarano llenándose los bolsillos de dinero, y a mi no se me olvida que el candidato favorito de la católica señora Sahagún era otro, Santiago, el hombre de la sonrisa Colgate, que con solo mostrar los dientes bien blancos, causaba soponcios en el círculo de señoras acaudaladas y menopáusicas.


Me pregunto, ¿cuánto dinero habrás invertido, mi querido Roberto, en esa campaña televisiva donde retabas a Andrés Manuel a un debate, a la hora y el día que quisiera? Pues el debate llegó y todos los millones –espero de pesos-, que obviamente no salieron de tus multimillonarias cuentas bancarias, se fueron derechito al bote de la basura, porque AMLO se quedó sentado frente a su tele de 2 pulgadas –porque él es austerísimo- rascándose las pelotas y viendo RBD, mientras tu tocayo, el hombre amante del tenis, te sacaba las cuentas de todo lo que debes a Hacienda. Y si Dios existiera, justicia es lo que se debiera hacer: encerrar a ese aprendiz de tenista por el resto de sus malditos días en Almoloya por evidenciarte ante las ocho personas que vimos el debate. Qué de mal gusto fue sacar esas evidencias en vivo, qué falta de tacto, qué falta de respeto, qué falta de consideración, óigame no, qué es eso, no que íbamos para adelante. Pero bien por ti Roberto, por mandar ipso facto a un escuadrón de abogados a interponer una demanda en su contra ante el Ministerio Público por publicar documentos confidenciales, delito gravísimo que definitivamente no concede fianza, y derechito para la cárcel, y ni le muevas, porque eso sí, nuestras leyes son tan justas que si secuestras, asesinas o robas todo el dinero del país, segurito alcanzas fianza: dos salarios mínimos y todos para su casa, felicidades campeón.


El debate siguió, y Paty, serena, tranquila, ganando puntos para mantener un partido de mierda que le cuesta una millonada mantener al país, y no la culpo, bien por ella, dentro de seis años ojalá y funde uno que se llame PAAAAIDIDBABASS Partido Arriba Arriba Abajo Abajo Izquierda Derecha Izquierda Derecha Be A Be A Select Start, y le da treinta vidas a los pobres campesinos muertos de hambre para que se mueran de hambre treinta veces, en vez de solo una.


Llega el turno del hombre de las manos Zest, y dice que de ganar las elecciones impondrá en las escuelas tres horas de deporte a la semana, y de seguro que con esa medida hasta las Olimpiadas de Pekín ganamos, con tanta Ana Gabriela Guevara y Soraya Jiménez que saldrán de las escuelas públicas, donde todos están con sus piernitas como hilos porque no tienen ni para desayunar. Y los candidatos hable y hable requetebonito, pero ni pío de la cultura, como si fuese cosa de juego, algo ajeno, un virus que mejor no hay que tocar porque igual y el pueblo se contagia y deja de rebuznar y se dan cuenta de que todos los políticos son unos bandidos hijos de la chingada a los que les conviene tener a todo el pueblo hechas unas bestias ignorantes.


“¿Y la cultura?”, vuelvo a preguntarme cuando el teatrito acaba y todos los candidatos se fueron para sus mansiones y el resto del pueblo para El Canal de las Estrellas a seguir viendo “La fea más bella”. Nadie mencionó que impondría un miserable minuto de cultura a la semana en las escuelas, escuelas que cada vez son más una mierda. Al menos donde estudiaron mi madre y mis tíos la educación era formativa; fomentaban las actitudes y aptitudes, no como ahora, que la educación es informativa y atiborran a los estudiantes de datos y números; donde las maestras te ponen la cagotiza de tu vida si decides colorear el cielo de blanco y las nubes de azul. Y como cereza en el pastel, terminado el debate apareció un nuevo spot lanzado al aire por el PAN, donde muestra al hombrecillo de las manos Zest como el salvador de la patria, mientras sataniza a AMLO, informándonos que nos dio la espalda, enseñando el podio vacío que debió llenar con su persona en clara señal y justa muestra de su valemadrismo, al más puro estilo mexicano.


Apago el televisor, y en la tranquilidad que sólo puede ofrecerme el ordenador y una taza de café, pienso que Vasconcelos tenía toda la razón en su frase, excepto que le faltó colocar la preposición “de” y la palabra “mierda” después de la palabra “país”, y también pienso que cuando lleguen las elecciones del dos de Julio, en vez de escribir en el espacio en blanco de las boletas electorales el nombre del Doctor Simi, como nos recomiendan hacer en los comerciales televisivos –aún infrinjamos las leyes electorales- para que México sea una superpotencia económica, escribiré el nombre del podio que pusieron en el spot televisivo. Igual y ese podio vacío carente de vida se convierte en el mejor presidente que haya tenido en su corrupta historia México, y, de paso, no acaba de una vez por todas la puta cultura.

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