Esta semana comenzamos el conteo de las Siete Maravillas de Campeche. Todos los días presentaremos un nuevo portento de la arquitectura campechana. A diferencia de otros, este conteo cuenta con el apoyo y la aprobación de la UNESCO.
Por lo general, Campeche es un lugar donde los indios son indios (a menos que tengan muchísimo dinero) y los finos son finos (a menos que sea Carnaval o época de elecciones). Sin embargo, cuando se trata de su pasión por la música, todos los campechanos son iguales. No es diferente la pasión del delincuente con mal gusto que grafitea las paredes con el nombre de su banda predilecta que la de un ex-gobernador que toma por asalto las televisoras locales para cantar su amor a Ciudad del Carmen mientras un ramillete de ninfas bailan seductoras en torno suyo. Esta pasión nos acompaña durante toda la vida; desde el brote del vello púbico, que conmina a todo joven campechano que se dé a respetar a formar su propio boyband, hasta el día en que exhala por última ocasión, creando una demanda sin paralelo en el mundo de músicos que le impriman un sello tropical a los entierros. El turista bien informado, a sabiendas de lo anterior, no se sorprenderá cuando, mientras recorre el arrabal, vea emerger de un terreno baldío una réplica exacta (salvo en tamaño, opulencia y limpieza) de la sala de conciertos más famosa del mundo. Tampoco se sorprenderá al escuchar, en lugar de las grandes voces de la ópera mundial, los gritos de demonios que abandonan el cuerpo de sus poseídos.
3 comentarios:
cómo puedo enviar esta página d elas maravillas campechanas a mi correo?
Jajaja que ocurrente... felicidades, me cae, quien sea que lo haya echo, muy creativo Ánimo!!
jajajajajajaja esta buenisima la pagina!!!!!
ya la tengo promocionada en el MSN
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